Una abstención histórica podría producirse en las elecciones de este domingo en Venezuela, debido al accidentado proceso previo y al claro favoritismo del presidente Hugo Chávez y de sus aliados.
Las empresas encuestadoras Datanálisis y Consultores 21 advirtieron que la abstención podría igualar o superar la marca histórica para elecciones presidenciales en Venezuela de 40 por ciento, registrada en 1993.
"Hay mucho escepticismo", comentó a la prensa intenacional el director de Datanálisis, Luis Vicente León.
La abstención se deberá a que los electores "ven definido el resultado", pero también influirán las complicaciones sin precedentes asociadas a esta elección.
Las encuestas indican que Chávez es claro favorito para retener la Presidencia, ya que logra una intención de voto de más de 50 por ciento.
León estimó que Chávez podría tener entre 17 y 20 puntos porcentuales de ventaja sobre su principal desafiante, Francisco Arias. Para muchos de los 11,7 millones de electores registrados, el sufragio puede perder importancia en ese escenario.
Pero también tendría efecto la suspensión de la convocatoria original de elecciones.
Los venezolanos fueron convocados al mayor proceso electoral de la historia moderna del país el 28 de mayo. Pero tres días antes, una sentencia judicial suspendió los comicios, pues no había garantías técnicas para realizarlos, un hecho que impactó profundamente a la opinión pública.
Las nuevas autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), designadas tras el fracaso de la convocatoria original, fijaron nueva fecha para este domingo, 30 de julio.
Los efectos de la postergación se sintieron en la tibieza de la campaña electoral, finalizada el jueves, y en la apatía de los votantes, señalada por numerosos actores políticos.
"Es obvio que el nivel de abstención será mayor ahora", comentó León, mientras el director de la empresa Consultores 21, Saúl Cabrera, sostuvo que el fenómeno se acentúa "dado que es un proceso electoral inédito".
"Nunca antes nos habían suspendido una elección", explicó Cabrera.
La última encuesta de Consultores 21, realizada sobre una muestra de 1.500 personas, obtuvo 78 por ciento de respuestas favorables a la participación. "Sabemos que esto no es verdad", aseguró Cabrera.
"La gente suele mentir", coincidió León. Los consultados sienten la obligación de responder en forma afirmativa a una pregunta sobre el deber de votar, aún cuando tengan otros planes, agregó. Y por ese motivo resulta difícil dar un pronóstico concreto sobre la abstención.
Las elecciones, además, superan en complejidad a todas las que se realizaron en los últimos 42 años, desde el surgimiento de la democracia en el país, ya que los votantes deberán elegir presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales y alcaldes.
Tras el fracaso de la convocatoria de mayo, el CNE decidió dividir las elecciones. Los venezolanos deberán participar en una segunda votación, prevista tentativamente para el 1 de octubre, para elegir concejales y a los miembros de las juntas regionales.
Los comicios fueron organizados para renovar todos los cargos electivos, después de la entrada en vigencia de la nueva Constitución el 30 de diciembre.
"Por todo lo que quieres, ¡vota!", exhorta la campaña lanzada la semana pasada por el CNE, protagonizada por niños que enseñan a buscar información y a lidiar con las complicadas boletas de votación.
"No olvides que hay un país que te necesita, el futuro está en tus manos", asegura uno de los avisos que emiten las televisoras con el fin de cooperar en la campaña contra la abstención.
Los llamados a votar son habituales en todos los procesos comiciales de este país, que tiene una tradición de alta abstención. En los comicios presidenciales de diciembre de 1998, cuando Chávez ganó la presidencia, 36 por ciento de los electores prefirieron no ir a las urnas.
La abstención va incluso más allá de 50 por ciento cuando se trata de otro tipo de consultas. En diciembre, cuando la Constitución fue aprobada mediante referendo, fue de 55 por ciento. (FIN/IPS/lc/mj/ip/00