La intensa jornada electoral seguida de una larga noche hacia el 3 de julio marcaron hoy en México el derrumbe del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que sucumbió en la urnas ante la derecha luego de 71 años ininterrumpidos en el gobierno.
El partido que acumuló más años gobernando un país en el mundo co menzó este domingo a recorrer un camino que desconocía: el camino que conduce a la oposición.
El PRI perdió por primera vez una elección presidencial. Vicente Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), ganó los comicios más reñidos jamás vistos en México.
Por otra parte, después de tres años de difícil cohabitación con el PRI en el gobierno nacional, el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) refrendó este domingo su victoria de 1997 para administrar la ciudad de México.
Andrés Manuel López, del PRD, ganó la jefatura de gobierno del cora zón político de México.
Mientras México inagura un capítulo sin precedentes en su historia, e l papel del PRI desde la oposición ya plantea más preguntas que respuestas.
Fundado en 1929, el PRI se mantuvo durante casi 60 años como una fuerza invencible, entre otras causas porque detentó el poder en todos los ámbi tos de gobierno, desde la Presidencia hasta los municipios más recónditos de l país.
El PRI comenzó a sufrir en 1983 derrotas electorales en ciudades grande s y medianas. Pero en 1985 aún gobernaba los 31 estados del país, así como en 2.293 de los 2.376 municipios, y tenía en su poder 95 por ciento de los escaños parlamentarios.
En 1997 comenzaron a encenderse luces rojas en ese partido, que perdió entonces la mayoría en la Cámara de Diputados. El PRI entró al año 2000 con 11 estados gobernados por el PAN y por el PRD, de centroizquierda.
Perdida la Presidencia, el resultado de la elección de los 500 diputado s y de los 128 senadores será definitivo en la elaboración de la estrategi a del PRI en el nuevo escenario político nacional.
En 1997, el PRI retuvo una amplia mayoría en el Senado, aunque no cont ó con dos tercios de los escaños, ventaja indispensable para aprobar reforma s constitucionales.
Las cifras finales de la jornada electoral, fiscalizada por más de 800 visitantes extranjeros y por más de 35.000 observadores nacionales, se darán a conocer el miércoles.
Aunque sin el poder que acumuló a lo largo de décadas, el sindicalism o hasta ahora oficialista, encabezado por la Confederación de Trabajadores d e México, constituye una pieza de la que el PRI podría echar mano.
Conforme se iba estrechando la brecha que separaba al PRI y al PAN en la contienda electoral, los dirigentes de la CTM, afiliada al tradicional oficialismo desde su fundación en la década del 30, anticiparon que dar ían la batalla contra un gobierno encabezado por Fox.
La central sindical anticipó que, si un gobierno del PAN conculcaba los derechos de los trabajadores, no dudaría en convocar a una huelga general, medida de lucha desconocida en este país.
El 1 de diciembre, el presidente Ernesto Zedillo se convertirá en el primer mandatario del PRI que entregue el poder a un sucesor de la oposición. (FIN/IPS/pf/mj/ip/00)