Un frente de países en desarrollo exportadores de productos textiles y de confecciones censuró a las principales potencias industrializadas por su incumplimiento de los compromisos de liberalización del comercio en ese sector.
Las naciones y economías en desarrollo agrupadas en la Oficina Internacional de Textiles y del Vestido (OITV) reclamaron a la Unión Europea (UE), a Estados Unidos y a Canadá que adopten medidas concretas y significativas para la liberalización de las cuotas de importación de textiles y confección.
Los miembros de la OITV son Argentina, Bangladesh, Brasil, Colombia, Corea del Norte, Corea del Sur, Costa Rica, China, Egipto, El Salvador, Guatemala, Honduras y Hong Kong-China.
También integran el bloque India, Indonesia, Macao-China, Maldivas, México, Pakistán, Paraguay, Perú, Sri Lanka, Tailandia y Uruguay. Como observadores participan Cuba, Mauricio, Singapur y Vietnam.
Las tres potencias, que junto a Japón constituyen los pilares del sistema multilateral de la Organización Mundial del Comercio (OMC), han mantenido el régimen de restricciones mediante cuotas para obstruir las compras a los países en desarrollo, sostuvo la OITV.
El presidente del bloque de países del Sur, Stuart Harbison, representante permanente de Hong Kong ante la OMC, la región administrativa especial de China, deploró que las tres potencias hayan suprimido sólo algunas pocas restricciones comerciales desde 1994.
En ese año se concertaron los acuerdos multilaterales de comercio de la Ronda Uruguay, que en el sector textil y del vestido comprometen a los países desarrollados a eliminar de manera progresiva, durante los 10 años siguientes, las restricciones a las importaciones de las naciones del Sur mediante sistema de cuotas.
El incumplimiento de las expectativas legítimas de los países en desarrollo "ha erosionado su confianza en el sistema de la OMC y en el proceso de liberalización del comercio multilateral", dijo el presidente de la OITV.
Harbison resumió la protesta del frente exportador en cartas dirigidas a Pierre S. Pettigrew, ministro de Comercio Internacional de Canadá, a Pascal Lamy, comisionado para el Comercio de la Unión Europea, y a Charlene Barshefsky, representante comercial de Estados Unidos.
En las tres misivas se censuran los magros resultados alcanzados en la aplicación de los acuerdos textiles de la Ronda Uruguay y se desafía a los países industrializados a acelerar el proceso de liberalización.
A los países industrializados les corresponde la responsabilidad de liderazgo y de inspirar confianza entre los países en desarrollo, recordó la OITV.
Además de ayudar a los países en desarrollo, el desmantelamiento de las cuotas textiles podría acarrear pingües beneficios a los consumidores y a los empresarios de las mismas naciones proteccionistas, observó.
Un estudio reciente encomendado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia llegó a la conclusión de que las restricciones de la UE a las importaciones de textiles y vestido se convierten en una carga para los consumidores europeos.
El precio de las políticas proteccionistas para el bloque europeo supera los 25.000 millones de dólares anuales, que equivalen a unos 280 dólares para una familia de cuatro miembros, dijo la investigación de Estocolmo.
El frente de países exportadores dijo que la integración del sector textil y de confección a los acuerdos de liberalización de la Ronda Uruguay, por parte de los países que imponen las cuotas, se ha registrado en un 33 por ciento.
Sin embargo, esa integración abarca primordialmente a productos que estaban excluidos del régimen de cuotas, apuntó la OITV.
Por ejemplo, Canadá eliminó únicamente 29 de las 295 restricciones al comercio mediante el sistema de cuotas, mientras que la Unión Europea derogó 14 de 219 cuotas. En el caso de los productos del vestuario esas cifras son aún inferiores.
Estados Unidos sólo anuló 13 de un total de 750 cuotas. Igual que en el caso europeo, los productos de confección mantienen un proteccionismo mayor.
El frente de exportadores que aporta entre 40 y 45 por ciento del comercio mundial del sector resaltó la importancia de esa industria para los países del Sur.
La actividad textil y del vestido representa alrededor de 20 por ciento de las exportaciones de manufacturas de esa categoría de naciones. Pero en el caso de los países menos desarrollados, el peso del comercio exterior de esa actividad es aún mucho mayor. (FIN/IPS/pc/dm/if/00