Ingenieros y académicos de China denunciaron al gobierno irregularidades técnicas y administrativas en la construcción de la central hidroeléctrica de Tres Gargantas, la más grande del mundo.
Cincuenta y tres especialistas enviaron una carta al gobierno de Beijing para alertarle, por segunda vez este año, que el proyecto está viciado de irregularidades.
La carta de protesta, redactada por el ex ministro de Recursos Hídricos Lu Qinkan y enviada la semana pasada, advirtió al presidente Jiang Zemin que las autoridades de la represa de Tres Gargantas pueden provocar un desastre, ya que están alterando el proyecto original.
En un intento de aumentar al máximo la producción de energía de la central y compensar el alto costo de su construcción, las autoridades a cargo planean llenar el embalse en los primeros seis años.
Esta medida viola una resolución de 1992 del Congreso Nacional del Pueblo, el parlamento chino, que establece la obligación de mantener un bajo nivel de agua en el embalse durante un período inicial de 10 años, según los demandantes.
Elevar el nivel del agua en los primeros seis años de operación obligará a que unas 500.000 personas deban abandonar sus hogares, bloqueará la navegación en el río Yangtzé, donde la represa está siendo construida, e incrementará la sedimientación en el puerto de Chongging, afirmaron.
El Yangtzé se encuentra cerca de la ciudad de Chongging, en la provincia de Sichuan. La central, cuya construcción comenzó en 1994 y finalizará en 2009, estará capacitada para generar 18.000 megavatios de electricidad.
El proyecto original le evitará al gobierno la difícil y costosa tarea de desplazar a medio millón de personas y salvará a cuatro grandes fábricas y muchos lugares históricos de quedar sumergidos bajo el agua, sostuvieron los denunciantes.
"Esta es nuestra segunda denuncia instando al gobierno central a respetar la resolución de 1992", afirma la carta, que además presenta evidencias de cómo en 1997 las autoridades de Tres Gargantas decidieron ir en contra de la resolución del parlamento sobre la operación de la central.
Varias denuncias de mala administración y hechos de corrupción salieron a la luz en los últimos 20 meses. Hasta la controlada prensa estatal manejó las denuncias, lo que revela cómo el caso tomó estado público.
En enero, el Diario del Pueblo, el periódico del Partido Comunista, informó que al menos 14 personas estaban implicadas en un desfalco por 57 millones de dólares, al haber desviado fondos destinados para el reasentamiento de residentes desplazados por la central.
Posteriormente, uno de los sospechosos del caso fue sentenciado a muerte.
Ese mismo mes, un alto ejecutivo del proyecto fue acusado de desviar 24 millones de dólares mediante la importación de cientos de camiones, excavadoras y vehículos de carga usados.
La denuncia más seria llegó dos meses después. El líder de una compañía vinculada a la construcción, la Corporación de Desarrollo Económico de Tres Gargantas, desapareció con más de 120 millones de dólares, según informó un diario de Hong Kong.
El South China Morning Post reveló que Jin Wenchao, el jefe de la empresa, obtuvo el dinero a través de préstamos que supuestamente iban a ser destinados a la central hidroeléctrica.
El hijo y la hija de Jin también fueron acusados de obtener créditos para negocios ficticios.
A tres años de que se inicie la primera fase de operación de la central, los expertos cuestionan más que antes si es oportuno construirla.
Un informe de Probe International realizado a fines de 1999 prevé que el costo total de la central ascenderá a 70.000 millones de dólares. "La energía eléctrica de la central costará al menos dos veces más que la de las nuevas turbinas a gas altamente eficientes", predicen los autores del informe.
Pero además se cuestiona su utilidad. China tiene un exceso de oferta de electricidad y cada vez más centrales térmicas y nucleares, haciendo aun más difícil que Tres Gargantas venda su energía.
Las autoridades, sin embargo, afirman que la represa servirá para controlar las inundaciones de verano, que el año pasado destruyeron cinco millones de hogares.
Pero otros sostienen que la represa no podrá controlar las inundaciones debido a la rápida sedimentación en el Yangtzé y en el embalse de la represa. (FIN/IPS/tra-en/ab/is/rp/mlm/en/00