/BOLETIN-DD HH/ ONU: Trasnacionales deben respetar derechos humanos

La apropiación de actividades del Estado por parte del sector privado no se reduce a los rubros rentables sino que se extiende a todas las responsabilidades inherentes, sugiere el último informe de la ONU sobre desarrollo humano.

El informe sostiene que el modelo de rendición de cuentas en materia de derechos humanos centrado en el Estado no se aviene a las necesidades de una época signada por el proceso de mundialización.

Sólo una perspectiva mundial resulta aceptable en materia de derechos humanos, afirma el Informe sobre Desarrollo Humano 2000 preparado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El informe advierte a las empresas transnacionales que no basta con obtener utilidades: también tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos.

La mundialización debe comprender los derechos humanos tanto como el capital y el comercio, insiste.

Los fenómenos simultáneos de la pérdida de autonomía del Estado y del aumento de la integración económica mundial determinan mayores responsabilidades para la Organización Mundial del Comercio (OMC) y las compañías transnacionales para que sus políticas refuercen los derechos humanos.

El informe del PNUD se ocupa de los acuerdos multilaterales de comercio, un conjunto de normas supervisado por la OMC que ha sido recibido con recelo por los países en desarrollo debido a las atribuciones que se arrogan para intervenir en las políticas nacionales.

Essos acuerdos multilaterales tienen importantes consecuencias para el bienestar y los derechos humanos, por lo que es necesario evaluar sus efectos como parte de las negociaciones, dice el documento.

El PNUD no aclaró si esa evaluación puede convertirse en una nueva condición para los países en desarrollo en sus relaciones comerciales internacionales.

Los países del Sur cuestionan la tendencia creciente de las naciones industrializadas a condicionar los vínculos comerciales y financieros y la ayuda oficial, a sus concepciones sobre derechos laborales, ambiente, democratización, corrupción y ahora también derechos humanos.

Sin embargo, el informe recoge algunas de las preocupaciones principales de los países en desarrollo, como la polémica cuestión de las patentes farmacéuticas.

El acuerdo de la OMC sobre Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio es criticado porque podría dejar fuera del alcance de los pobres muchos medicamentos esenciales y porque no protege los conocimientos tradicionales de comunidades indígenas, observa el informe.

El documento se hace eco de muchas de las objeciones que las organizaciones no gubernamentales oponen a las políticas de liberalización comercial de la OMC y a sus métodos de trabajo.

El secreto de muchas negociaciones económicas y comerciales internacionales debilita la rendición de cuentas y contradice el enfoque orientado a los derechos en lo relativo a la transparencia en la formulación de políticas económicas, según el informe.

Los ciudadanos excluidos de los debates suelen ser los que tienen que soportar el peso del pago de las deudas contraídas, reflexiona el PNUD.

El informe, que contiene las mismas secciones dedicadas en cada entrega anual a distintos indicadores sobre desarrollo humano, se dedica básicamente a demostrar el vínculo existente entre la lucha por los derechos económicos y sociales y la lucha por las libertades civiles y políticas.

La pobreza es una cuestión de derechos humanos tanto como la detención aribitraria, ejemplificó el PNUD. La tortura de una persona causa indignación, pero se pasa por alto la muerte de más de 30.000 niños diariamente por causas que en su mayoría se podrían evitar, agregó.

El documento incursiona en el campo de la democracia y propone un nuevo modelo que supere «la fuerza bruta de la mayoría». Los votos por sí solos no garantizan los derechos humanos. Una mayoría elegida democráticamente puede aplastar a las minorías, según el informe.

En Europa occidental, afirma el texto, las minorías inmigrantes suelen ser víctimas del racismo y la violencia. En respuesta, el PNUD propuso la idea de la democracia incluyente, que dé cabida a las minorías.

El informe también advierte que el estancamiento o la contracción de la economía están debilitando los avances en materia de libertades civiles en muchos países.

Por esa razón, la erradicación de la pobreza resulta imprescindible no sólo para la promoción de los derechos económicos, sino también para ayudar a mantener los logros en la esfera de los derechos civiles.

Las estadísticas del informe comprueban que en casi todos los países se observan menos privaciones y mayor desarrollo humano en las zonas urbanas que en las rurales.

Por otra parte, en la mayoría existen diferencias entre los grupos étnicos y en casi todas partes la situación del hombre es mejor que la de la mujer.

El informe también determina que la igualdad de género no depende del crecimiento económico pues algunos países en desarrollo tienen mejores índices que otros más ricos.

Costa Rica, por ejemplo, ocupa el lugar 24 en materia de potenciación de la mujer, por encima de Japón, que figura en el 41. Sin embargo, el producto interno bruto por persona de Costa Rica representa menos de un tercio del japonés.

En una clasificación sobre 174 países que tiene en cuenta la esperanza de vida, la educación y el ingreso, Canadá vuelve a ocupar, por séptimo año consecutivo, el primer lugar en el indice de desarrollo humano. Le siguen Noruega y Estados Unidos.

En las dos últimas posiciones figuran Sierra Leona y Níger. (FIN/IPS/pc/mj/dv hd/00

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