La derrota en México del PRI, un partido tentacular identificado con el Estado, sugiere una etapa de maduración de la democracia en América Latina, pese a la corrupción y la exclusión política y social denunciadas en varios países.
Las primeras reacciones en los países latinoamericanos destacan que el candidato triunfante, Vicente Fox, realizó el domingo la hazaña de vencer a un rival de la envergadura del PRI (Partido Revolucionario Institucional), que gobernaba desde 1929 y mantenía un amplio control social.
El PRI llegó al poder "a balazos" y no está dispuesto a ser desalojado por "los votos", advirtió a principios de los años 90 un dirigente sindical oficialista. Muy rápidamente avanzó la historia desde entonces y la democracia mexicana, aunque aún "en ciernes", se abre paso, afirmaron este lunes varios analistas en México.
Vencido el oficialismo en México, la Asociación Nacional Republicana de Paraguay, más conocida como Partido Colorado, es ahora en América Latina el grupo político que más tiempo lleva en el gobierno.
El Partido Colorado gobierna de modo ininterrumpido desde 1948, once años antes de que Fidel Castro conquistara el poder por las armas en Cuba. Está enquistado firmemente en la estructura del Estado, a ejemplo del PRI, y como ocurría en México, quien lo controla tiene el mando en el país.
La lucha por la Presidencia se dirime en Paraguay en el partido gobernante y las elecciones avalan ese resultado. A veces, las enemistades políticas entre dirigentes colorados se resuelven por la violencia, como entre las corrientes internas del PRI y como lo evidenció el asesinato en 1999 del vicepresidente Luis María Argaña.
Pero los acontecimientos de México podrían tener especial impacto en Perú. El reelegido presidente peruano Alberto Fujimori perdió un importante aliado en la Organización de Estados Americanos (OEA) como consecuencia del resultado de los comicios en México, según coincidieron varios analistas en Lima.
"Las democracias abiertas y plurales en el continente han ganado un gran aliado, aunque el partido ganador de las elecciones en Mexico, el PAN (Partido Acción Nacional), sea de derecha", comentó el abogado constitucionalista y ex senador Enrique Bernales.
Pedro Planas, dirigente del movimiento opositor Somos Perú, de Alejandro Toledo, desafiante de Fujimori en las polémicas elecciones de abril y mayo, consideró que el triunfo de Fox debe llevar a la discusión sobre el proceso de democratización en Perú.
"El triunfo de un partido opositor en uno de los países latinoamericanos mas importantes impactará en la politica internacional de la región", señaló por su parte el analista César Arias.
Toledo retiró informalmente su candidatura a la segunda ronda de las elecciones peruanas, celebrada el 28 de mayo, exigiendo que se desmontara "la maquinaria del fraude electoral".
Los observadores electorales enviados a Perú por la OEA renunciaron a su tarea por entender que el sistema de cómputo de votos no ofrecía seguridades, y una misión especial del foro hemisférico estuvo la semana última en Lima en busca de solucionar la crisis política.
Fujimori quitó la nacionalidad peruana y una emisora de televisión a Baruch Ivcher, nacido en Israel, por denunciar violaciones de los derechos humanos, y ahora intenta lograr mayoría parlamentaria arrebatando diputados electos a la oposición. Lo hace mediante la coacción o el soborno, aseguran sus adversarios.
"La elección de Fox modificará toda la estructura política, incluso sindical, de México", y tendrá amplia repercusión en la sociedad, "habituada al sistema de caudillaje del PRI", comentó en Brasil Clovis Brigagao, del Centro de Estudios de las Américas de la Universidad Cándido Mendes, de Río de Janeiro.
La victoria del PAN "es positiva en la medida que favorece la democratización del país", dijo Brigagao a IPS.
Los uruguayos Líber Seregni, Wilfredo Penco y Carlos Baráibar afirmaron que la jornada electoral del domingo jerarquiza a la democracia mexicana y pone fin al régimen de "partido único ligado al Estado con fuerte coacción sobre los electores que caracterizara hasta ahora a México".
Seregni, vicepresidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, Penco, miembro de la Corte Electoral de Uruguay, y el diputado Baráibar, pertenecen al izquierdista Frente Amplio-Encuentro Progresista.
Los tres se encuentran en México, en calidad de invitados extranjeros del Instituto Federal Electoral.
Las dictaduras tradicionales ya no tienen lugar en América Latina y, con excepción de Cuba, donde persiste el régimen de partido único, las elecciones son de participación múltiple. Así mismo, la rotación de los partidos en el poder va a cumplirse finalmente en México, aunque de momento parece difícil lograrla en Paraguay y Perú.
Más largo puede ser aún el camino hacia la democracia social. México forma parte de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los países más ricos de la tierra y, unido a Canadá y Estados Unidos desde 1994 en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, es el principal exportador latinoamericano.
Pero sus riquezas pertenecen a muy pocos. En efecto, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lo ubica nuy lejos de sus socios de la OCDE en materia de desarrollo humano (medido por la alfabetización, la esperanza de vida y la mortalidad infantil) y de distribución del ingreso.
El 20 por ciento más rico de la población de México se lleva 58,2 por ciento del ingreso nacional, y el 20 por ciento más pobre, sólo 3,6 por ciento, según el PNUD.
Barbados, Bahamas, Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, Trinidad y Tobago y Dominica aventajan a México en América Latina y el Caribe en materia de desarrollo humano, de acuerdo con el informe difundido el 29 de junio por el PNUD. (FIN/IPS/ff/ip/00