La Union Europea (UE) acumula excedentes agrícolas mientras gran parte de la humanidad se debate entre la precariedad y la miseria, afirmaron hoy los ministros de Agricultura de los 42 países de este continente.
Los ministros de la UE y sus pares de los restantes 27 países del continente concluyeron este viernes cuatro días de la Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en esta ciudad 300 kilómetros al norte de Lisboa.
El ministro portugués, Capoulas Santos, afirmó que el problema no puede ser resuelto con donaciones, que alimentan no los estómagos de los pobres, sino "a las amplias redes de corrupción" que aparecen al no existir soluciones.
Por su parte, el presidente portugués Jorge Sampaio, del Partido Socialista, enfatizo que el combate contra el hambre y la pobreza no puede ser emprendido solo por instituciones tales como la Organización Mundial de Comercio (OMC), "porque no todo en agricultura es financiero o tecnocrático".
El director general de la FAO, Jacques Diouf, reconoció que "la generosidad de Europa es loable" al "proporcionar asistencia alimentaria a las poblaciones afectadas por calamidades naturales o por el hombre".
"Pero podría hacer mejor ayudando a los campesinos, pastores y pescadores de los países desfavorecidos, por medio de transferencia de tecnología y de conocimiento agrícola", agregó.
Si la UE afronta esta política como prioridad, "Europa será para el mundo un factor esencial de estabilidad y progreso", anadió Diouf, y precisó que la seguridad alimentaria universal es un desafío a superar mediante una lucha sin cuartel "para reducir el inaceptable número" de desnutridos.
Al hacer un balance de la producción de cereales en el último quinquenio en Europa, Diouf reveló que el promedio de producción aumentó 1,8 por ciento a pesar de las condiciones climáticas desfavorables.
Sin embargo, en los países de bajo ingreso y de carencia de alimentos (Albania, Armenia, Azerbaijan, Bosnia-Herzegovina, Georgia, Macedonia y Moldavia) se registraron descensos inquietantes. La producción de cereales de 1999 equivalió apenas a 38 por ciento de la correspondiente a 1995.
En cuanto a la seguridad de los alimentos, los ministros europeos hicieron hincapié unánime en el apoyo al "Codex Alimentarius", proyecto de normativa que apunta a la universalidad y armonizada con las reglas nacionales.
Los ministros y la FAO coincidieron en que el Codex debe promover una visión global de la seguridad de los alimentos, desde el lugar de producción en el campo hasta la mesa del consumidor, lo que significa responsabilizar a todos los que intervienen en la cadena alimentaria.
Entre ellos, incluyeron a quienes producen raciones para los animales que luego van a ser ingeridos por seres humanos.
La FAO propuso —y los ministros estuvieron de acuerdo— en que los poderes públicos deben intervenir para que sea proporcionada a las personas detalles del alimento que van a consumir, "mediante etiquetas verdaderamente informativas".
La información requerida deberá ser proporcionada incluso "cuando las opiniones científicas sobre la presencia o ausencia de riesgos no sean unánimes", en especial en los casos de los alimentos genéticamente modificados.
Al concluir los debates, los ministros fueron unánimes al reconocer el papel de la FAO en materia de seguridad alimentaria.
Subrayaron el desempeno de la agencia especializada de la ONU en la comisión del Codex Alimentarius, el que, según los ministros, tendrá un impacto importante en los países que intentan mejorar la protección a los consumidores y a la vez incrementar su acceso a los mercados internacionales. (FIN/IPS/mdq/mj/dv/00