Las elecciones parlamentarias de este fin de semana en Zimbabwe serán fraudulentas si no resultan en la victoria del partido opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), advirtió su líder, Morgan Tsvangirai.
"Todo resultado que no le otorgue al MDC la victoria habrá sido seriamente tergiversado", dijo Tsvangirai a la prensa este jueves.
El ex dirigente sindical sostuvo que, aunque no están las condiciones dadas para que los comicios del sábado y el domingo sean libres y transparentes, su partido avanzó bastante como para desalojar al gobernante Frente Patriótico de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU-PF) del poder.
El ZANU-PF gobierna desde que Zimbabwe logró independizarse de Gran Bretaña en 1980.
"En el MDC confiamos en que, a pesar del fraude, ganaremos por importante margen. El ZANU-PF perderá gran cantidad de votos", dijo Tsvangirai, quien acusó al gobierno de pagar a la policía para ayudar a orquestar las elecciones.
Pero el presidente Robert Mugabe, en el poder desde 1980, declaró que sólo con la intervención del diablo podrá la oposición obtener la mayoría de las bancas en el Parlamento.
"Si Tsvangirai… gana, entonces sabré con seguridad que hemos sido visitados por el diablo", dijo. El MDC representa la mayor amenaza al poder político del ZANU-PF en sus 20 años de gobierno.
No obstante, Mugabe dijo que está dispuesto a aceptar el resultado de las elecciones, cualquiera que sea. Tsvangirai también espera que las Fuerzas Armadas y la policía hagan lo mismo.
Los veteranos de guerra de la independencia, muchos de ellos en las Fuerzas Armadas y la policía, anunciaron que protagonizarán un golpe de Estado si gana el MDC.
Pero el ministro de Defensa Moven Mahachi dijo que los veteranos de guerra no tienen la capacidad para organizar un golpe. El coronel Chancellor Diye, el portavoz del ejército, dijo que el arma servirá al gobierno, cualquiera que éste sea.
La policía desplegará a 30.000 agentes en una operación nacional para asegurar que los comicios transcurran en paz.
"Los agentes de seguridad deberán respetar los deseos del pueblo", declaró Tsvangirai, quien indicó que el ejército le aseguró que respetará la opción popular.
La campaña electoral de los quintos comicios parlamentarios desde la independencia provocó la muerte a 32 personas y lesiones a decenas más en incidentes políticamente motivados, mientras los ataques a edificios y negocios resultaron en pérdidas de miles de dólares.
Entre los muertos, sólo uno pertenecía al partido de gobierno. Hasta el momento no hubo arrestos.
Este miércoles, Zeke Chigwagwa, un partidario del MDC, fue muerto a golpes en su casa en Gokwe East, unos 200 kilómetros al oeste de Harare. Tampoco se detuvo a nadie por el crimen.
Varios integrantes del ejército habrían participado en estos ataques, una acusación negada firmemente por el ministro de Defensa Mahachi. Pero el ejército y la policía no hicieron nada mientras opositores fueron atacados por veteranos de guerra y partidarios del ZANU-PF.
Por ejemplo, Dave Stephens, un agricultor blanco y partidario del MDC, fue secuestrado de una estación de policía por veteranos de guerra y seguidores del ZANU-PF en Macheke y asesinado el 14 de abril.
Ante la amenaza electoral que representa el MDC, el ZANU-PF recurrió a la intimidación y la violencia para vencer a la oposición.
Dirigido por Tsvangirai, el antiguo secretario general del Congreso de Sindicatos de Zimbabwe, el MDC se convirtió en el primer partido de oposición en presentar 120 candidatos contra el ZANU-PF, que desde la independencia cuenta con 147 de las 150 bancas del Parlamento.
Según Tsvangirai, el partido terminó la última semana electoral con una violencia en escalada y "decenas de candidatos cambiando de casa por la noche temiendo por sus vidas".
Los ataques han aumentado en Hwedza, Honde Valley, Marondera y Gokwe, donde varios candidatos y partidarios de la oposición fueron internados por las lesiones sufridas.
Así mismo, "candidatos y agentes electorales fueron detenidos sin acusación en zonas como Gokwe y Zengeza", denunció Tsvangirai.
"El gobierno no se detuvo ante nada para retirarle a sus ciudadanos el derecho al voto, ya sea mediante golpizas, intimidación o violación de las reglas y procesos electorales", aseguró.
Partidarios del gobierno confiscaron los documentos de supuestos opositores para impedir que voten este fin de semana.
Falta un día "para que la gente acuda a las urnas, pero el gobierno aún no informó donde están los circuitos electorales. En zonas aisladas, la gente quizá tenga que caminar un día o más para llegar a ellas, si supieran donde están", dijo Tsvangirai.
"Eso significa que muchas personas que quieren votar quizá no puedan hacerlo simplemente porque no se les informó donde están los circuitos electorales", agregó.
En el caso de que Mugabe pierda las elecciones legislativas, en teoría Mugabe podrá seguir en el gobierno, presidiendo con una minoría en el Parlamento. La ley electoral le permite designar a 30 legisladores no elegidos por el pueblo.
Pero Tsvangirai espera que Mugabe sea "digno" y se retire si su partido pierde. "De lo contrario, tendrá que negociar con nosotros como mayoría en el Parlamento. No puede designar su propio gobierno porque nos opondremos a su presupuesto y los empleados públicos no recibirán sus salarios", advirtió.
Más de 16.000 observadores de todo el mundo estarán presentes en las elecciones del sábado y el domingo, así como gran cantidad de periodistas. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00