Hay 11,8 millones de personas habilitadas para votar en las elecciones del 30 de julio en Venezuela, pero en esa lista no entraron 120 indígenas yanomami, que reclaman ante tribunales el derecho al sufragio.
"Su situación se considerará de manera especial", aseguró este viernes la Defensora del Pueblo, Dilia Parra, cuya oficina planteó el caso ante la sala electoral del Tribunal Supremo para que se pronuncie sobre el derecho a votar del grupo de indígenas, habitantes de una aislada región venezolana.
Los 120 indígenas yanomami, que deben recorrer largas distancias para ejercer sus derechos, no habrían sido atendidos durante el proceso deregistro electoral, de acuerdo con informaciones divulgadas en la capital.
"Hasta último momento estaremos abogando por ellos", dijo Parra.
La oficina de la Defensoría del Pueblo fue estrenada en este país este año y forma parte del Poder Moral o Ciudadano consagrado por la nueva Constitución vigente desde diciembre, con la misión fundamental de defender los derechos de los habitantes de este país.
Parra se refirió al caso de los yanomami en una visita al Consejo Nacional Electoral (CNE) para anunciar que su oficina estará vigilante durante este proceso electoral, el más accidentado que se recuerde en este país desde el inicio de la democracia en 1958.
Los venezolanos tienen pendiente la elección de 6.451 funcionarios, desde presidente hasta miembros de las juntas regionales, con el fin de adaptar los poderes públicos a las normas de la Constitución vigente desde este año.
Los comicios fueron convocados inicialmente para el 28 de mayo, pero fracasaron estrepitosamente cuando el Tribunal Supremo decidió suspenderlos apenas tres días antes, cuando era evidente que las fallas técnicas hacían peligrar el éxito de la votación.
El caso de los yanomami surge precisamente en unos comicios en que los indígenas venezolanos tienen una presencia electoral sin precedentes, garantizada por los novedosos derechos que les fueron garantizados en la nueva Constitución.
Los indígenas tienen reservadas tres bancas en la futura Asamblea Nacional unicameral que reemplazará al tradicional Congreso bicameral después de las elecciones. Además tendrán cargos en asambleas legislativas regionales de ocho estados y en mas de 60 concejos municipales.
En total son unos 75 cargos. "Antes nuestra participación en estos procesos era casi nula", comentó José Poyo, coordinador del Consejo Nacional Indígena (Conive), una organización que participa activamente en la justa electoral.
La Constitución vigente desde el 30 de diciembre contiene por primera vez un capítulo completo sobre los derechos de los indígenas, que en la carta fundamental anterior, de 1961, eran prácticamente inexistentes.
Durante las deliberaciones de la Asamblea Constituyente la aprobación de ese capítulo fue objeto de una densa discusión, por los cuestionamientos al derecho de los pueblos indígenas sobre su hábitat "y las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan".
Al fin se impuso la tesis de incluir el capítulo, respaldada con entusiasmo por el presidente Hugo Chávez, y desde el mismo preámbulo se advirtió que Venezuela es una nación "multiétnica y pluricultural". El texto también establece que "los pueblos indígenas tienen derecho a la participación política".
En la práctica esta disposición compromete a las instituciones del Estado a facilitar a los miembros de las etnias esa participación, lo que en el caso de los yanomami implica atender a comunidades aisladas que viven en una región de difícil acceso.
Según algunas estimaciones, más de 20.000 yanomami viven en el sur de Venezuela y en el norte de Brasil.
Es un pueblo con un inusual desarrollo cultural, basado en el simbolismo, que hasta bien entrado el siglo XX se mantuvo aislado en sus comunidades, sorprendiendo a los etnólogos que se aventuraban hasta las profundidades de la Amazonia.
Aún ahora hay comunidades yanomami que están aisladas y muchos de ellos ni votan ni tienen la documentación necesaria para inscribirse en los registros.
Organizaciones indígenas, antropólogos y los propios dirigentes de los yanomami han denunciado que la etnia es objeto de procesos de aculturación, es víctima de enfermedades y de invasiones, en especial la de los mineros ilegales. (FIN/IPS/lc/mj/pr ip/00