Los 15 jefes de gobierno de la Unión Europea (UE) acordaron hoy en esta aldea portuguesa, entre otras medidas contra el lavado de dinero, abolir el secreto bancario sobre las cuentas de no residentes.
En los dos días de cumbre semestral concluidos este martes, como en contadas ocasiones previas, se tomaron decisiones que suponen cambios radicales en el esquema de integración seguido hasta ahora por la UE, al adoptar el modelo de "Europa de dos velocidades" para dar tiempo a los países más atrasados.
Los líderes de la UE acordaron acabar antes de fin de 2002 con el secreto bancario y con todo obstáculo al cobro de impuestos al ahorro de no residentes dentro del bloque, como medida contra el lavado de dinero procedente del narcotráfico y otros delitos.
En Santa María da Feira, 300 kilómetros al norte de Lisboa, los jefes de gobierno de Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y Suecia aprobaron la agenda de negociaciones para la reforma del Tratado de la Unión.
Además, se confirmó el ingreso de Grecia a la zona del euro, la moneda europea común.
Sin embargo, los principales puntos del orden del día no fueron los de rutina. A los jefes de gobierno de la UE mostraron preocupación por los problemas políticos de Austria y por la armonización fiscal en el espacio comunitario.
El acuerdo sobre la tasación y el fin del secreto que ampara a las cuentas bancarias fueron los más trabajosos.
La mayoría de los países, como Gran Bretaña, cuyo sistema es de un rigor extremo, se veían amenazados por la existencia de "paraísos fiscales" como Luxemburgo y de ardientes defensores del secreto bancario como Austria.
El primer país en ceder en las reuniones de ministros de Finanzas fue Luxemburgo. Austria demoró hasta el último momento, y llegó incluso a atrasar la declaración conjunta final en casi dos horas.
Los inconvenientes derivados del aislamiento de Austria, tras el acceso al poder de la extrema derecha xenófoba del Partido de la Libertad (FpO) de Joerg Haider, fue la invitada indeseada de la cumbre de Santa María da Feira, pese a que no fue parte del programa de trabajo oficial.
Viena está decidida a dar la batalla contra las sanciones impuestas por los restantes 14 países —reducción a nivel técnico de las relaciones bilaterales políticas y diplomáticas— con el argumento de que la llegada del FpO al poder no rompió los principios de democracia y tolerancia que rigen a la UE.
Jóvenes austríacos acamparon en los accesos de Santa María da Feira con pancartas y camisetas con la leyenda "Queremos justicia para Austria" y repartiendo chocolates y galletas rellenas elaborados en los Alpes.
En el campo político, las concesiones de Austria en materia de armonización fiscal parece haber dado ya algunos frutos al gobierno de ese país.
El canciller portugués Jaime Gama, coordinador de la diplomacia conjunta de la UE, declaró que "con esta postura constructiva Austria demostró un cambio, lo que podría acelerar una solución al problema" de las sanciones.
En la agenda de los 15 estuvo también presente el relanzamiento del eje franco-alemán, verdadera locomotora de la economía de la UE, que se propone desplazar a Estados Unidos como primera potencia mundial en un decenio.
Con esta cumbre, la UE pretende profundizar la discusión sobre cuestiones institucionales iniciada cuatro meses atrás. La Presidencia portuguesa —calificada por el semanario británico The Economist como la mejor en la historia de la UE— presentó un informe al respecto.
La ampliación de la UE al sur, al centro y al este de Europa — Chipre, Eslovenia, Estonia, Hungría, Polonia y República Checa, en el primer grupo, Bulgaria, Eslovaquia, Letonia, Lituania, Malta y Rumania en el segundo— es el pretexto de la reforma institucional.
Según el informe, cuando se amplíe la UE, no debe aumentarse el número de miembros (comisarios) de la Comisión Europea, máximo órgano ejecutivo del bloque. Portugal propone limitar los comisarios a un número fijo, con voto ponderado y extendiendo los asuntos a decidir por mayoría calificada.
También se aceptó la iniciativa portuguesa de fortalecer la cooperación en el marco de la llamada "Europa de varias velocidades", que permitiría a un grupo de países avanzar con determinadas políticas, aunque los demás no quieran o no puedan acompañarlas.
La Presidencia portuguesa logró una señal positivo para los 12 aspirantes a ingresar a la UE, pero la cumbre de Santa María da Feira no emitió una fecha. Eso será debatido hasta diciembre, durante el semestre presidido por Francia.
En materia de política externa y de seguridad común, la cumbre creó un grupo de trabajo conjunto con la Organización del Tratado del Atlantico Norte (OTAN) que analizará modalidades de transferencia de medios del pacto atlántico a la UE y las relaciones permanentes entre las dos organizaciones.
Se trató así de oficializar el embrión de un ejército europeo común sin herir las susceptibilidades de Estados Unidos, el más poderoso de los países integrantes de la OTAN. (FIN/IPS/mdq/mj/ip if/00