TIMOR ORIENTAL: Comunidad mundial confirma apoyo al nuevo estado

Timor Oriental podrá seguir contando con el apoyo de la comunidad internacional para la creación del nuevo estado independiente asiático, cuyo territorio fue devastado a fines de 1999 por milicias integracionistas apoyadas por el ejército de Indonesia en retirada.

Esta fue la principal conclusión de una reunión que congregó el jueves y este viernes en Lisboa a los países e instituciones donantes para la reconstrucción de Timor Oriental, ex colonia portuguesa del archipiélago de Java, invadida por Indonesia en 1975, lo cual costó la vida de 210.000 de sus 650.000 habitantes de entonces.

El territorio, formalmente portugués hasta completar el ciclo de la descolonización, interrumpido por la invasión de 1975, es administrado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde que se separó de Indonesia en septiembre.

La reunión contó con la participación del presidente del Consejo Nacional de Resistencia Timorense (CNRT), José Alexandre Xanana Gusmao, y su vicepresidente, José Ramos-Horta, y se destinó a hacer un balance de las aplicaciones de la ayuda hasta ahora otorgada, que suma unos 500 millones de dólares.

Un cuarto de esa cantidad fue concedida por Portugal y otros 100 millones de dólares por Japón. Los donantes aprobaron en la reunión, que concluyó este viernes por la tarde, una suma adicional de 16 millones de dólares para el presupuesto del próximo ejercicio fiscal (2000-2001).

En el encuentro de Lisboa participaron 29 naciones, grupo formado por los 15 países de la Unión Europea (UE), los principales donantes, a los que se une Australia, Brasil, Brunei, Canadá, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Filipinas, Indonesia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Rusia y Tailandia.

La organización estuvo a cargo de Portugal, de la Misión Temporaria de Las Naciones Unidas para Timor Oriental (Untaet), el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, y asistieron todas las agencias especializadas de la ONU, fundaciones de cooperación y organizaciones no gubernamentales.

La reunión, moderada por el brasileño Sergio Vieira de Mello, administrador de Untaet, permitió escuchar palabras de elogio de Jemal-ud-din Kassum, vicepresidente del Banco Mundial para Asia del este y el Pacífico.

Kassum calificó el trabajo realizado en el germen del nuevo estado de "gran logro", algo que no consiguieron los países de Europa oriental tras la desaparición de la Unión Soviética y del bloque socialista, entre 1989 y 1991.

Timor Oriental podrá alcanzar en dos o tres años los niveles económicos que tenía antes de su destrucción en septiembre, ya que tiene un crecimiento del orden de 15 por ciento de su producto interno bruto.

"Es obvio que Timor Oriental necesita de apoyo de la comunidad internacional en los próximos años, pero es un país viable", enfatizó Kassum.

Gusmao, tras agradecer "por el inequívoco apoyo de la comunidad internacional al pueblo de Timor, lanzó un inesperado alerta sobre "la situación extremamente grave, y de casi sublevación" de las insurgentes Fuerzas Armadas de Liberación de Timor (Falintil), que durante 23 años resistieron la ocupación indonesia.

Las Falintil, acantonadas en las montañas, en situación de pobreza extrema y víctimas de enfermedades, no están autorizadas por la Untaet para bajar armados a las ciudades y aldeas.

Los guerrilleros se niegan a desarmarse mientras persistan las incursiones de las milicias, que desde Timor Occidental realizan ataques relámpago, amparadas por el ejército indonesio que, al parecer, no obedece órdenes de Jakarta en esa región.

Gusmao hizo un dramático llamado ante lo que describió como "el dilema de continuar no apoyando a las Falintil, relegándolas a una condición inhumana, actitud que nos podrá hacer pagar un alto precio politico y social"

Para poner coto a esta situación, el gobierno portugués dispuso el mes pasado la entrega de 50.000 dólares mensuales para pagar sueldos a los ex combatientes y para financiar parte de sus necesidades de sobrevivencia.

Gusmao agradeció esta ayuda, pero señaló que la solución del problema debe ser de raíz. "Por eso, apelamos al buen sentido de los donantes para que esta cuestión tan sensible sea superada de forma digna y tan urgentemente como sea posible".

Solicito "una atención especial" al problema, proponiendo convertir a las Falintil en el embrión de las futuras fuerzas de seguridad del nuevo país, cuya fecha de nacimiento declinó vaticinar.

"Todavía no hay una fecha. Es un proceso complicado. Se trata de la creación de una sociedad civil nueva", concluyó el líder timorense. (FIN/IPS/mdq/dm/ip/0

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