RUSIA-ASIA CENTRAL: Seguridad domina lazos pos-soviéticos

Los mandatarios de 12 países ex soviéticos se reunieron en esta capital para discutir sobre sus vínculos económicos, pero la cumbre terminó dominada por asuntos de seguridad.

Los líderes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) acordaron el miércoles un programa para combatir el terrorismo y el extremismo, y decidieron establecer un centro conjunto para combatir ambos males en toda la CEI, que agrupa a 12 de las 15 repúblicas ex soviéticas.

El centro, con sede en Rusia, estará encabezado por el general ruso Boris Mylnikov.

Solo el presidente de Turkmenistán, Saparmurat Niyazov, se abstuvo de firmar el acuerdo sobre la creación del centro alegando la neutralidad de su país, aunque sus críticos afirman que la amenaza del fundamentalismo islámico no le preocupa demasiado.

El extremismo y el terrorismo no conocen fronteras y hacen necesario aunar fuerzas, destacó el presidente de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev, quien llegó a Moscú para una visita oficial y luego asistió a la cumbre de la CEI.

Sin embargo, la agrupación decidió retirar sus fuerzas de paz – dominadas por tropas rusas, pero también integradas por fuerzas de Kazajistán y Kirguiztán- de Tajikistán.

Esta medida fue posible debido a la "paz y estabilidad" reinante en Tajikistán, según su presidente, Emomali Rajmonov.

Sin embargo, admitió que el grueso de las tropas rusas permanecerán en su país, pero sobre una base bilateral.

En abril de 1999, Rusia y Tajikistán acordaron establecer una base militar rusa que incluiría la división 201. La mayor parte de esas tropas están alejadas de la capital, protegiendo la conflictiva frontera con Afganistán contra incursiones de rebeldes y traficantes de drogas y armas.

Rajmonov ha permanecido en el poder en gran parte debido al apoyo político, militar y financiero de Rusia, que mantiene en Tajikistán unos 16.000 hombres.

La oposición islámica firmó en Moscú un acuerdo de paz hace tres años que otorgó a los fundamentalistas islámicos el control de un tercio de los cargos de gobierno y la integración al ejército de combatientes mujaidines.

Sin embargo, Konstantin Totsky, jefe del Servicio Federal Ruso de Guardia Fronteriza, expresó dudas sobre la posibilidad de un rápido retiro de las fuerzas de paz de Tajikistán, al menos hasta que ese país retorne plenamente a la normalidad.

Aparte de cuestiones de seguridad, el orden del día de la cumbre incluyó la formación de una zona de libre de comercio dentro de la CEI. Rusia sugirió una discusión más profunda del tema.

Rusia ha intentado mantener su presencia en Asia central, a la que dominó durante siglos, y el Kremlin pretende incluso ampliar su papel en la volátil región.

El presidente ruso Vladimir Putin visitó en mayo Uzbekistán y Turkmenistán, justo 12 días después de su asunción, para promover intereses económicos y de seguridad de su gobierno, pese a las críticas hacia el totalitarismo de los mandatarios de esos dos países.

En un intento por fortalecer la influencia de Moscú en la región, Putin prometió ayuda militar a Uzbekistán para que pueda combatir lo que percibe como la amenaza del extremismo islámico.

Putin realizó el anuncio el 19 de mayo en Tashkent, la capital uzbeka. "Una amenaza a Uzbekistán es una amenaza a Rusia", dijo Putin luego de conversar con el presidente Islam Karimov.

En caso de agresión de extremistas, Rusia ayudará a los estados de Asia central, afirmó el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas rusas, general Kornukov.

No fue coincidencia que el 20 de junio Rusia y Uzbekistán lanzaran un proyecto para impulsar la cooperación en materia de defensa aérea.

Las preocupaciones políticas de Uzbekistán incluyen un renacimiento del fundamentalismo islámico en Asia central.

En mayo de 1998, Uzbekistán y Tajikistán formaron una "troika" con Rusia para combatir el fundamentalismo y el wahabismo, una rama conservadora del islamismo sunita que según esos gobiernos amenazaba Asia central y el norte del Cáucaso en Rusia, principalmente la provincia separatista de Chechenia.

"Los estados de Asia central, así como Rusia, se consideran amenazados por el extremismo islámico", señaló Dimitry Mosyakov, investigador del Instituto de Estudios Orientales, un gabinete de estrategia con sede en Moscú.

Pero aunque Rusia reafirmó esta semana su compromiso de salvaguardar la estabilidad en Asia central, es improbable que el aumento de su presencia armada en la región se deba a presiones financieras sobre esos países, opinó. (FIN/IPS/tra-en/sb/js/mlm/ip/00

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