/Mujeres líderes/ COLOMBIA: El paso del mundo financiero a proyectos sociales

Florángela Gómez dejó su exitosa carrera profesional en el gobierno de Colombia para liderar una empresa que canaliza recursos de empleadores y trabajadores en programas de atención a la niñez y de capaciación de la mujer.

Gómez, doctorada en economía en la Universidad de Nueva York, fue profesora de las privadas universidades Javeriana y Los Andes, viceministra de Hacienda y presidenta de la Asociación Bancaria (gremio único del sector financiero) antes de asumir la dirección ejecutiva de la fundación Dividendo por Colombia.

Llegó a esa fundación privada en diciembre de 1998, cuando el país afrontaba una severa recesión, con 15 por ciento de desempleo y un crecimiento del producto interno bruto (PIB) de sólo 0,48 por ciento, frente a 3,43 por ciento del año anterior.

"La difícil coyuntura económica me llevó a comentar las inquietudes que tenía" con personas que estaban realizando actividades sociales, "pero que les faltaba experiencia", dijo Gómez a IPS.

Entonces, "decidimos unir esfuerzos para orientar esas iniciativas a proyectos de salud, educación y recreación en las comunidades más pobres de Bogotá y Medellín", en el noroeste del país, explicó.

El proyecto, que comenzó con menos de 10 empresas locales y transnacionales y hoy reúne a cerca de 27 firmas, concentra unos 500.000 dólares anuales aportados por empleadores y 5.300 trabajadores.

El mayor crecimiento de aportantes se registró en 1999, pese a que en ese año la crisis económica y social obligó a muchas industrias, comercios y al sector financiero a restringir fuertemente sus gastos y a realizar drásticos recortes de personal, comentó Gómez.

Las estadísticas del Banco de la República (central) y del Departamento Nacional de Planeación indican que el año pasado el PIB se contrajo 5,3 por ciento, el desempleo llegó a 19,4 por ciento de la población económicamente activa —el más alto de las últimas tres décadas— y el déficit fiscal fue de 6,2 por ciento.

Tras el leve repunte de la economía de los últimos meses, la fundación espera llegar a fines de este año con 30 empresas sumadas al proyecto y 3.800 empleados más como aportantes.

El trabajo de la empresa dirigida por Gómez comienza con los empleados de las firmas adheridas, los cuales son invitados a participar en forma voluntaria.

"Ellos son quienes deciden a qué programas y el monto a aportar y autorizan a que se les descuente de sus salarios mensuales, mientras el empresario debe duplicar esa contribución", explicó la directora de Dividendo por Colombia.

Es un modelo que busca rescatar el sentido de solidaridad, en una sociedad que presenta uno de los más altos índices de violencia del mundo, con cerca de 25.000 homicidios por año, de los cuales menos de 13 por ciento corresponde a víctimas del conflicto armado interno.

La fundación financia cerca de 28 proyectos sociales en Bogotá y Medellín, y para el segundo semestre del año espera ampliar su cobertura a Cali, ciudad ubicada en el oeste colombiano, y a más largo plazo a la norteña Barranquilla.

Uno de los proyectos que destaca Gómez es el del Centro de Alfabetización de Niños Desplazados y Marginados de Medellín, en el que se resumen los problemas más graves que afrontan los niños y las mujeres de Colombia a causa de la violencia generada por la guerra civil.

La no gubernamental Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento señala que las personas desplazadas de sus hogares en el país desde 1985 suman ya dos millones, que equivale a 4,8 por ciento de la población.

Las mujeres y niños representan 53 por ciento de los desplazados y, de éstos, 32 por ciento de mujeres son cabeza de familia.

En el barrio Llanaditas de la ciudad de Medellín, conformado por personas desplazadas del noroeste colombiano, la Fundación Las Golondrinas encontró que la población presentaba condiciones precarias, reflejadas en una gran desnutrición, hacinamiento, problemas de salud y un fuerte déficit de cobertura educativa.

Ante ello, esa organización, con el apoyo de Dividendo por Colombia, implementó un programa de formación integral para 86 niños que se encontraban fuera del sistema educativo, complementado con servicios de nutrición y salud.

En enero, tres meses después de haberse iniciado el proyecto, la evaluación hecha por la empresa de Gómez indicó que se ha mejorado el nivel educativo, acompañado del ingreso al sistema formal de educación de 50 por ciento de los niños inscriptos.

Dividendo por Colombia también tiene en marcha en Ciudad Bolívar, barrio de Bogotá, un proyecto en conjunto con la organización no gubernamental Oriéntame destinado a 100 niños cuyas madres no tiene empleo fijo.

Allí trabajan y reciben ingresos de menos de un salario mínimo (130 dólares mensuales) y se les suministra suplemento alimenticio, mientras sus madres se capacitan para el mejoramiento de su calidad de vida.

Estos programas sobrepasan el criterio "asistencialista", porque atienden las áreas de formación y educación hacia futuro para la mujer de bajos recursos económicos, que afronta una situación "complicada", señaló Gómez. (FIN/IPS/yf/dm/hd/00

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