El Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna México desde 1929, y el conservador Partido Acción Nacional (PAN), llegan en un empate técnico a la antesala de las elecciones presidenciales, según los últimos informes difundidos antes de la veda de encuestas.
El candidato del PRI, Francisco Labastida, recoge 42 por ciento de las adhesiones de los mexicanos, sólo tres por ciento por encima de su principal competidor, Vicente Fox, del PAN, cuando faltan 10 días para las elecciones, señala una consulta del diario Reforma.
Las encuestas de opinión de voto configuran una guía de la ruta hacia el veredicto final del 2 de julio, pese a que son desdeñadas por algunos candidatos cuando los resultados no los favorecen, pero siempre utilizadas como herramienta fundamental de las estrategias de campaña.
"Después de una larga historia sin encuestas en México, el abuso en la divulgación de consultas creó un rápido hartazgo y desorientación entre los ciudadanos, que no creen en ellas", comentó a IPS la investigadora Lourdes Fournier.
Sin embargo, esta herramienta "sirve a los partidos políticos para diseñar o reorientar sus campañas", explicó Fournier, especialista del departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma de México (UAM).
Agregó que, en estrategia de mercado, "es muy importante saber qué pasa con el producto en promoción, además de conocer la opinión de los consumidores".
Un estudio realizado por la UAM en la ciudad de México reveló que, en una calificación de uno a 10, los capitalinos otorgaron 5,3 de credibilidad a las encuestas.
El Instituto Federal Electoral (IFE) contabilizó entre abril y mayo 391 trabajos de encuestas, reportes referidos a las mismas u otros estudios publicadas en medios informativos de todo el país para medir las preferencias electorales.
De un total de 160 consultas identificadas en ese período, sólo 56 casos mencionaron al responsable o patrocinador y apenas 35 publicaciones especificaron la frecuencia de no respuestas, así como los niveles de confianza y error estadístico, señaló el IFE.
Solamente cinco de 107 encuestas realizadas entre enero y febrero acreditaron rigor científico en la metodología aplicada por empresas y medios de información, añadió este organismo responsable de conducir el proceso electoral en el país.
Un trabajo publicado este jueves por el diario Excelsior reveló que 42,2 por ciento de los consultados votará por Labastida, ex gobernador del norteño estado de Sinaloa, mientras 35,7 por ciento lo hará por Fox, ex jefe de gobierno del central estado de Guanajuato.
Organizaciones no gubernamentales expresaron inquietud a lo largo de la campaña electoral, ante lo que consideraron desmesurada publicación de consultas públicas, las cuales dieron lugar a la llamada guerra de encuestas.
Esta modalidad de medición de la opinión pública comenzó a surgir en el país recién a mediados de la década de los 80, y los resultados de las que se hacían entonces no eran divulgadas.
Así, de una tradición "de no encuestas se pasó a la saturación de los ciudadanos" con consultas en las que, en muchos casos, los electores "perciben que las mismas conllevan un interés" particular, señaló Fournier.
"El tema de la opinión pública es muy delicado y complejo", pero en México se añade "el problema de la desconfianza en el resultado de las consultas", y "el hecho de que la gente aún no sabe leer las encuestas", indicó la investigadora.
El nivel de precisión o error estimado y la confiabilidad estadística son factores determinantes en los criterios generales de carácter técnico que deben seguir las encuestas, explicó.
El IFE se prepara para vigilar el comportamiento de las empresas que realizan conteos rápidos o encuestas de salida el mismo 2 de julio, día en que los 60 millones de votantes habilitados han sido convocados además para renovar el parlamento.
Los particulares que efectúen esas tareas deberán plegarse a criterios estadísticos de carácter científico, los cuales debern informar al IFE. En caso contrario, las empresas o personas serán objeto de demanda penal.
Pero los resultados que aparecen en simulacros de comicios que se realizan en distintas universidades del país son muy diferentes a las que surgen de las encuestas generales.
El candidato a la Presidencia por el Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda), Cuauhtémoc Cárdenas, ganó ampliamente en este tipo de elecciones en centros de estudios, a pesar de que ocupa un lejano tercer lugar en casi todas las consultas de opinión de voto difundidas por los medios de prensa.
Cárdenas, ex gobernador de la ciudad de México, obtuvo 51,5 por ciento de los sufragios en la UAM, contra 30,6 por ciento de Fox y 5,3 por ciento de Labastida.
En tanto, en la Universidad Pedagógica Nacional, el PRD arrasó con 60,8 por ciento, mientras Fox logró 21,1 y Labastida sólo 6,8 por ciento de los votos. En la Escuela Nacional de Maestros, el resultado fue 49, 30 y 9,2 por ciento, respectivamente.
En la Universidad Nacional Autónoma de México, la mayor casa de estudios superiores del país y de América Latina y escenario de un conflicto que mantuvo paralizadas sus actividades más de un año, 51,5 de los alumnos votó por Cárdenas, 29,2 por ciento por Fox y 7,72 por ciento por Labastida. (FIN/IPS/pf/dm/ip/00