Italia planteó hoy que los recursos liberados por la reducción de la deuda externa de los países del Sur deben ser utilizados para la lucha contra la pobreza y no tomados como una simple operación contable.
Esta política fue puesta en práctica por primera vez en Marruecos, con el cual el gobierno italiano acordó una reconversión de la deuda de ese país por 100 millones de dólares.
El convenio estipula que Marruecos destinará esos fondos a inversiones en el campo social y a la protección del ambiente.
La reducción o condonación de la deuda representa ya 10 por ciento de la ayuda italiana a los países del Sur, informó este jueves en una conferencia internacional el director general de la Cooperación para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Claudio Spinedi.
El funcionario habló en el IV Foro Internacional sobre la Deuda, que se desarrolla este jueves y el viernes en Roma, como parte de una campaña de organizaciones sociales, no gubernamentales e instituciones locales para lograr que en el 2000, año del Jubileo, se ponga término a la deuda externa.
La condonación de los adeudos de los países pobres es también uno de los objetivos principales fijados por el papa Juan Pablo II en el año del Jubileo.
Los recursos que se liberan por este mecanismo constituyen un gran desafío para los gobiernos, al cual está haciendo frente Italia, señaló Spinedi.
La condonación o reducción de la deuda contribuye de ese modo a aumentar los fondos de la cooperación italiana, cuyo principio inspirador, que lleva adelante desde hace unos dos años, es la reducción de la pobreza, agregó.
También recordó que la ayuda pública al desarrollo, aunque ha disminuido en general, es un elemento extremadamente importante, sobre todo para los países más pobres, como los africanos y los de la cuenca del mar Mediterráneo, que absorben 80 por ciento de la asistencia italiana.
En esta batalla para la reducción de la pobreza, Italia se mueve en un contexto internacional, principalmente a través de las agencias de la Organización de las Naciones Unidas y, en particular, por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Además, una de las características de esta política de cooperación es su relación con los organismos locales, regionales, provinciales y las organizaciones no gubernamentales.
"Hemos creado, a partir de América Central, y se extenderá al Mediterráneo y Africa, una red de agencias locales de desarrollo que se sostienen ya por sí sola, a las cuales ayudamos a nacer, pero que ahora son autónomas", explicó Spinedi.
Italia destinó para su política de cooperación al desarrollo 0,18 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1999, y prevé llegar en los próximos cinco años a 0,25 por ciento, que es el promedio de los 22 países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
Ese porcentaje está lejos del 0,70 del PIB que acordaron otorgar los países del Norte industrializado en 1970.
La deuda que los países en desarrollo mantienen con Italia alcanza a 30.000 millones de dólares, 12.000 millones corresponden a créditos otorgados por entidades públicas y los 18.000 millones restantes por empresas privadas.
Italia aprobó el 18 de diciembre de 1999 una ley para la reducción de la deuda de los países más pobres altamente endeudados.
Por cada dólar de ayuda recibida, los países acreedores restituyen 13 por el servicio de la deuda, según un documento presentado en la conferencia.
Cada niño que nace en un país pobre altamente endeudado debe 347 dólares, indica el informe. (FIN/IPS/jp/dm/ip/00