El presidente electo de República Dominicana, Hipólito Mejía, programa una visita oficial a Haití para fines de julio, dos semanas antes de asumir, con el fin de mejorar las relaciones entre los dos países vecinos.
República Dominicana, cuya lengua oficial es el español, y Haití, cuyos habitantes hablan francés y creole, comparten una isla en el mar Caribe y una frontera de casi 300 kilómetros de longitud.
"Los preparativos para recibir al nuevo jefe del estado dominicano están muy avanzados, y ya comenzaron las conversaciones entre funcionarios de ambos países para planificar una agenda de la visita", dijo la fuente.
La visita de Mejía, que se desarrollará antes de asumir el cargo el 16 de agosto, pretende subrayar la importancia que el próximo gobierno dominicano pondrá en sus relaciones con Haití.
Mucho antes de ser elegido presidente, Mejía promovió la mejoría del vínculo, y siempre expresó que un acercamiento entre Santo Domingo y Puerto Príncipe sería su prioridad en materia diplomática. Pocos días despues de su triunfo electoral reiteró ese concepto.
Funcionarios haitianos, que siempre han buscado nuevos caminos para encarar los problemas bilaterales, aplaudieron el triunfo el socialdemócrata Mejía, quien expresó que los dos países necesitaban aclarar sus respectivas políticas comerciales y de inmigración.
Más de 400.000 haitianos residen ilegalmente en la República Dominicana. Trabajadores de Haití se desempeñan en agricultura, en especial en las plantaciones de caña de azúcar, café y tomates. Muchos trabajan también en la industria de la construcción.
En los últimos ocho años, el gobierno dominicano ha perseguido a indocumentados haitianos y deportándolos a la frontera. Desde 1991, excluyendo el periodo 1991-1994 durante el cual el país estuvo bajo un régimen militar, las autoridades haitianas protestan por esas repatriaciones forzadas.
La primera gran oleada de deportados se produjo en julio de 1991 y exasperó la tensión entre los gobiernos de Jean-Bertrand Aristide y Joaquín Balaguer.
Las deportaciones también sacaron a la luz los padecimientos de muchos haitianos sometidos a virtual esclavitud en la República Dominicana. Esa situación humanitaria fue investigada por la Organización de las Naciones Unidas en 1991.
Mejía confía que a raíz de su visita se establezcan relaciones armónicas y respetuosas entre los dos países, y puedan olvidarse las desavenencias del pasado. (FIN/IPS/tra- eng/fo/imc/sz/da/ego/mj/ip/00