La crisis económica que atraviesa Vietnam provocó el desempleo de egresados universitarios que cursaron carreras orientadas a los negocios.
Cuando Thanh comenzó a estudiar administración de empresas hace cuatro años, la economía estaba floreciente y atraía a todo tipo de inversores extranjeros.
Entonces, el país intentaba dejar atrás la pobreza provocada por la planificación estatal de los años 80, y muchos padres soñaban con oportunidades sin precedentes para sus hijos, tras haber conocido sólo penurias.
Pero la economía se debilitó en el último trienio debido en parte al retraso en las reformas impuestas por el gobierno. Como resultado, miles de nuevos graduados como Thanh se encontraron repentinamente desempleados y sin saber qué hacer.
"Quiero usar mis conocimientos en importación-exportación. Desgraciadamente, es muy difícil conseguir lo que busco", dijo Thanh, de 24 años.
Desde 1996 a 1999, el desempleo aumentó a un ritmo de 16 por ciento anual. Alrededor de 150.000 personas se incorporan cada año al mercado laboral, pero en estos días alrededor de 600.000 universitarios siguen sin trabajo.
Algunos funcionarios atribuyen la culpa de la situación a los mismos jóvenes desocupados y a sus padres.
Phung Khac Binh, director del Departamento de Asuntos Políticos en el Ministerio de Educación y Formación, declaró a la revista Inversión Vietnam que muchos jóvenes y sus padres creen erróneamente que pueden hacerse ricos si estudian cursos de administración de empresas.
"Muchos pasan cuatro o cinco años en la universidad pagando entre 36 y 72 dólares por mes, y luego aceptan empleos que no tienen nada que ver con lo que aprendieron. Es un penoso desperdicio de dinero", sostuvo.
La medicina y la agricultura eran las carreras preferidas de los estudiantes universitarios vietnamitas en la economía planificada, pero a mediados de los 90 se volcaron por la economía, el comercio, el derecho y las relaciones exteriores.
En 1994, por ejemplo, la Universidad de Comercio Exterior de Hanoi registró un total de 12.000 aspirantes para 500 plazas. En la facultad de Derecho de Ciudad Ho Chi Minh (ex Saigón), 36 candidatos compitieron por cada vacante en ese año.
El propósito de esos estudiantes, al parecer, era conseguir trabajo en el sector privado, preferiblemente en una firma con inversores extranjeros. Creyeron que en comparación con las empresas estatales, esas compañías ofrecían mejores sueldos y oportunidades de formación y progreso.
Pero otros observadores opinaron que la diferencia entre logros educativos y empleo no se debe sólo a errores de apreciación de padres y alumnos.
Un factor fundamental ha sido la lentitud del gobierno para aplicar los cambios necesarios en la transición a la economía de mercado, agregaron.
La línea dura del Partido Comunista consideró el colapso de las economías vecinas, durante la crisis regional de 1997 en el sudeste asiático, como una confirmación de su inquietud por el efecto desestabilizador de la integración global.
Vietnam pudo evitar en gran medida el impacto de la crisis, pero el resultado fue que los intransigentes en el partido insistieron en frenar las reformas económicas.
"Las autoridades parecen haber llegado a la conclusión de que el avance más rápido hacia la liberalización es una receta para la inestabilidad", comentó un informe de Moody's, la compañía calificadora de riesgo de inversiones.
Pero "al optar por la inmovilidad a corto plazo y la ineficacia económica, probablemente se produzcan problemas socioeconómicos que esas medidas justamente pretenden evitar", observó la agencia.
Obviamente, eso no encajó bien con las empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras, que se quejaron porque el gobierno no corregía viejos problemas como aranceles exorbitantes, costos más altos que en el resto de la región, discriminación en favor de las firmas estatales y corrupción.
Irónicamente, mientras gran parte de Asia se recupera de la crisis, con el Banco de Desarrollo Asiático pronosticando una expansión de la economía regional de 6,2 por ciento anual, el Banco Mundial estimó sólo 3,5 por ciento de crecimiento para Vietnam.
En marzo, Clifford Chance, la mayor firma legal del mundo, anunció la clausura de sus operaciones en Vietnam debido a la falta de negocios.
"Las cosas pueden evolucionar muy rápido en Asia. Muchos países salieron de la recesión, pero Vietnam no corresponde (a ese cuadro)", declaró un representante de Clifford.
"Cuando el clima cambie en Vietnam nos alegrará mucho volver. Pero, para ser realistas, pasarán al menos tres años antes de que pensemos en volver", señaló.
Hay señales de que Hanoi endurece su posición respecto a las reformas económicas. El primer ministro Pham Van Khai declaró durante su visita del mes pasado a Tailandia que "somos conscientes que una reforma acelerada no es el mejor vehículo para asegurar estabilidad y desarrollo".
Entretanto, el ministerio de Educación prometió "ajustar" el enrolamiento universitario para satisfacer la demanda de trabajadores acordes con la "antigua economía", en lugar de generar desempleados en administración de empresas.
Algunos graduados, como Thanh, evalúan cuidadosamente su situación. "No es verdad que no hay suficientes oportunidades de trabajo, pero encontrar una que utilice nuestros conocimientos y nos brinde la oportunidad de hacer lo que aprendimos en la facultad es otra cosa", comentó.
Sin embargo, la realidad aún frustra a muchos jóvenes que se disponen a ingresar en la universidad. En la facultad de Economía de Ciudad Ho Chi Minh, por ejemplo, 53.429 se presentaron para ocupar plazas que equivalen a una cifra 13 veces menor.
La cantidad de aspirantes que dieron el examen de ingreso en la facultad de Derecho de Hanoi bajó de 35.000 en 1999 a 22.000 este año, pero la cifra aún supera 22 veces la cantidad de plazas. (FIN/IPS/tra-en/nnp/ccb/ego/aq/if-lb/00