La principal oferta de América Latina para los inversionistas extranjeros son 141 empresas de posible privatización, evaluadas en unos 50.000 millones de dólares, que acentuarían la competencia entre capitales europeos y estadounidenses, de acuerdo con datos difundidos en Venezuela.
El Sistema Economico Latinoamericano (SELA), que organiza para el 29 y el 30 de este mes en Caracas un foro sobre "Experiencias y Expectativas" de la inversión extranjera, hizo notar que en los años 90, la región recibió la inyección de más de 400.000 millones de dólares.
Un informe del Instituto de Relaciones Europeo Latinoamericanas (IRELA) preparado para el foro de Caracas, destacó que si bien las privatizaciones disminuyeron 69 por ciento en 1999, a partir de este año "el número de licitaciones crecerá y se elevarán los valores de los activos".
Noventa por ciento de las 141 empresas mencionadas por el documento serían del sector energético. "Es previsible que la competencia entre las empresas europeas y estadounidenses por el mercado latinoamericano sea cada vez más intensa", se señaló.
El IRELA realizó el estudio para precisar el papel de los capitales de la Unión Europea (UE), que "en 1998 se convirtió en la principal fuente de inversiones en América Latina", al destinar ese año 28.600 millones de dólares, ante 18.000 millones de Estados Unidos.
Las inversiones estadounidenses en esta región eran en 1993 ocho veces superiores a las europeas. El aumento posterior de la participación de la UE se debería a que "en los últimos años, las empresas han buscado en América Latina potencial de crecimiento y mercados en expansión".
Sin embargo, Estados Unidos mantiene una posición de liderazgo, con una inversión acumulada 79 por ciento superior a la europea.
Los recursos destinados a América Latina representaron nueve por ciento de las inversiones extranjeras realizadas por las empresas de la UE en 1998, añadió el IRELA. E hizo notar que en general, esos recursos generan pocos proyectos nuevos, y se han concentrado más bien en fusiones y adquisiciones.
Cerca de 90 por ciento del flujo de capitales de la UE hacia América Latina se concentró en Argentina, Brasil y Chile. México recibió cinco por ciento de las inversiones, y el otro cinco por ciento fue dirigido hacia la Comunidad Andina.
El foro convocado por SELA con representantes de los 26 países que lo integran revisará en forma especial las tendencias del capital europeo dentro del escenario de las inversiones extranjeras, y en particular el caso de España, el país al que corresponde el mayor aumento de colocaciones.
Las inversiones españolas en América Latina pasaron de 780 millones de dólares en 1992 a 12.600 millones en 1998, año en que respondieron por 50 por ciento de los capitales colocados por la UE.
"Ningún otro país ha incermentado tanto sus inversiones directas en un período tan corto", hizo notar el IRELA.
En 1998, América Latina captaba 72 por ciento de la inversión española a nivel mundial, principalmente Argentina, Brasil, Chile y Colombia, que ese año recibieron 93 por ciento de los recursos procedentes de aquel país.
El documento hizo notar que la presencia española se consolidó en 1999, ya que solamente dos operaciones en el sector petrolero argentino y en el de energía en Chile insumieron 16.550 millones de dólares.
Según los datos recopilados por el IRELA, España desplazó a Estados Unidos como principal fuente de inversiones en Argentina, mientras que en Brasil ya ocupa el segundo puesto. Los bancos españoles, a su vez, poseen un tercio de los activos extranjeros en ese sector.
El SELA, por su parte, destacó que el flujo de inversiones exranjeras hacia América Latina ha pasado por diversas etapas. Entre 1950 y 1973 los capitales fueron escasos, pero crecieron entre 1974 y 1981, aunque a costa de endeudamiento externo.
El flujo voluntario se interrumpió en los años 80, calificados como "la década perdida", caracterizados por "una fuerte transferencia de ingresos hacia países desarrollados", causada por los compromisos de la deuda externa.
En los años 90, las inversiones extranjeras en la región comenzaron a experimentar un "importante aumento", en especial a partir de 1994. (FIN/IPS/lc/if/00