Representantes del gobierno y líderes políticos de Italia calificaron hoy de positivo un proyecto a estudio del parlamento para condonar 4.000 millones de dólares de la deuda externa de 78 países pobres altamente endeudados.
La iniciativa, que en la actualidad se encuentra en Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, será considerada el día 23 en sesión plenaria del cuerpo, donde se prevé será aprobada por la casi unanimidad de las fuerzas políticas.
El proyecto establece un plazo de dos años, a partir de su entrada en vigor, para condonar la deuda de esas naciones en desarrollo.
Para acceder al beneficio, los países deudores de Italia deberán asegurar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y renunciar a la guerra como medio de resolución de las controversias internacionales.
También obliga a que los recursos liberados por este mecanismo sean utilizados en el bienestar y el pleno desarrollo humano y de la persona, con especial énfasis en la lucha contra la pobreza.
Esos gobiernos deberán presentar proyectos específicos para volcar los fondos en objetivos sociales, con especial atención en la agricultura, la salud, educación e infraestructura.
La ayuda establecida en el proyecto en discusión prevé la cancelación total de la deuda con Italia de aquellos países que afronten catástrofes naturales.
La deuda que las naciones en desarrollo mantienen con Italia alcanza a 30.000 millones de dólares, 18.000 millones de ellos con entidades privadas.
Esta propuesta italiana fue estudiada en el IV Foro Internacional sobre la Deuda, reunión de dos días que concluye este viernes en Roma, y que forma parte de una campaña de organizaciones sociales, no gubernamentales e instituciones locales para que en el 2000 se ponga término a la deuda externa.
El subsecretario de Relaciones Exteriores de Italia, Rino Serri, dijo que este proyecto de ley abre un camino importante en las relaciones con los países en desarrollo.
Serri se declaró contrario a fijar condiciones en forma unilateral a los países para que puedan acceder a la condonación de la deuda externa que tienen con Italia.
"Los países industrializados no pueden establecer exigencias a los del sur en desarrollo, sino sólo precisar que se trata de un empeño común para lograr el respeto de los derechos humanos, de la libertad y la democracia", afirmó.
El funcionario italiano estimó que la imposición de condiciones podría poner en peligro la operación de cancelación de la deuda.
Por su parte, el secretario del Partido Democrático de Izquierda, la principal fuerza de la coalición de gobierno, Walter Veltroni, calificó de positiva la iniciativa, y expresó el deseo de que los países pobres puedan participar en los foros internacionales donde se adoptan decisiones que les conciernen.
"Es necesario terminar con la costumbre de resolver sobre los países en desarrollo sin escucharlos", advirtió.
Con ese argumento, propuso ampliar el Grupo de los 8 países más industrializados (G-8) a los más pobres, que "hoy no tienen voz cuando se discute sobre su destino".
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, Achille Occhetto, subrayó que "no existen dudas de que la deuda externa de las naciones más pobres es el mayor obstáculo para su desarrollo y los obliga a un nivel de vida dramático".
A menudo, los intereses de la deuda que los países del Sur están llamados a pagar, son superiores a los gastos internos, de tal manera que no pueden destinar fondos a gastos sociales y sanitarios, explicó.
Los organizadores del foro internacional de Roma señalaron que observaban con atención la iniciativa italiana, por considerarla un importante resultado, producto también de la campaña para poner término al pago de la deuda externa.
Expresaron, además, el deseo de que el proyecto pueda ser aún mejorado durante su tramite parlamentario. (FIN/IPS/jp/dm/dv if/00