DESARROLLO: Congreso de EEUU reducirá otra vez ayuda al exterior

La ayuda de Estados Unidos al exterior disminuirá más en el año 2001 si el Congreso aprueba los correspondientes proyectos de ley, aunque la asistencia ya está en su nivel más bajo de los últimos 50 años.

Como en el pasado, gran parte de esa reducción golpeará duramente a los países más pobres del mundo. El parlamento rechazó la propuesta del presidente Bill Clinton de financiar la reducción de la deuda a las naciones más vulnerables y recortó los aportes a las instituciones financieras multilaterales.

Además, el Congreso dominado por los republicanos parece decidido a limitar la contribución a las misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mediante la retención de fondos para operaciones específicas, casi todas en la región subsahariana de Africa.

"Parece que éste será otro año verdaderamente desalentador en el frente de la ayuda exterior", comentó un funcionario del Congreso, y señaló que la asistencia total por persona de Estados Unidos es la más baja del Norte industrial desde hace años.

La ayuda al exterior es determinada por dos tipos de leyes: una de Operaciones Extranjeras que cubre los programas de asistencia más tradicionales, y otra que se refiere al presupuesto del Departamento de Estado y los aportes a las operaciones de paz de la ONU.

El Senado ya aprobó su versión del proyecto de ley de Operaciones Extranjeras para el 2001, mientras la Cámara de Representantes considerará la propuesta preparada esta semana por la Comisión de Asignaciones Presupuestales después del receso del 4 de julio.

La cámara baja aprobó su versión del proyecto de presupuesto para el Departamento de Estado, mientras el Senado todavía debe iniciar su discusión.

Hasta el momento, el panorama es claro. El Congreso probablemente aprobará apenas 13.400 millones de dólares para Operaciones Extranjeras, 1.700 millones menos del monto requerido por la administración Clinton, o sea dos por ciento inferior al nivel actual de ayuda.

Esa cifra no incluye alrededor de 1.300 millones de dólares en fondos suplementarios para la ayuda militar y antidroga a Colombia y sus vecinos andinos, que Clinton firmaría este fin de semana.

Altos funcionarios de la administración ya sugirieron que Clinton vetará la ley de ayuda exterior para el 2001 si ciertos aportes, especialmente referidos a la reducción de la deuda a los países pobres, no son incrementados.

Esa posibilidad de parálisis benefició a Clinton en los últimos dos años, cuando negoció con éxito importante aumentos en ayuda frente a la cerrada oposición republicana justo antes de su receso anual de verano.

El año pasado, por ejemplo, logró obtener 2.600 millones de dólares más en ayuda exterior, incluidos 1.800 millones para respaldar el acuerdo de paz de Wye River entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

"No debe subestimarse su poder de persuasión", dijo un funcionario del Departamento de Estado. Sin embargo, este año Clinton no contará con el potente grupo de presión israelí en sus filas, como ocurrió en 1999 cuando el acuerdo Wye debió ser financiado.

Teniendo en cuenta las medidas adoptadas hasta ahora, resulta evidente que los mayores beneficiarios de la ayuda no se verán demasiado afectados por los cortes.

Los aportes a Israel y Egipto, los principales receptores de la asistencia estadounidense por más de 20 años, ascenderán a 5.000 millones de dólares o más de un tercio de toda la ayuda, de los cuales 3.500 millones se destinarán a la asistencia militar.

La ayuda a Europa Oriental y la ex Unión Soviética también salió más o menos indemne comparada con el año pasado, pese a ciertos recortes de último momento. El total de la ayuda a las dos regiones en el 2001 estará en torno a los 1.300 millones de dólares.

Pero casi todo el resto del mundo, en especial los países más pobres, verán reducida su asistencia.

Preocupan sobre todo 472 millones de dólares por dos años pedidos por Clinton que se usarían para reducir la deuda de países pobres al Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras agencias multilaterales.

Hasta ahora, el Senado aprobó solamente 75 millones de dólares para esa iniciativa, mientras la Comisión de Asignaciones Presupuestales de la cámara baja recomendó 84 millones.

Los esfuerzos de los demócratas en ambas cámaras para aumentar las cantidades por el momento se estrellaron contra el muro de la oposición republicana.

El fracaso en la obtención de los montos totales que, según muchos analistas, serán usados como fichas de cambio en negociaciones posteriores con Clinton, podría demorar la iniciativa en favor de los llamados Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC).

Dicha propuesta fue formulada por el propio Clinton en la reunión que el Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados realizó en Denver, Colorado, en 1999.

No solamente peligran la iniciativa HIPC, sino que también el Banco Mundial y otras agencias multilaterales recibirán menos aportes si el Congreso aprueba las propuestas.

Las contribuciones estadounidenses a la Asociación de Desarrollo Internacional, la filial del Banco Mundial que proporciona préstamos a más de 80 de los países más pobres del mundo, podrían disminuir en 100 millones de dólares del total de los compromisos anuales por 800 millones.

Aportes similares para créditos blandos de los bancos de desarrollo de Asia y Africa también podrían ser recortados en más del 25 por ciento.

El Fondo Mundial para el Ambiente (GEF), que ayuda a países pobres a corregir problemas como la reducción de la capa de ozono en la atmósfera y el recalentamiento de la corteza terrestre, también se sumará este año a la fila de los perdedores.

Washington ya quedó muy rezagado en relación a sus aliados industrializados en sus compromisos de financiación del GEF, cuya creación fue una consecuencia de la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro en 1992.

Los republicanos también parecen decididos a cercenar 555 millones de dólares pedidos por la Casa Blanca para actividades de población. El Senado aprobó 425 millones de dólares, mientras la comisión de la cámara recomendó mantener el programa al nivel actual de 385 millones.

En la ley del Departamento de Estado, los representantes republicanos aprobaron solo 498 millones de dólares de los 739 millones pedidos por Clinton para apoyar las operaciones de paz de la ONU en el 2001, y rechazaron reiteradamente las enmiendas demócratas para agregar dinero a esa cuenta.

Además, el proyecto de la cámara niega explícitamente la concesión de fondos a diversas misiones de paz para la mayoría de países africanos, incluso Sierra Leona, la República Democrática de Congo (ex Zaire), Sahara Occidental, Etiopía y Eritrea.

Estados Unidos financia 25 por ciento de todos los costos de las operaciones de paz de la ONU, de modo que cualquier reducción de sus aportes amenaza la viabilidad de esas misiones, advirtieron funcionarios del foro mundial.

Washington ya debe a la cuenta de las misiones de paz de la ONU más de 1.200 millones de dólares en aportes atrasados acumulados.

La administración cuenta con el Senado para financiar esas operaciones, o al menos quitar de los textos finales de la legislación cualquier referencia sobre prohibición de gastos, pero deberá librar una lucha desigual para lograrlo, según fuentes del Congreso.

Del lado positivo, el Congreso parece tomar más en serio este año la amenaza de enfermedades infecciosas en Africa y otras partes del mundo.

La ley del Senado incluye un nuevo aporte por 651 millones de dólares para iniciativas internacionales de salud enfocadas sobre el VIH/sida, la tuberculosis y la malaria, que afectan sobre todo a países pobres. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/ego/mlm/dv/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe