DESARROLLO: Compromiso de reducir pobreza en duda

El colapso esta semana en París de una ronda crucial de negociaciones sobre ayuda para el desarrollo puso en duda el compromiso contraído por los países donantes de reducir la pobreza mundial a la mitad para el 2015, advirtió la organización no gubernamental (ONG) Action Aid.

"Es una verdadera desgracia que países ricos que afirman estar tratando de contener la extrema pobreza no puedan dar el menor paso para reducir el abuso comercial de sus programas de ayuda", dijo Jeff Chinnock, asesor político de Action Aid. "Es una hipocresía del peor orden".

Las declaraciones de la ONG se debieron a la falta de acuerdo de los 23 miembros de la Comisión de Ayuda para el Desarrollo de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) para mejorar la eficacia de la ayuda en lugar de utilizarla como un subsidio comercial.

Action Aid trabaja con más de cinco millones de personas consideradas las más pobres del mundo en 30 países de Africa, Asia, América Latina y el Caribe. Hace poco, Action Aid y sus afiliadas europeas formaron la federación Action Aid Alliance (AAA).

Chinnock realizó sus declaraciones durante los preparativos de la sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se realizará entre el 26 y 30 de junio en Ginebra para revisar los progresos logrados desde la Cumbre Social de Copenhague, en 1995.

La conferencia acordó en aquella oportunidad lo que se conoce como Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social y el Programa de Acción.

Los 10 compromisos que contiene la declaración indican una determinación colectiva de tratar el desarrollo social como una de las máximas prioridades políticas.

La reunión de esta semana en París, sede de la OCDE, se interrumpió tras ásperas discusiones. "No pudimos lograr un acuerdo porque tres países se negaron a ceder un centímetro en sus posiciones", declaró un funcionario de la Comisión de Ayuda para el Desarrollo.

Esos tres países fueron Dinamarca, Francia y Japón. "Empantanaron el acuerdo porque pusieron sus intereses comerciales por encima de los esfuerzos para mejorar la eficacia de su ayuda a las 48 naciones más pobres del mundo", apuntó un comunicado de Action Aid.

Se esperaba que el acuerdo de París eliminara algunas de las condiciones que traban la asistencia oficial a los países menos desarrollados del mundo, porque obligan a los beneficiarios a gastar el dinero en bienes y servicios de compañías de naciones donantes.

Según la ONG, esa ayuda condicionada aumenta los costos en 25 por ciento. El presupuesto anual de la ayuda exterior al desarrollo en el mundo asciende a 55.000 millones de dólares, de los cuales la mitad están ligados a exigencias comerciales.

"Eso significa que una asistencia libre de condiciones podría aumentar su valor en 7.000 millones de dólares, lo cual equivale casi a toda la ayuda destinada al Africa subsahariana, que representó 8.000 millones de dólares en 1998", declaró Action Aid.

En vista del desacuerdo de la comunidad internacional de donantes para acordar una asistencia incondicional, la ONG presiona a países ricos para que la ayuda condicionada sea incluida como tema de emergencia en la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) a realizarse del 21 al 23 de julio en Okinawa, Japón.

El G-8 está integrado por los siete países más industrializados del mundo (Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá y Japón) más Rusia.

Chinnock dijo que Action Aid también intenta que el consejo ministerial de la OCDE, que se reunirá la semana próxima, ejerza presión sobre Dinamarca, Francia y Japón para que cesen de bloquear el acuerdo sobre ayuda sin trabas.

"En la próxima cumbre del G-8 en Okinawa, Japón se propone informar de qué manera la globalización puede servir a los pobres. Dada la actitud de Tokio esta semana, es difícil tomarlo en serio sobre ese tema, y menos aún que adopte una actitud de liderazgo", opinó Chinnock.

Action Aid también ha insistido ante la Comisión Europea, el organismo ejecutivo de los 15 países de la Unión Europea, para que investigue la posición legal de los estados miembros que condicionan la ayuda al desarrollo.

"La Comisión Europea formulará la semana próxima una advertencia a los países miembros, que están bajo investigación por sus prácticas de vincular la asistencia a intereses comerciales", indicó la ONG.

En la sesión especial de Ginebra, está previsto que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, brinde un informe de la situación y enfatice que "la pobreza en el mundo puede ser notablemente reducida para el 2015 si los países industrializados y en desarrollo cumplen sus compromisos para enfrentarla".

Un borrador preparado en Nueva York con anticipación a la sesión especial de Ginebra destacó que "si bien Africa y los países menos desarrollados han realizado continuos esfuerzos para cumplir con los compromisos de Copenhague, la pobreza persiste".

Uno de los compromisos acordados por las naciones industrializadas fue contribuir con 0,7 por ciento de su producto bruto interno (PIB) a la asistencia oficial para el desarrollo.

Las cifras inciales de la Comisión de la OCDE mostraron que en 1999 el total de la ayuda aumentó cinco por ciento en términos reales a 56.000 millones de dólares.

Gran parte del incremento se debió a la asistencia especial de Japón a los países afectados por la crisis financiera en Asia, y la ayuda internacional a los refugiados de Kosovo.

De todas maneras, la ayuda para el desarrollo representó solo el 0,24 por ciento del PIB combinado de los donantes, si bien fue superior al 0,23 por ciento de 1998.

Según cifras de los 23 países de la DAC, la ayuda total de las naciones del G-7 representó 0,21 por ciento de su PIB combinado.

La asistencia de las naciones fuera del G-7 ascendió a 0,44 de su PIB combinado. Dinamarca, Holanda, Noruega y Suecia fueron los únicos países que cumplieron el compromiso de elevar su ayuda a 0,7 por ciento de su PIB.

Sin embargo, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia coincidieron en que la ayuda tiene un papel crucial para alcanzar los objetivos de desarrollo internacional, apoyando los esfuerzos de las naciones emergentes en la reducción de la pobreza.

La ministra alemana de Cooperación y Desarrollo, Heidemarie Wieczorec-Zeul, recordó que, por insistencia de su gobierno, la cumbre del G-8 realizada en junio pasado en Colonia lanzó la iniciativa de perdonar la deuda a las naciones más pobres.

Se prevé que los compromisos de los 36 países más endeudados, que ascienden a 70.000 millones de dólares, sean condonados. A fines del 2000 se espera que la deuda de 20 países en desarrollo quede cancelada.

Bolivia, Mauritania, Mozambique, Tanzania y Uganda ya fueron informados de que no necesitan reembolsar los préstamos pendientes de ayuda para el desarrollo. (FIN/IPS/tra-en/raj/da/ego/mlm/dv/00

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