DERECHOS HUMANOS: Otro año malo para el mundo, según Amnistía

El panorama mundial de derechos humanos constinuó siendo malo en 1999, pues muchos gobiernos siguieron apelando a la cárcel, la tortura y el asesinato para silenciar a la oposición y mantenerse en el poder, según el informe anual de Amnistía Internacional difundido hoy.

"Para la mayoría de la población del mundo, 1999 significó represión, pobreza y guerra", sostiene el informe de la organización no gubernamental de derechos humanos, la principal del mundo, que analizó la situación de 147 países.

La comunidad internacional respondió con determinación a las crisis de derechos humanos en Kosovo y Timor Oriental, pero "el sufrimiento masivo en otros países quedó virtualmente sin ser informado" al público, de acuerdo con el informe.

Poca atención recibió, por ejemplo, "la más grave y amplia represión sobre disidentes pacíficos ocurrida en China en una década", denunció Amnistía InternacionaI.

En ese sentido, los autores del informe mencionaron la represión contra grupos religiosos, en especial "intensa" en las regiones autónomas de Tibet y Xinjinang.

La prensa de Occidente se concentró en el intenso bombardeo ruso sobre la república separatista musulmana de Chechenia, pero ignoró el "sistemático hostigamiento e intimidación de los chechenos en Moscú" y otras regiones de Rusia.

Sin embargo, no todas las noticias del año fueron malas. El fallo de los tribunales británicos según el cual el ex dictador chileno Augusto Pinochet podría ser acusado de crímenes contra la humanidad creó "un precedente muy importante para el futuro de los derechos humanos".

También siembran esperanza los pasos de muchos gobiernos para acabar con la impunidad y la tortura. De todos modos, en 132 de los 147 países analizados hubo torturas y maltrato a presos y detenidos, según el informe.

En Africa, desolada por las guerras civiles e internacionales desde Sierra Leona en el oeste al Cuerno en el este, pasando por Angola en el sur, la situación fue en particular mala, agrega el documento de 294 páginas.

Ocurrieron ejecuciones sumarias en 17 países, la mitad de los 38 de todo el mundo en que se cometió este tipo de crimen en 1999. Grupos rebeldes de 18 países africanos fueron responsabilizados de serias violaciones, incluidos torturas, tomas de rehenes y asesinato deliberado y arbitrario de civiles.

"Los conflictos armados, los desplazamientos masivos de personas, la tortura, el maltrato y la impunidad endémica continuaron" en Africa, sostiene el informe, según el cual los abusos contra civiles a manos de rebeldes en Sierra Leona figuran "entre las peores conocidas".

Entre esos abusos se contaron masacres, amputación de miembros, secuestros y violación y otras formas de agresión sexual.

Miles de civiles desarmados, entre ellos mujeres y niños, fueron asesinados en Angola, Burundi, Congo, la República Democrática de Congo y Sudán tanto por fuerzas del gobierno como por grupos rebeldes, según el informe.

Conflictos armados, algunos de carácter étnico, cobraron la vida de miles de civiles en la región de Asia y el Pacífico y sirvieron de marco a otras violaciones de derechos humanos, como torturas, desapariciones y arrestos arbitrarios, observó Amnistía Internacional.

Después de que la declaración de la independencia de Timor Oriental por una mayoría abrumadora en plebiscito, cientos de personas fueron asesinadas y decenas de miles más obligadas a huir debido a la violencia orquestada por el ejército de Indonesia.

Cientos más fueron asesinados en Indonesia en el marco de operaciones contrainsurgentes, violencia étnica y religiosa y protestas políticas.

Así mismo, violentos conflictos étnicos dejaron cientos de muertos y heridos y miles de desplazados en Islas Salomón. En India, la lucha armada en el nororiental estado de Jammu y Cachemira causó la muerte a miles de personas.

En Afganistán, las fuerzas del movimiento Talibán incendiaron viviendas, destruyeron cultivos y sistemas de irrigación, en su lucha contra sus enemigos tajik, en el norte.

Mientras, el gobierno militar de Birmania sometió a trabajos forzados y al desplazamiento forzado a minorías étnicas.

En Colombia continuó el conflicto armado y aumentaron las violaciones de derechos humanos practicadas por las Fuerzas Armadas, por los paramilitares de derecha respaldados por el ejército y por la guerrilla izquierdista.

Pese a los esfuerzos por someter a la justicia al ex dictador chileno Augusto Pinochet, primero en España y ahora en Chile, la impunidad prevaleció en la mayoría de los países latinoamericanos, según Amnistía Internacional.

La brutalidad policial, especialmente contra integrantes de los sectores más vulnerables de la sociedad, como los indígenas, los niños de la calle y trabajadores migrantes, persistió el año pasado en América, incluso en Estados Unidos, donde muchas de las personas desarmadas muertas por la policía pertenecían a minorías étnicas.

En Belice, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay y Perú se denunció la tortura de detenidos. Varios gobiernos, y en este caso se destacó Perú, tomaron decisiones para reducir la jurisdicción de foros regionales de derechos humanos.

En Medio Oriente y el norte de Africa, continuaron las denuncias de serias violaciones de derechos. La tortura y los tratamientos crueles persistieron en Arabia Saudita, donde Amnistía Internacional registró 103 ejecuciones en el año.

En Israel se mantuvo la impunidad de los agentes de las fuerzas de seguridad responsables de abusos. Y cientos de personas, entre las que probablemente se contaban prisioneros de conciencia, fueron ejecutadas en 1999 en Iraq.

En Argelia disminuyó la cantidad de asesinatos, en comparación con los años anteriores, aunque las autoridades no tomaron medidas concretas para aclarar los casos de desaparición forzada.

La campaña de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Kosovo y el bombardeo ruso de Chechenia dominaron las informaciones sobre derechos humanos en Europa.

Pero a eso deben sumarse el incremento de las denuncias de tortura en Turquía, la persecusión de los gitanos en zonas de Europa oriental y el agravamiento de la represión en repúblicas ex soviéticas del Cáucaso y de Asia Central.

En cuanto a los progresos verificados, Amnistía Internacional señaló el mejoramiento en 1999 de la situación en Nigeria, donde prisioneros políticos fueron puestos en libertad y se creó una comisión especial para investigar las violaciones de derechos humanos en el pasado.

En Guatemala, la Comisión por el Esclarecimiento Histórico, patrocinada por la Organización de las Naciones Unidas, dio a conocer su informe, en el que responsabilizó a las Fuerzas Armadas de la gran mayoría de las atrocidades perpetradas durante la guerra civil.

Así mismo, los gobiernos de Sri Lanka y Marruecos avanzaron algunos pasos para enfrentar abusos del pasado.

Amnistía Internacional también comprobó progresos en su campaña contra la pena de muerte. Bermudas, Timor Oriental, Turkmenistan y Ucrania abolieron la pena capital y Letonia sólo la mantuvo para delitos excepcionalmente graves.

Turkmenistán y Lituania conmutaron todas las sentencias a muerte por prisión perpetua, y Boris Yeltsin lo hizo en el caso de más de 700 condenas, hasta su renuncia a la Presidencia de Rusia.

Pero Trinidad y Tobago puso fin en 1999 a un periodo de cinco años en que no se ejecutaron las sentencias a muerte.

Casi 2.000 personas fueron ejecutadas el año pasado en 31 países, la gran mayoría en cinco países: China, Irán, Arabia Saudita, República Democrática de Congo y Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en//jl/mj-ff/hd/00

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