La Cooperación para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia muestra con orgullo un moderno hospital que ayudó a construir en Potosí, una de las ciudades más hermosas, pero también la más pobre de Bolivia.
Levantado sobre los cimientos del que fuera construido en los años treinta, el centro de salud cuenta con 146 camas y las instrucciones están escritas en español y en quechua, lengua predominante de 83 por ciento de la población del lugar.
El hospital forma parte de un amplio programa sanitario que Italia lleva a cabo en esa ciudad, ubicada a 4.000 metros de altura y declarada patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Potosí, con 121.414 habitantes en 1992, es capital del departamento del mismo nombre que cuenta con alrededor de un millón de pobladores en la actualidad.
Según estadísticas de 1993, las primeras 10 causas de morbilidad en ese departamento son las enfermedades del aparato respiratorio (22 por ciento) y las intestinales (16 por ciento).
La mortalidad infantil, que en 1976 era de 151 por mil nacidos vivos, se redujo en 1992 a 75 por mil y en 1994 se confirmó la tendencia, aunque en el área rural llega a 94 por cada mil habitantes, casi 40 por ciento más alta que en las zonas urbanas (58 por mil).
La diarrea y la patología respiratoria aguda son las primeras dos causas de mortalidad entre los niños y niñas.
El proyecto, de 4,5 millones de dólares, se inició a fines de 1997 y concluyó su primera fase en 1999, con la inauguración del hospital.
En la actualidad se desarrolla la segunda etapa, que se extenderá hasta el 2001, que contempla la modernización de todo el sistema de salud local y prevé un importante componente de cooperación entre Potosí y la ciudad norteña italiana de Monza.
Se trata de una colaboración que se realiza con la participación de voluntarios italianos que trabajan en forma gratuita en el hospital de Potosí, en una operación financiada por la dirección de la Cooperación de la cancillería, a través del llamado programa Monza-Potosí.
"Estamos experimentando con gran éxito este programa de voluntarios de alto nivel profesional, con médicos que deciden pasar sus vacaciones trabajando en Potosí", dijo Eduardo Missoni, de la dirección de la cooperación italiana y uno de los responsables de esta iniciativa.
El deterioro de salud de los pobladores de Potosí está determinado por los altos niveles de pobreza, carencia de servicios sanitarios, inadecuada utilización de los recursos, además del escaso nivel de preparación y actualización del personal de salud y falta de estímulos profesionales.
La construcción del hospital por si solo no es suficiente, advirtió Missoni.
"En la tradición de la cooperación italiana no existe la idea de construir o reconstruir un hospital y nada más, sino que se considera que es un punto de referencia de un sistema de salud, que debe funcionar, porque sino ese hospital no sirve para nada", explicó.
La segunda fase del proyecto italiano se propone superar, o al menos reducir, esas carencias de servicios sanitarios locales, estimular la capacitación autónoma del hospital, llamado Daniel Bracamonte, en español, y Jatun Janpina Wasi, en quechua,
También se intenta reducir la morbilidad y la mortalidad de la población, aumentar la eficiencia y la eficacia del sistema sanitario local de Potosí, además se realizan programas de capacitación y actualización profesional.
Se trabajará para mejorar las condiciones de salud de la población, implementar planes territoriales de salud, aumentar la cobertura de los servicios, desarrollar actividades de prevención, aumentar la calidad de la asistencia, integración y articulación entre los sistemas médicos.
Missoni recordó lo que dijo una estudiante de Berna, Suiza, que asistió a la inauguración del hospital: "es más hermoso que el de mi ciudad". (FIN/IPS/jp/dm/he dv/00