CAFE: Brasil pone en marcha plan de retención

El ministro de Agricultura, Marcus Pratini de Moraes, divulgó hoy el plan de retención de café en Brasil, cumpliendo la decisión de los países productores para recuperar los precios internacionales.

El programa establece que a partir de este lunes los 13 almacenes autorizados por el gobierno en las principales áreas productoras del país pasan a recibir el café en grano retenido, según normas de la estatal Compañía Nacional de Abastecimiento.

Los costos de transporte, almacenaje y seguro obligatorio corresponden ser abonados por el propietario del producto. Para financiar esos gastos, el gobierno destinó 300 millones de reales (166 millones de dólares) a un interés de 9,5 por ciento anual, considerado bajo en el país.

Los caficultores esperan que esa erogación sea compensada con el aumento de los precios en los mercados mundiales, objetivo de la retención acordada el 19 de mayo en Londres por los 14 miembros de la Asociación de Países Productores de Café (APPC), con la adhesión de muchas naciones no afiliadas.

El acuerdo estableció una reducción de 20 por ciento en las exportaciones en los próximos 24 meses.

Esa retención sólo se suspenderá cuando el promedio de las cotizaciones alcance 95 centavos de dólar por libra de café en grano. Las exportaciones empezarán a ser liberadas si ese precio sobrepasa los 105 centavos.

A partir de esa decisión, los precios oscilan en el mercado mundial, sin que se marque una clara tendencia de recuperación. La esperanza de los caficultores y exportadores de Brasil es que eso ocurra ahora con la puesta en marcha del plan.

Brasil, en su calidad de mayor productor y exportador mundial, le toca retener tres millones de sacos de 60 kilos.

El café retenido será liberado según los plazos y condiciones que defina el Comité Coordinador de la APPC para ese asunto, el cual considerará la evolución del mercado mundial, explicó el ministro Pratini de Moraes.

La decisión de renunciar a 20 por ciento de las exportaciones recibió duras críticas de expertos y empresarios del sector, por considerarla ineficaz.

El Café no es como petróleo, ya que, si se encarece, los consumidores lo sustituyen por otra bebida, arguyó Rubens Nunes, economista de la Universidad de Sao Paulo.

La medida es inoportuna para Brasil en momentos en que el país lucha por aumentar sus exportaciones para aliviar el déficit en sus cuentas externas, observó Bruno Angst, líder de los exportadores de café de Santos, ciudad portuaria del estado de Sao Paulo por donde se embarca la mayor parte de las ventas al exterior.

Los caficultores cuestionan también las bajas cotizaciones actuales, cuando se sabe que la cosecha de este año en Brasil sufre pesadas pérdidas a causa de la sequía en las principales regiones productoras.

La producción alcanzará esta vez a sólo 28,9 millones de sacos, contra lo esperado de 40 millones, según estima la estatal Empresa Brasileña de Investigaciones Agropecuarias.

Ese volumen no será suficiente para cubrir las exportaciones de 17 millones de sacos, incluyendo el café soluble, y un consumo interno estimado en 12,5 millones de sacos.

Sin embargo, la medida cuenta con el apoyo del Consejo Deliberativo de la Política Cafetera, que reúne al gobierno y a representantes de los caficultores, exportadores e industriales.

Brasil tiene que cumplir el plan de retención, sentenció Manuel Bertone, vicepresidente del Consejo Nacional del Café, organismo representativo de los más de 200.000 caficultores brasileños.

Brasil obtuvo 2.230 millones de dólares en ingresos por la exportación de café en grano crudo en 1999, pero este año, se espera que haya una fuerte reducción.

Las ventas externas del producto sumaron 631 millones de dólares entre enero y abril, lo cual representa una caída de 31,4 por ciento respecto del mismo lapso del año pasado.

La escasez de lluvias en el centro-sur de Brasil sustituyó a las heladas como verdugo climático de la caficultura nacional. Su ocurrencia en los primeros meses de este año provocó pérdida de cerca de 40 por ciento en el sur del estado de Minas Gerais, área de mayor producción local.

Otra preocupación de los caficultores es la pérdida de participación del país en las exportaciones mundiales del grano, reducida en la actualidad a sólo 22 por ciento, cuando hasta los años 80 representaba más de 30 por ciento y fue mucho mayor en décadas anteriores.

Los acuerdos de intervención en el mercado para equilibrar oferta y demanda, establecidos hasta 1989 en el ámbito de la Organización Internacional del Café, fueron los responsables de ese retroceso en la participación brasileña, según los críticos.

La caficultura se expandió en forma muy fuerte en el sudeste Asiático, América Central y Africa en los años 60 y 70, lo cual generó exceso de oferta, acusan los defensores nacionalistas del café brasileño. (FIN/IPS/mo/dm/if/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe