Una iniciativa de los sectores empresarios amenaza con la desaparición o por lo menos con la disminución de las ventajas, consagradas en un convenio internacional, que protegen a las mujeres trabajadoras durante el período de la maternidad.
El sector de los empleadores, que integra la Organización Internacional del Trabajo (OIT) junto con las representaciones de gobiernos y sindicatos, propicia la revisión del Convenio 103 para "adaptarlo a la evolución del trabajo y del empleo de las mujeres".
La pretensión de los empresarios confirma que existe una tendencia a tratar de disminuir el carácter obligatorio de los instrumentos de la OIT, interpretó André Linard, de la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), una de las principales centrales obreras internacionales.
Los empresarios justifican su propuesta con el argumento de que desde su sanción, en 1952, el Convenio 103 solo ha obtenido 36 ratificaciones entre los 175 estados miembros de la OIT.
Una reducción de las regulaciones establecidas por el Convenio 103 aumentará las ratificaciones, alegan los representantes del sector empresario privado que integran, con trabajadores y gobiernos, el régimen tripartito de la OIT.
Por el contrario, un convenio disminuido equivaldrá a la desaparición de la protección de la maternidad en el trabajo y colocará a las mujeres en una situación peligrosa, refutó Béatrice Fauchére, representante de la CMT en Ginebra.
El texto de un nuevo convenio se discutirá en la Conferencia Internacional del Trabajo que sesionará desde el 30 de mayo al 15 de junio en la sede de Ginebra de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Durante el proceso previo de debate, conducido por la oficina de la OIT, los representantes empresariales reclamaron que el texto definitivo debe limitarse a establecer los principios básicos de la protección de la maternidad.
Fauchére observó que esa idea refleja un propósito de disminuir el papel normativo de la OIT. Para los empleadores y para ciertos gobiernos, la palabra clave parece ser "la flexibilidad", que se traduce como la negativa a aceptar normas precisas, dijo.
Según ellos, insistió Fauchére, el convenio debería limitarse a líneas directrices y correspondería a cada estado la aprobación de disposiciones más específicas.
La Cámara de Asociaciones de Empleadores de Alemania (BDA) previno que si se descuidan los intereses de las empresas se produce una repercusión negativa sobre las perspectivas del empleo de las mujeres.
El Consejo de Estados Unidos para el Comercio Internacional (USCIB) criticó el nuevo texto propuesto porque establece una norma tan elevada que habrá aun menos gobiernos que puedan ratificar el convenio.
Los instrumentos propuestos, dijo, distan mucho de equilbrar la protección para la mujer y las repercusiones financieras en los empleadores, lo que se traduce en consecuencias adversas para la creación de empleo y un nivel de vida más elevado para todos los interesados.
La discusión del nuevo convenio favoreció la presentación de propuestas sobre la licencia parental y los derechos del padre, auspiciados por el gobierno de Suecia y por las representaciones españolas de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras y de la Unión General de Trabajadores.
Pero a pesar de que Suecia observó que las disposiciones legales acerca de la licencia parental ya existen en por lo menos 36 países, esas iniciativas no fueron incorporadas al proyecto debido a que numerosos estados instaron a limitar el convenio a cuestiones fundamentales de protección de la maternidad.
Otras discrepancias surgieron en la definición de la mujer beneficiaria de la protección. El texto, respaldado por una mayoría de países, propicia que se reconozca ese derecho a las mujeres y a los hijos "sin discriminación alguna".
Sin embargo, el gobierno de Jordania sostuvo que el término "mujer" debería definirse como "mujer casada" y el término "hijo" como "hijo legítimo de padres unidos entre sí en matrimonio".
El gobierno de Pakistán expresó que no se puede apoyar la aplicación a las mujeres solteras, pues es contrario a la religión y la legislación nacional de Pakistán.
Por su parte, la Federación de Empleadores de Pakistán previno que "ningún país islámico podrá ratificar este convenio salvo que la definición del término 'mujer' excluya explícitamente de su campo de aplicación a la mujer soltera".
Desde otra perspectiva confesional, el hinduismo, el sindicato Bharatiya Mazdoor Sangh (BMS) de India manifestó que se opone a que las mujeres solteras puedan tener derecho a las prestaciones de maternidad.
No se debería promover una sociedad permisiva que ofrezca tales prestaciones a esas mujeres, declaró el BMS.
La CMT, en un examen del texto del proyecto, dijo que el nuevo convenio deberá ser categórico en el rechazo a cualquier discriminación referida a las definiciones de la mujer y del niño.
La central obrera estimó que las modificaciones propuestas representan una pérdida importante de los derechos de las mujeres trabajadoras. Se trata de una regresión no sólo con relación al Convenio 103 vigente, sino también en comparación con las legislaciones nacionales.
Una comisión especial de la Conferencia de la OIT examinará la protección de la maternidad en las dos primeras semanas semanas de sesiones. El texto definitivo se discutirá en el plenario de la Conferencia la última semana. (FIN/IPS/pc/mj/lb hd/00