Varios países intentaron debilitar los compromisos adoptados hace cinco años en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en la actual Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU, denunciaron organizaciones de derechos humanos.
La organización Amnistía Internacional afirmó que una "alianza no santa" de siete estados miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), incluido el Vaticano, intentó revertir los compromisos asumidos para la potenciación de la mujer y la igualdad de género.
Algunos gobiernos cuestionaron incluso la base de los compromisos adoptados en la conferencia de Beijing de 1995, y es que los derechos de las mujeres son derechos humanos, afirmó Pierre Sane, secretario general de Amnistía.
Sane sostuvo que la "alianza no santa", integrada por el Vaticano, Argelia, Nicaragua, Siria, Libia, Marruecos y Pakistán, intentó debilitar los derechos de las mujeres.
La disputa entre las organizaciones feministas y esos países se centra en los derechos reproductivos de la mujer, la violencia sexual dentro del matrimonio, el derecho a la tierra y a la herencia, entre otros.
Los compromisos adoptados en Beijing sobre esos derechos fueron revisados por la Sesión Especial de la Asamblea General, llamada "Beijing más Cinco", que terminó el viernes.
Algunos países intentaron eliminar del borrador del documento que adoptó la Sesión Especial toda referencia a tratados sobre derechos humanos, incluso al acuerdo sobre derechos de la mujer adoptado por la Asamblea General el año pasado, denunció Amnistía Internacional.
El nuevo tratado, llamado oficialmente protocolo opcional, es una enmienda a la Convención de las Naciones Unidas para la Eliminación de Toda Discriminación contra la Mujer, firmada hace 20 años, y faculta a mujeres individuales a presentar reclamos por discriminación directamente al organismo mundial.
Pero algunos gobiernos cuestionan ahora la responsabilidad de los estados de garantizar los derechos humanos de las mujeres tanto en su vida pública como privada, reconocidos por el derecho internacional, arguyó Amnistía.
La organización Human Rights Watch (HRW), de Nueva York, expresó una opinión similar al señalar que los logros realizados en la conferencia de Beijing corren riesgo de revertirse.
"Los logros que alcanzamos en Beijing son frágiles, y hoy están en peligro", declaró Regan Ralph, directora ejecutiva del departamento de derechos de la mujer de HRW.
"Algunos gobiernos llegaron a Nueva York con el claro objetivo de desmantelar esos progresos", afirmó Ralph, pero se negó a identificar a esos gobiernos.
Ralph criticó los esfuerzos de ciertas delegaciones oficiales por eliminar las referencias al deber de los gobiernos de proteger a las mujeres de la violencia.
Mientras la plataforma de acción de Beijing exhorta a los gobiernos a "tomar medidas urgentes para eliminar toda forma de violencia contra la mujer en la vida pública y privada", el documento en discusión en la Sesión Especial no hace referencia al papel de los gobiernos en el combate a la violencia, señaló.
Así mismo, Amnistía señaló que varios países de América Latina y Africa Austral realizaron "esfuerzos ejemplares" para lograr un resultado significativo en la Sesión Especial, pero dichos esfuerzos fueron obstaculizados por un puñado de países.
Cinco años después de la conferencia de Beijing, las mujeres no lograron progresos significativos al menos en un área clave, el combate a la violencia, afirmó HRW en un informe publicado este martes.
El estudio de HRW sobre seis países (Perú, Jordania, Pakistán, Rusia, Sudáfrica y Estados Unidos) revela un alarmante índice de violencia contra la mujer, que abarca desde la violencia doméstica hasta el abuso sexual en las cárceles y los "asesinatos por honor" en estados islámicos.
A menudo, la violencia es promovida por "la indiferencia de las autoridades gubernamentales y la falta de investigación y de justicia en los casos de abuso", denunció HRW.
Los seis países estudiados ofrecen ejemplos al respecto, según la organización.
Estimaciones oficiales de Rusia indican que unas 12.000 mujeres mueren cada año en ese país como resultado de la violencia doméstica, y la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán concluyó que 80 por ciento de las mujeres paquistaníes son víctimas de ese tipo de violencia.
En Sudáfrica, se denunciaron 49.280 violaciones en 1998, pero el Centro contra la Violencia Sexual, una organización no gubernamental, afirmó que el número de víctimas es mucho mayor.
La policía de Perú recibió 28.000 denuncias de abuso doméstico en 1998, y las víctimas eran mujeres en su abrumadora mayoría, informó HRW.
Mientras, estadísticas de Jordania revelan que un tercio de los homicidios cometidos cada año en ese país son "asesinatos por honor", en los que mujeres son asesinadas por algún familiar para "salvaguardar su honra".
En Estados Unidos, 1,8 millones de mujeres son atacadas cada año por sus maridos o compañeros, informó el Centro para Control de Enfermedades. Un informe del gobierno admitió en 1999 que el abuso sexual de mujeres en las prisiones es un problema grave. (FIN/IPS/tra-en/td/da/mlm/hd/00