Rumania, otrora considerada el granero de Europa, no recibe lluvias desde abril y sufre por eso la peor sequía de los últimos 50 años.
El fenómeno no tiene antecedentes y contradice totalmente el clima habitual del país, sostuvo Romica Jurca, del Instituto Nacional de Meteorología. Unos 2,6 millones de hectáreas entre los 7,3 millones de hectáreas de cultivos del país resultaron afectadas.
Los cultivos de maíz, centeno, girasol y trigo y las viñas han sido los más afectados. Las pérdidas fueron estimadas en 200 millones de dólares.
La agricultura constituye 17 por ciento del producto interno bruto rumano, porcentaje menor al más de 25 por ciento de los años 80. La sequía agravó la situación de los campesinos, ya afectados por la falta de liquidez y de financiación para la compra de semillas seleccionadas, fertilizantes y herbicidas.
Los seguros agroopecuarios son casi inexistentes en el país, y el acceso al crédito es prohibitivo debido a los altos intereses y exiguos plazos, sostuvo Stefan Nicolae, secretario general de la Federación Agrostar, principal sindicato del sector.
Rumania heredó sistemas de irrigación del gobierno comunista (1948-1991) que cubren tres de los 15 millones de hectáreas de tierras cultivables.
De todas maneras, la descapitalización crónica de las granjas y el saqueo masivo dividieron el área que todavía puede ser regada. Además, más de 50 por ciento de los sistemas existentes necesitan urgentes reparaciones.
"La mayoría de los campesinos no pueden permitirse regar sus cultivos debido a los altos precios fijados por la compañía estatal Regia Imbunatatiri Funciare (RAIF), que opera el sistema de irrigación del país", señaló Nicolae.
RAIF asegura tener capacidad para regar 800.000 hectáreas, pero solo ha recibido contratos para brindar el servicio a 83.000. El Ministerio de Agricultura anunció un decreto de emergencia para ayudar a los campesinos a combatir la sequía.
Para limitar el daño, el Ministerio propuso la reparación y puesta en servicio del sistema de irrigación. También acordó subsidiar todo el consumo de electricidad del sistema de irrigación.
El gobierno asignó este mes 9,5 millones de dólares del presupuesto estatal a la financiación de la irrigación de áreas afectadas por la sequía, pero los campesinos dijeron que las medidas propuestas llegaron demasiado tarde.
"Alertamos al Ministerio de Agricultura sobre la sequía, pero no protegió las cosechas. Rumania deberá importar maíz y trigo y eso desencadenará un aumento importante en el precio del pan", declaró Adrian Radulescu, presidente de la Asociación de Campesinos.
El pan es el alimento básico de los 23 millones de habitantes del país.
El ministro de Agricultura, Ioan Murean, calculó que Rumania cosechará 3,7 millones de toneladas este año, casi un millón menos que en 1999, de los cuales 2,6 millones se destinarán a los molinos. El resto se usará para sembrar el año próximo.
"Nuestra situación es seria, pero nuestros cálculos demuestran que la cosecha de este año, más las reservas existentes, serán suficientes para satisfacer la demanda", expresó Murean.
El primer ministro Mugur Isarescu declaró que en las próximas semanas se espera recolectar 600.000 toneladas de trigo. Las reservas actuales serán suficientes para abastecer a la población por cinco meses.
Si es necesario, agregó Isarescu, se compará más trigo mediante líneas de crédito disponibles con Estados Unidos y Francia.
La Organizacióon de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) calculó la cosecha de trigo de este año en cinco millones de toneladas.
En 1999, la producción cerealera fue de solo 4,6 millones de toneladas, debido a una reducción de la zona cultivada y daños causados por lluvias torrenciales e inundaciones el verano (boreal) pasado. Rumania recolectó 7,8 millones de toneladas en 1997. (FIN/IPS/tra-eng/mc/sm/ego/ne-ag/00