(Arte y Cultura) FOTOGRAFIA: Las imágenes de un mundo cruel e injusto

La presentación de tres colecciones de fotografías de dos célebres fotógrafos, Sebastián Salgado y Robert Doisneau, en Roma y Madrid, permitió esta semana recibir el testimonio en imágenes de un mundo cruel e injusto.

El brasileño Salgado inauguró en Roma la exposición "En camino", mientras en Madrid se presentó su libro "Retratos de crianças do éxodo" (Retratos de niños del éxodo), publicado por la Fundación Telefónica.

También en Madrid se presentó un libro del francés Doisneau, editado por la organización de periodistas Reporteros sin Fronteras y titulado "Por la libertad de prensa".

Gervasio Sánchez, fotógrafo español varias veces laureado por sus reportajes en conflictos bélicos, al comentar esos libros señaló a IPS que "algunos creen que la fotografía quita espacio a un buen reportaje, cuando muchas veces la imagen es el reportaje".

En la inauguración de su muestra, el miércoles, Salgado dijo que sus fotografías son un intento de ofrecer una radiografía de las condiciones en que se encuentra el mundo.

"Hay un 15 por ciento de la población mundial en marcha hacia el futuro. Todos con su estupendo coche, todos grandes consumidores, gozando de una considerable seguridad", dijo el fotógrafo brasileño al diario romano La Repubblica.

Pero, añadió, "el restante 85 por ciento (al que muestra en la exposición romana) para intentar huir del pasado, es una humanidad obligada a la diáspora después de haber perdido la propia base".

En sus "Retratos…", presenta dos centenares de fotografías de niños de países y regiones de Europa Oriental, Asia, 5frica y América Latina sumidas en conflictos, o que los soportaron en las dos últimas décadas. Todos ellos aparecen mirando al objetivo de la cámara.

Su libro, dice el autor, muestra niños de orígenes drásticamente diferentes y que vieron sus vidas destrozadas.

Pero "eso no les impidió que continuaran siendo niños, con la misma facilidad para reír y para llorar, para entusiasmarse y desilusionarse, para ser comunicativos en un minuto y reservados en el siguiente." Por eso se pregunta si ellos, al mirar a la cámara, "¿están detrás de una esperanza o buscando compasión?"

Doisneau habla también de la mirada. En la actualidad, observa, la mayoría de los que están en su oficio recomiendan al fotografiado que no mire al objetivo. Y comenta que al fotografiado "hay que darle esa orden para que no se sospeche que el cazador está compinchado con su presa".

Pero, subraya, "desviar la mirada es privar a la imagen de la mayor parte de su misterioso poder".

Sánchez insiste en que más de una vez una buena fotografía vale más que muchos reportajes escritos, porque "desde su nacimiento, la fotografía ha hecho creíble lo increíble".

El fotógrafo español recuerda que las fotos mostraron lo que significó ser judío en Auschwitz, Dachau o Treblinka. Entre otros casos, cita también las fotografías del militar estadounidense Ronald Haaberle, tomadas el 16 de mayo de 1968, no publicadas hasta 18 meses después y que llevaron al convencimiento de que se había producido una masacre en el pueblo vietnamita de My Lai.

En My Lai "murieron 504 personas, de ellas 182 mujeres de las que 17 estaban embarazadas, 173 niños entre los que había 56 recién nacidos y 149 hombres de edad mediana y ancianos", señaló.

Sánchez se pregunta "¿por qué 3.000 muertos en una semana en Sierra Leona, un millón de desplazados y centenares de víctimas de terribles amputaciones son menos importantes que las mismas cifras en Kosovo?".

Reivindicando el papel de los fotógrafos periodistas, él responde: "Por puro cinismo y porque cada vez son más estrechas las relaciones entre la comunicación y poderes extraños a ella".

Y se explica: "En Estados Unidos, la (cadena de televisión) NBC está asociada con Westinghouse, que fabrica armamento militar. La ABC pertenece a Disney, que fabrica armamento cultural y que promociona el imperialismo cultural. La General Electric es dueña de CBS. Y eso hace que la libertad de prensa esté cada día más en peligro".

Para finalizar cita "al gran Henri Cartier-Bresson", quien dijo que la máquina fotográfica es un cuaderno de apuntes, el instrumento de la intuición y de la espontaneidad, el maestro del instante que, en términos visuales, pregunta y decide a la vez".

Sánchez concluye: "La fotografía es poner en el mismo plano la cabeza, el ojo y el corazón. Es una manera de vivir". Las colecciones de Doisneau y de Salgado parecen confirmarlo. (FIN/IPS/td/ff/cr/00

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