Cerca de 70 poetas de 46 países se reunirán a partir del 23 de este mes en Colombia para participar hasta el 2 de julio del décimo Festival Internacional de Poesía de Medellín, organizado pese a serias dificultades económicas.
El festival es convocado por la revista Prometeo, de Medellín, situada en el noroeste del país, y comprende cerca de 90 recitales en escenarios cerrados y al aire libre. Varios invitados internacionales serán llevados también a otras 10 ciudades.
El acontecimiento tiene el apoyo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), de la fundaciones holandesas Hivos, Prins, Claus Fonds y Novib, de la alemana Henrich Böll, del gobierno de Suiza, y de instituciones y del ministerio de Cultura de Colombia.
Fernando Rendón, director del festival y de Prometeo, dijo a IPS que el encuentro se realizará tras haberse superado factores adversos, como "la crítica situación económica y social del país", que determinó "la reducción de aportes de entidades nacionales y locales".
El presupuesto programado tuvo un recorte de 60 por ciento y una semana antes de la inauguración, el Ministerio de Cultura no ha concretado todavía su aporte al festival, el más importante de su género en el país, señaló Rendón.
El festival de Medellín, el de mayor público en el mundo en su género, presenta la oportunidad de mostrar otra cara de Colombia, "diferente a la de la violencia cotidiana", que deja anualmente cerca de 25.000 muertos, agregó.
Mery Yolanda Sánchez, directora de la Asociación Libre para las Artes, de Bogotá y autora del libro "La ciudad que me habita", destacó a IPS el poder de convocatoria del Festival de Poesía de Medellín, que se demuestra todos los años en la asistencia masiva de público a los recitales.
Sánchez, que intervino como invitada en la edición de 1995, recordó como un hecho "muy emotivo" la presencia de cerca de 10.000 personas en su recital, que estuvieron "atentas a las lecturas y conmovidas por el mensaje que se les transmitía.
En el festival de este año participarán por primera vez representantes de Finlandia, Yugoslavia, Barbados, Belice, Haití, Filipinas, Israel, Mongolia, Siria, Sri Lanka, Turquía, Ghana, Marruecos, Tanzania, Zimbabwe, Malawi, Nigeria y Nueva Zelanda.
También intervendrán invitados de Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Croacia, Cuba, Chile, Dinamarca, Costa Rica, Suecia, El Salvador y Guatemala, países ya representados en versiones anteriores.
Por Chile participará Gonzalo Rojas, nacido en 1917 y considerado uno de los grandes poetas vivos de América Latina. Rojas es profesor emérito de varias universidades de Europa y América Latina, premio Reina Sofía en Poesía y autor de libros como "La miseria del hombre" (1948), "Contra la muerte" (1964) y "Zumbido" (1991).
También viajará a Medellín el brasileño Thiago de Mello, quien en más de 20 libros publicados desde 1951 ha puesto el arte al servicio de la vida. Para De Mello, autor de los "Estatutos del hombre", publicado en más de 30 países, la estética debe tener también una finalidad ética.
Annc Ranasing, nacida en Sri Lanka y reconocida como una de las más importantes escritoras actuales de lengua inglesa, también estará en el festival de Medellín, así como el venezolano Francisco Pérez Perdomo, premio nacional de literatura en su país en 1980.
Por Colombia intervendrán entre otros Federico Diaz-Granados, Renata Durán , Jorge Bustamante, Liana Mejía, Julián Malatesta, Eduardo Escobar, Giovanni Quessep, Andrea Cote y Eduardo Peláez.
El décimo festival presenta también la novedad de de una muestra de expresiones poéticas indígenas, con la participación de Miguel López, de la etnia wayuu, del norte de Colombia, premiado este año por Casa de las Américas, de Cuba.
El Festival Internacional de Poesía de Medellín fue creado en 1991, un año caracterizado por la violencia de los narcotraficantes, que habían hecho de Medellín, la segunda ciudad colombiana por población, el centro de sus operaciones.
Según sus organizadores, el festival surgió "como expresión de la capacidad movilizadora de la poesía para reconstruir el tejido social", lacerado por graves problemas.
En 1991 asistieron a las lecturas en el cerro Nutivara, donde cada año se instala y se clausura el acontecimiento, cerca de 1.500 personas, que al año siguiente se multiplicaron, hasta cerca de 20.000
La gran resonancia popular del Festival de Poesía de Medellín "es un hecho reconocido por los mismos poetas invitados", que han destacado su importancia en más de 20 publicaciones internacionales, comentó la revista Semana.
Observadores señalaron que la acogida lograda por el festival demuestra el éxito del propósito inicial de los organizadores, de superar el estigma de la ciudad sede como centro del llamado cartel de Medellín, del narcotráfico. (FIN/IPS/yf/ff/cr/00