La independencia de Angola desembocó en corrupción y en una secta organizada como un lucrativo negocio, aprovechando la credulidad y el misticismo de la población.
El itinerario de desilusiones del escritor angoleño Pepetela, anticipado en su primera novela, "Mayombe", ganó un mayor desarrollo histórico en su nueva obra, "La generación de la utopía", ya publicada en Brasil.
Para eso el novelista eligió cuatro momentos y lugares. El primero es 1961 en Lisboa, donde estudiantes angoleños soñaban una independencia que daría paso a una sociedad más justa en su tierra.
Comenzaban en ese momento en la colonia africana de Portugal las primeras acciones armadas de los movimientos de liberación.
Desde entonces ya se anuncian las contradicciones internas de la lucha independentista y de la futura nación. El racismo invertido que dificulta la participación de los angoleños blancos, descendientes de portugueses, representados por la estudiante de medicina, Sara, uno de los personajes centrales de la novela.
En 1972, cerca de la frontera entre Angola y Zambia estallan disensiones graves entre guerrilleros y dirigentes del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA), que encabezará la independencia en 1975, pero declarando luego una guerra contra dos organizaciones también anticolonialistas, pero rivales.
Disputas regionales, tribales y personales se confunden en los debates políticos. El escritor desnuda entonces el proceso que lleva a jefes guerrilleros a emplear heroismos casuales como trampolín para asegurar ventajas y futuras posiciones en el poder del nuevo país.
La novela acompaña la conversión de uno de los guerrilleros, Víctor, alias Mundial, en un aprovechador que renuncia a los ideales de tiempos de estudiante, cuando adhirió a la militancia, para sacar todas las ventajas posibles de su participación en el Frente Este de la guerrilla, en la frontera con Zambia.
Víctor será ministro del gobierno tras la independencia.
La desilusión por el nuevo rumbo del movimiento y de la construcción de la nación independiente aparece consolidada en el tercer momento, en 1982. Viviendo como ermitaño en una playa desierta, el más puro de los guerrilleros, Aníbal, o Comandante Sabio, sigue la lucha contra los fantasmas de su pasado.
Aníbal, considerado "loco" por sus ex compañeros por haber descartado cualquier cargo de dirigente en el nuevo país, vive haciendo pesca submarina, hasta matar a un pulpo que supuestamente lo asustó cuando era niño.
Mientras, cultiva un árbol con el que dialoga, llamándolo Mussole, la amada de los tiempos de la guerrilla, asesinada por los soldados portugueses.
"Pensábamos que íbamos a construir una sociedad justa, sin diferencias, sin privilegios, sin persecuciones… el Paraíso de los cristianos. (…) La utopía murió y hoy huele mal, como cualquier cuerpo en putrefacción. De ella sólo queda un discurso vacío", evaluó el ex comandante guerrillero.
La última parte, "a partir de 1991", se pasa en Luanda, la capital del país y de la corrupción, donde reúne como protagonistas a tres de los jóvenes negros presentados en la Lisboa de 1961.
El grupo está conformado por un ex jugador de fútbol convertido en comerciante sin escrúpulos, el ex guerrillero ascendido a ministro corrupto y un ex militante que pregonaba la violencia como afirmación de los colonizados.
Este último creó la secta que promete curas y ofrece la bendición a través del placer, una religión que conquistará a los angoleños por adecuarse a su cultura y anhelos. Los dos primeros se asocian al negocio, ofreciendo dinero y poder para la construcción del primer templo.
El entusiasmo popular con que el vocero del dios Dominus es acogido en su primera presentación en Luanda asegura un futuro de enormes ganancias para los tres socios.
Así concluye el balance histórico de Pepetela, nombre guerrillero de Arthur Mauricio Pestana dos Santos, conocido en Brasil por dos novelas históricas, "Yaka" y "La Gloriosa Familia – el tiempo de los flamencos", además de "Mayombe" y "La generación de la utopía".
El Comandante Sabio es un poco el alter ego de Pepetela en esta última novela. También escéptico de la posibilidad de construir una nación justa y sin discriminaciones en Angola, se dedica últimamente a la literatura.
Su visión crítica del proceso se reveló ya en 1971 y 1972, cuando integraba la guerrilla en el Frente Este y escribió "Mayombe", un libro profético de las disensiones e ideales frustrados en el futuro del MPLA y de Angola. Las condiciones del país no permitían muchas ilusiones.
Después de la independencia, Pepetela llegó a viceministro de Educación. Angoleño, pero blanco, tenía como superior a un negro, que siquiera hablaba el portugués, debido a que era del norte de Angola, donde predominaba la lengua francesa entre las europeas, y había estudiado en la antigua Yugoeslavia.
Esa era una situación típica de los primeros años de Angola independiente, un ministro negro y un viceministro blanco, respondiendo a necesidades políticas y técnicas respectivamente. Era un indicador de las numerosas contradicciones que afronta la construcción, en general fracasada, de las naciones africanas.
A las distintas etnias que componen Angola y están por detrás de la prolongada guerra civil que destruye el país, se sumaban desconfianzas en relación a los hijos de portugueses, blancos y mestizos, naturales en el proceso de afirmación del negro en la lucha independentista.
La guerra fría, el marxismo adoptado por el MPLA aunque totalmente extraño a la realidad local, las peleas ideológicas, países vecinos hostiles, la fuga masiva de los portugueses en vísperas de la independencia, desorganizando la economía que habían construído y ocupado, son factores que confundieron los caminos del nuevo país.
"La generación de la utopía" dejó a sus hijos la independencia del país, "pero luego les quitó la capacidad de disfrutarla", lamentó Pepetela, en palabras de su personaje más lúcido y más desilusionado. (FIN/IPS/mo/dm/cr/00
