Un tratado entre Arabia Saudita y Yemen puso fin a una disputa que enfrentaba a ambos desde hace 66 años por la demarcación de la frontera común de 1.458 kilómetros de extensión.
La disputa se concentraba en los dos puntos fronterizos de Jabal Thar, en el este, y el punto costero de Ras Alme'waj, 300 kilómetros antes de la costa del mar Rojo, definidos en el tratado de Attaif que puso fin a la breve guerra entre Arabia Saudita y lo que entonces eran Yemen Septentrional en 1934.
La disputa comenzó después de que Yemen descubrió su primer pozo petrolífero cercano a la frontera con Arabia Saudita, cuando este país comenzaba a exigir derechos territoriales sobre las zonas petrolíferas.
En 1992, las autoridades sauditas enviaron cartas de advertencia a seis compañías petroleras extranjeras que trabajan en Yemen informándoles de que estaban excavando en tierra saudita. La mayoría ignoró las misivas y continuó con el trabajo.
El canciller yemenita Abdulqader Bagammal y su par saudita príncipe Saud Alfaisal firmaron el tratado el lunes en la ciudad saudita de Jeddah.
No se informó sobre el acuerdo, pero los ministros del Interior de ambos países presidirán una comisión que supervisará la aplicación del tratado y elegirá una compañía demarcadora.
"Con este tratado, … se da vuelta una nueva hoja en las relaciones" entre ambos países, dijo el presidente yemenita Alí Abdulla Saleh, de visita en Arabia Saudita.
El tratado confirma la política de paz que aplica Yemen en la relación con sus vecinos. En la última década, el país resolvió sus disputas fronterizas con Omán, Eritrea y, ahora, con Arabia Saudita.
Aunque la disputa fronteriza con Arabia Saudita data de 1934, las negociaciones para la demarcación de la frontera comenzó después de que ambas partes firmaron un memorándum de entendimiento en 1995.
El memorándum formó tres comisiones: militar, marítimo y fronterizo, para impedir toda violación a las fronteras.
Analistas consideran que el tratado permitiría a Yemen recibir ayuda financiera de sus acaudalados vecinos, como Arabia Saudita y otros estados del Golfo.
Yemen es uno de los países más pobres del mundo, y desde 1995 implementa varios programas de reforma económica integral con el apoyo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Pero a pesar del optimismo que generó el tratado en Yemen, para los sauditas aparentemente se trata sólo de un acuerdo fronterizo.
Arabia Saudita aclaró que el tratado no significa que se abrirá la puerta para que los yemenitas vuelvan a trabajar en ese país.
El tratado no permite que "yemenitas ingresen al reino (de Arabia Saudita) sin el requisito de patrocinadores sauditas", declaró el ministro del Interior Naif Ben Abdulaziz.
Durante el auge petrolero en el Golfo árabe en los años 70, 1,5 millones de trabajadores yemenitas emigraron a las ricas monarquías de la región, especialmente a Arabia Saudita, donde recibieron tratamiento preferencial.
A los yemenitas no se les exigía contar con patrocinadores sauditas, y podían instalar negocios sin necesidad de contar con socios de ese país.
En 1990, Arabia Saudita expulsó a 800.000 yemenitas debido a que Yemen se habría aliado con Iraq durante la invasión iraquí de Kuwait.
La Liga Arabe recibió con beneplácito la firma del tratado, al cual describió como un "paso histórico para ayudar a retirar los obstáculos al desarrollo de las relaciones entre los dos países árabes".
Los observadores creen que el tratado permitirá que Yemen finalmente se incorpore al Consejo de Cooperación del Golfo, lo cual le fue rechazado varias veces en el pasado.
El tratado "hace que Yemen esté más cerca del Consejo de Cooperación del Golfo", opinó Fares Assaqaf, presidente del Centro de Estudios Futuros. (FIN/IPS/tra-en/ka/sm/aq/ip/00