AMERICA LATINA: Políticas económicas impulsaron crecimiento

El crecimiento y la estabilidad de América Latina y el Caribe en los años 90 no se debieron a vientos favorables del comercio internacional, sino a apropiadas políticas económicas, según Eduardo Animat, subdirector gerente del FMI.

"El impulso para el crecimiento no fue un golpe de viento en materia comercial", sino que, por lo contrario, los términos del intercambio fueron menos favorables en los años 90 que en los 80 y 70, dijo el chileno Animat en Trinidad y Tobago.

El crecimiento económico de América Latina y el Caribe en la década pasada fue estimulado por un fuerte aumento de los volúmenes de exportación, que en promedio resultó de 8,1 por ciento, comentó el funcionario del FMI (Fondo Monetario Internacional).

"En los años 70, la región creció en promedio cuatro por ciento y las exportaciones fueron impulsadas por términos de intercambio favorables", en un marco de "economías cerradas eb su mayoría al libre comercio", observó.

Las diferencias de crecimiento entre los países de América Latina y el Caribe fueron inferiores en los 90 que en los 70.

También hubo avance en los últimos 20 años hacia la estabilidad de precios. En efecto, la inflación se redujo en promedio de 45,8 por ciento en 1979 a 8,8 en 1999.

La cuenta corriente (comercio de bienes más servicios) y el flujo de capital fueron ligeramente menos volátiles para los países latinoamericanos y caribeños, al punto que Aninat calificó de "verdaderamente sorpresivo" ese resultado, a la vista de la tormenta financiera que se descargó sobre la región.

La tasa de crecimiento por habitante tuvo su mejor momento en 1997, para debilitarse luego a causa de la crisis financiera nacida en Asia, y se confía en que sea de 2,4 por ciento este año y aún mayor en 2001.

Sin embargo, desde 1975 hasta 1999, la distancia entre el valor óptimo y el valor real medido en América Latina y el Caribe en materia de desarrollo humano aumentó casi dos puntos, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y los logros económicos sólo prmovieron un tímido progreso social.

El índice de desarrollo humano del PNUD resulta de los progresos alcanzados en materia de alfabetización, esperanza de vida y reducción de la mortalidad infantil.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estimó que mientras la pobreza tuvo un "significativo" incremento en la región en los años 80, ha sido reducida ahora a las cifras anteriores a aquella década.

Sin embargo, la Cepal admitió que la pobreza sigue alta y que casi 185 millones de personas viven en América Latina y el Caribe con menos de dos dólares diarios.

"Otros estudios sobre la pobreza muestran que en muchos países más de un cuarto de la población está clasificada como pobre", señaló la Cepal el año pasado, en la Tercera Conferencia Ministerial del Caribe sobre Mujeres.

Barbados es el país mejor situado en la escala de desarrollo humano y Haití ocupa la última posición en la región. Trinidad y Tobago es uno de los 13 países latinoamericanos y del Caribe que lograron alto crecimiento y estabilidad en los años 90.

Aninat dijo que el progreso en esos países se debió a la decisión de sucesivos gobiernos de "mantener prudentes políticas macroeconómicas".

Brasil, Ecuador, Paraguay y Jamaica tuvieron tasas de crecimiento estables, pero inferiores al grupo de vanguardia, y Argentina, República Dominicana, Surinam y Venezuela registraron fuertes altibajos.

De todas maneras, el interrogante perdura: ¿está preparada la región para la globalización?

Aninat opinó que las reformas económicas realizadas en los últimos 20 años prepararon a América Latina y el Caribe para la globalización.

El déficit fiscal promedio se redujo de cuatro y cinco por ciento del producto interno bruto (PIB) a fines de los 80 a casi dos por ciento a mediados de los 90.

El endeudamiento público externo cayó de 50 por ciento del PIB en los 80 a menos de 20 por ciento en la última década, y la regulación y supervisión de la banca fueron considerablemente reforzadas.

Además, se eliminaron los controles al crédito directo, los mercados de capital fueron desregulados y se liberalizaron los regímenes de inversiones extranjeras.

"Esas y otras medidas han ayudado a impulsar el crecimiento potencial y la competitividad. No obstante, el crítico interrogante que debemos formular es si las reformas fueron suficientes para poner a la región en la senda de un crecimiento rápido y del desarrollo social", expresó Aninat.

El funcionario del FMI urgió la consolidacion de las políticas macroeconómicas y de los vínculos entre crecimiento e igualdad, para que la región pueda participar en la "nueva economía" impulsada por la revolución de las tecnologías de la información, de las comunicaciones y de los servicios.

Esa revolución en curso presenta para América Latina y el Caribe "oportunidades formidables", que si no fueran explotadas, se tendría un retroceso en términos relativos, advirtió Animat. (FIN/IPS/tra-eng/pr/da/ego/ef/00)

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