El ambiente y a los recursos naturales se ubican en México entre los asuntos con rango de seguridad nacional, pero amplios sectores procuran la consolidación de una política que involucre a la sociedad en la gestión ambiental.
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, representantes de los ámbitos social, académico, empresarial y legislativo, entre otros, impulsaron la inclusión de la participación social a la agenda oficial.
El eje de las propuestas fue la aplicación de una política ambiental que impulse la participación, de manera autónoma e independiente, del sector social en la toma de decisiones para la preservación.
Nucleados en los Consejos Consultivos para el Desarrollo Sustentable, que actúan en coordinación con el gobierno, los activistas señalaron la necesidad de que los programas oficiales se desarrollen bajo la observación de instituciones sociales.
Organizaciones no gubernamentales sostuvieron que en este país latinoamericano el tráfico de especies animales y vegetales es la tercera actividad comercial ilícta en cuanto a magnitud, después del narcotráfico y la venta ilegal de armas.
Grupos ambientalistas denuncian que en todo México hay más de 20.000 vertederos de basura a cielo abierto, muchos de los cuales albergan desechos peligrosos.
Cada año, unas 600.000 hectáreas de bosques y selvas son destruidas por incendios o por la tala indiscriminada.
Alrededor de 90 por ciento de las cuencas hidrológicas sufren contaminación alarmante, en algunos casos con compuestos químicos y orgánicos como consecuencia de actividades agrícolas o provenientes de las ciudades.
Este país tan rico en biodiversidad, vivió en la presidencia de Ernesto Zedillo, que concluirá en diciembre, el proceso de la creación de una Secretaría (ministerio) de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), hoy a cargo de Julia Carabias.
La funcionaria sostuvo que solo por la vía de la participación de todos los sectores sociales, políticos y económicos podrá revertirse la tendencia al deterioro de los recursos naturales y el ambiente.
Con una cultura ambiental activa a partir de ahora, hasta dentro de 20 años podrían comenzar a verse resultados positivos en la solución de los graves problemas, afirmó Carabias.
Es urgente fortalecer y consolidar la organización de la Semarnap, apuntaron además los activistas y expertos.
Un seguimiento de mediano y largo plazo a las acciones de la Semarnap para atender los problemas ambientales es imprescindible para afianzar una gestión eficiente, destacaron.
Reconocieron también que la Secretaría logró avanzar en el proceso de participación social, al conformar "consejos consultivos con acceso a información y con voz en la discusión de temas prioritarios" en la materia.
El ordenamiento ambiental del territorio nacional constituye una herramienta fundamental para la elaboración de diagnósticos, que permitió identificar las zonas en que se requiere atención prioritaria, señalaron los consultores.
Pese a los avances en los primeros seis años de funcionamiento de la Secretaría, creada con décadas de atraso en relación con la experiencia europea, la ausencia de una cultura ambiental participativa concluir con el fracaso.
Organizaciones como el Centro Mexicano de Derecho Ambiental coinciden en que la Semarnam debe se dotada de más fuerza en su gestión de modo que pueda ejercer control real de actividades petroleras o mineras, de gran impacto ambiental.
Las secretarías (ministerios) de Energía, Comunicaciones y Transportes y Comercio, entre otras, desacatan la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, apuntó el grupo.
Como otra muestra de debilidad de la Semarnap fue identificada la ausencia de una propuesta de reforma fiscal que permita otorgar incentivos a las empresas no contaminadoras.
Diveros grupos ambientalistas critican los escasos recursos de que dispone la Semarnap. El presupuesto de la Secretaría fue en aumento, hasta alcanzar 1.200 millones de dólares en 1998.
Pero esa suma descendió hasta que este año fue de 835 millones.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) sostuvo en su último informe que la contaminación del aire de la ciudad de México y sus alrededores afecta a entre siete y 19 por ciento de sus 20 millones de habitantes.
El primer informe sobre el deterioro ambiental en América Latina del Pnuma solicita que las políticas de los países estén a la altura de las directrices gubernamentales en cuestiones sociales y económicas.
En coincidencia con la jornada mundial, el Instituto Nacional de Economía, Geografía e Informática difundió un estudio según el cual el organismo estatal generó 113 indicadores de sustentabilidad ambiental.
México adoptó instrumentos institucionales y legales que orientan las estrategias para el desarrollo sustentable, sobre la base de las evidencias de impacto y degradación ambiental, así como de agotamiento de los recursos naturales, sostuvo el Instituto oficial. (FIN/IPS/pf/mj/en/00