No hay condiciones en Zimbabwe para la celebración de elecciones libres y justas, advirtió hoy, poco más de un mes antes de los comicios parlamentarios, una organización no gubernamental internacional.
El Instituto Democrático para Asuntos Internacionales (NDI), radicado en Washington, informó en conferencia de prensa en la capital de Zimbabwe que la comunidad internacional debería reforzar sus misiones de observadores electorales antes de los comicios parlamentarios del 24 y 25 de junio.
La creciente violencia política, el control estatal sobre los medios de comunicación impresos y electrónicos y las ventajas del gobernante partido ZANU-PF, que dispone de 147 de las 150 bancas en el parlamento, obstaculizan la realización de un proceso electoral democrático, según el NDI.
La escalada de violencia de las últimas semanas cobró 23 vidas. La mayoría de las víctimas eran opositoras. Más de 100 personas resultaron heridas y miles abandonaron sus hogares por temor.
La violencia constituye una restricción importante del ejercicio de las libertades de opinión, expresión, asociación reunión y movimiento, así como del derecho de gozar de garantías contra daños físicos atribuibles a la afiliación política, sostuvo el NDI.
El Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), principal partido opositor de Zimbabwe, también descartó la posibilidad de elecciones libres y justas en las actuales condiciones. Para diversos observadores, este país se dirige hacia la anarquía.
"La experiencia internacional demuestra que en países como Zimbabwe, donde la violencia y el temor socavan la credibilidad de las elecciones, es necesario ir aun más allá de los requisitos mínimos de la ley electoral para consolidar la confianza dle público", dijo Alex Ekweme, conductor del equipo del NDI.
Una encuesta difundida este mes señaló que 63 por ciento de los encuestados creen que "es tiempo de un cambio" de gobierno, mientras 65 por ciento consideran que el presidente Robert Mugabe debe retirarse. Así mismo, 68 por ciento teme represalias si se pronuncian en contra del gobierno.
Además, la invasión de las granjas propiedad de hacendados blancos llevó este año a Zimbabwe a su peor crisis política y económica desde la independencia de Gran Bretaña en 1980. El MDC acusó al ZANU-PF de entrenar a paramilitares en la campaña electoral.
"Para establecer la confianza del público es, con frecuencia, necesario tomar medidas extraordinarias para la promoción de los derechos electorales y el diálogo entre los candidatos, de modo de acordar en reglas mínimas para al competencia", agregó Exweme, ex vicepresidente de Nigeria (1979-1983).
"Faltan apenas 33 días para las elecciones. Son necesarios esfuerzos concertados e inmediatos para mejorar el ambiente político, y asegurar recursos adecuados para las autoridades electorales que les permitan realizar sus tareas de manera apropiada y efectiva", dijo.
Además de Ekweme, integraron la delegación del NDI que estudió la situación en Zimbabwe durante ocho días Michael Hishikushitja (del partido SWAPO, gobernante en Namibia), Charity Kaluki Ngilu (líder del Partido Socialdemócrata keniata) y dirigentes de Canadá, Mozambique y Sudáfrica.
Los efectos de la violencia y la intimidación política socavaron la confianza de muchos ciudadanos de Zimbabwe en el carácter secreto de la votación, y aumentaron el temor de fraude y compra de votos a favor del partido gobernante.
"Los casos de golpizas y hasta de tortura contra hombres, mujeres y niños, entre ellos ocho casos documentados de violación, podrían tener consecuencias" en el proceso electoral, pues influirían sobre "la decisión de votar y la decisión de a quién votar", dijo Ekwueme.
El NDI atribuyó las condiciones imperantes a la aguda polarización política y a la intolerancia.
"Las condiciones electorales no llenan los requisitos de la Declaración de Derechos de la Constitución de Zimbabwe ni los criterios de instrumentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Carta Africana sobre Derechos Humanos", agregó.
Zimbabwe no tiene emisoras de radio y televisión independientes del gobierno, y los noticieros corren a favor del partido gobernante.
Las emisoras de radio son los canales habituales de información de la mayoría de la población de Zimbabwe. La televisión alcanza las áreas urbanas. Así mismo, los medios impresos controlados por el estado son los que tienen mayor circulación.
El NDI recomendó acabar con la violencia política, avanzar en el diálogo, añadir transparencia a la administración electoral y mejorar el acceso de la oposición a los medios.
El gobierno de Zimbabwe accedió a recibir observadores de la Comunidad Británica de Naciones, aunque negó el permiso a una misión de Gran Bretaña con el argumento de que el primer ministro de Tony Blair estaba sesgado contra el país africano. (FIN/IPS/tra- eng/lm/sm/mj/ip/00