ZIMBABWE: Misión religiosa internacional busca aplacar tensión

La violencia política que causó la muerte de 18 personas en las últimas 10 semanas en Zimbabwe determinó a organizaciones religiosas internacionales a anunciar el envío de una misión pastoral para aplacar la tensión.

La misión del Consejo Mundial de Iglesias y de la Federación Mundial Luterana tiene el objetivo de expresar su apoyo al Consejo de Iglesias de Zimbabwe (ZCC, por sus siglas en inglés), que criticó la actuación del gobierno en la crisis actual.

La violencia causó la muerte de 18 personas, en su mayoría partidarios de la oposición, en violentos enfrentamientos entre seguidores del partido de gobierno, el ZANU-PF, y el opositor Movimiento por el Cambio Democrático, liderado por el sindicalista Morgan Tsvangirai.

Esa rivalidad está ligada a las ocupaciones de más de 1.000 granjas propiedad de blancos por parte de veteranos negros de la guerra de independencia de 1980, que desde su comienzo en febrero causaron tres muertes, dos de ellas de granjeros.

Unos 4.000 granjeros blancos son propietarios de 12,2 millones de hectáreas de tierras de cultivo, mientras 1,2 millones de negros sobreviven en 15,4 millones de hectáreas de tierra poco fértil.

Aunque dos órdenes judiciales exigieron el retiro de los veteranos de guerra de las granjas ocupadas, el presidente Robert Mugabe dijo que su gobierno apoya plenamente las invasiones. Mientras, los granjeros blancos respaldan al Movimiento por el Cambio Democrático.

Los dos partidos son los principales rivales de las elecciones parlamentarias del próximo mes, y ambos se culpan mutuamente de instigar la violencia actual.

El ZANU-PF ha estado en el poder desde la independencia de Gran Bretaña en 1980. Pero ahora enfrenta su mayor reto con el Movimiento por el Cambio Democrático, que se opuso a la modificación de la constitución propuesta por Mugabe y que fuera derrotada en un referéndum en febrero.

La misión religiosa se enfrenta a una ardua labor ya que el ZANU-PF y Mugabe consideran al ZCC como un enemigo y aliado del Movimiento por el Cambio Democrático.

El 26 de abril el ZCC invitó a todos los partidos políticos a participar en conversaciones de paz concernientes a la crisis económica y política del país, pero el ZANU-PF boicoteó el encuentro.

El partido de gobierno "no asistió a la reunión porque el ZCC dio origen al Movimiento por el Cambio Democrático. Ellos crearon a Tsvangirai. Para nosotros, no hay diferencias" entre el grupo religioso y el partido opositor, declaró a IPS Didymus Mutasa, secretario de administración del ZANU-PF.

"No hay nada nuevo en estas acusaciones. El ZANU-PF siempre dice que somos el Movimiento por el Cambio Democrático. Como ciudadanos de este país, nuestros integrantes tienen derecho a pertenecer al partido político de su elección", replicó un integrante del ZCC.

Mutasa reconoce que la iglesia es la "madre de la política" en este país. "En el pasado, las iglesias nos ayudaron en gran medida, pero en la dirección correcta y no como las de hoy que quieren que adoptemos un cambio negativo", sostuvo.

"Nunca asistiremos a las reuniones del ZCC mientras simpaticen y apoyen al Movimiento por el Cambio Democrático. Soy miembro de la Iglesia Anglicana en lo que respecta a los valores cristianos. Pero ellos no me van a enseñar de política", agregó.

El reverendo Tim Neill, de la Iglesia Anglicana, recibió una amenaza de muerte por haber distribuido panfletos criticando el apoyo de Mugabe a las ocupaciones de granjas.

"Algunos de los dirigentes blancos de la iglesia nos quieren imponer sus opiniones", comentó al respecto Mutasa.

Los secretarios generales del Consejo Mundial de Iglesias y de la Federación Mundial Luterana, Konrad Raiser e Ishmael Noko respectivamente, enviaron una carta al ZCC expresando su "solidaridad" en la posición tomada frente a la violencia y la tensión política en el país.

A pesar del estupor nacional e internacional, "la violencia ejercida con el apoyo tácito del gobierno no se aplacó, sino que cobró más vidas y aumentó la tensión, llevando al país al borde del colapso del orden y el imperio de la ley", señalaron en la carta del 25 de abril.

Raiser y Noko señalaron que la propiedad de la tierra sólo se puede democratizar asegurando una "distribución justa mediante una reforma agraria claramente definida, equitativa y controlada democráticamente".

En este sentido, las iglesias señalaron que tienen la obligación moral y espiritual de ofrecer su guía y defender los derechos de todos, especialmente de los que no tienen poder ni voz.

"Los derechos de los propietarios blancos de granjas que eligieron permanecer en Zimbabwe (después de la independencia) y de contribuir con su desarrollo se deben respetar", agregaron.

Criticaron el proceso de ocupación descontrolado y "sin un sólido plan de redistribución agraria" que provocó la violencia racial y la muerte de blancos y negros por igual, aseguraron.

Ambos líderes religiosos declararon que la comunidad internacional y especialmente Gran Bretaña, la antigua potencia colonial de Zimbabwe, tienen la obligación de ayudar a financiar la distribución justa y democrática de la tierra. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00

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