Las autoridades a cargo de los comicios generales de este domingo en Venezuela, los más complejos en la historia de este país, admitieron hoy errores y retrasos que oscurecen la sombra de incertidumbre sobre el proceso electoral.
Después de una serie de denuncias sobre inconsistencias técnicas en los trabajos preparativos, el Consejo Nacional Electoral (CNE) denunció un plan para impedir los comicios, mientras atribuía toda la responsabilidad a una empresa estadounidense encargada de las máquinas de votación.
El CNE, que este martes declaró los comicios como "problema de Estado", advirtió que el miércoles vence el plazo para subsanar los errores. Pero no aclaró qué pasaría con los 11,7 millones de electores y 36.000 candidatos si no se subsanan las fallas.
El gobierno venezolano, incluso, se comunicó con la Embajada de Estados Unidos para obtener cooperación, y envió un avión militar al estado de Nebraska para cooperar con la empresa ES&S en la búsqueda de soluciones de último minuto para salvar los comicios.
"Estamos en un momento altamente delicado", advirtió el director del CNE, Etanislao González, quien denunció una campaña contra el organismo que incluyó llamadas telefónicas con amenazas de sabotaje en sus instalaciones informáticas y de bases de datos.
González denunció públicamente que en medio de esa campaña de amenazas se produjo el "sorpresivo incumplimiento a los compromisos suscritos" por ES&S, contratada por el CNE para habilitar las máquinas de votación automatizada, que cubren más de 90 por ciento del electorado.
El presidente del órgano electoral venezolano consideró que este "incumplimiento flagrante" es parte de la supuesta campaña contra los comicios.
El incidente explotó este martes en medio de una oleada de dudas acerca de la capacidad técnica del CNE para realizar las elecciones, convocadas para cubrir todos los cargos de carácter electivo con el fin de adaptar la institucionalidad venezolana a la Constitución vigente desde el 30 de diciembre.
Los pedidos planteados en los últimos meses por organizaciones opositoras y de la sociedad civil para postergar la contienda fueron rechazadas en medios judiciales, mientras el CNE defendía a capa y espada el proceso asegurando que los plazos se cumplirían sin inconvenientes.
Pero la semana pasada fueron evidentes problemas graves, pues el CNE no pudo cumplir con el simulacro definitivo de la elección. La prueba, realizada finalmente el lunes, fue parcial y poco satisfactoria, calificada de "simulacro de simulacro" por los críticos del proceso.
González dijo que ES&S fue culpable del fracaso de esas pruebas pues no entregó las "flashcard", tarjetas inteligentes que deben ser programadas para garantizar el buen funcionamiento de las máquinas lectoras de votos. Hasta este martes por la tarde, ese equipo aún no había llegado.
El CNE espera que puedan llegar entre este martes y miércoles, con un equipo especializado, para completar el proceso. Por otro lado, descartaron que el organismo estatal haya cometido errores.
Sin embargo, los problemas con las "flashcard" se suman a una serie de complicaciones relacionadas con el proceso. La primera de ellas fue el retraso de las postulaciones de candidatos, debido a errores en el manejo de las bases de datos, que fue contratado con la transnacional informática Unisys.
Al mismo tiempo, la prensa local ha difundido reiteradas denuncias sobre dificultades para la impresión de más de 40 millones de versiones de boletas de votación, encargadas a una imprenta de Chicago, que llegarían prácticamente en vísperas de la elección a bordo de un avión venezolano.
También se han difundido versiones sobre la preocupación por el retraso en los preparativos por parte de la compañía española Indra, encargada de manejar las máquinas de votación el día de la votación.
Organizaciones políticas y de la sociedad civil han solicitado la postergación de los comicios, o al menos la separación en dos elecciones en distinta fecha, con el fin de cumplir con el derecho de la población a tener elecciones transparentes y de calidad.
Además, el CNE es objeto de dudas sobre su transparencia e imparcialidad, debido a que su directiva fue designada por una comisión legislativa de transición dominada por el oficialismo.
El ambiente terminó de enrarecerse este fin de semana, cuando la policía política, la Disip, ingresó en las instalaciones del CNE a petición de sus autoridades para prevenir alteraciones del proceso, un hecho considerado sospechoso por analistas.
González anunció que el CNE inició un ciclo de reuniones con todos los participantes en el proceso, incluyendo los candidatos, con el fin de explicarles la situación y "aunar esfuerzos para realizar las elecciones" este domingo.
También sostendrán conversaciones con observadores nacionales y con los internacionales. La misión de la Organización de Estados Américanos (OEA) también ha manifestado su preocupación por las fallas técnicas, pero espera que sean solucionadas.
El presidente del CNE también dijo que los inconvenientes trascienden al "poder electoral" e involucran a los otros poderes públicos.
"Constituye un problema de Estado", determinó.
Los electores venezolanos tienen en sus manos la delicada misión de elegir en un solo día presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales, alcaldes, concejales y miembros de las juntas parroquiales, en un proceso sin precedentes en la democracia de este país, iniciada en 1958. (FIN/IPS/lc/mj/ip/00