El turismo procura afianzarse en Cuba como locomotora de la economía, aunque la enemistad de Estados Unidos lo priva de inversiones y de las ganancias que dejarían visitantes de ese país.
En la XXI Convención Internacional de Turismo, que se realiza esta semana en La Habana, las autoridades cubanas decidieron promocionar otras ofertas que se sumarán a las tradicionales de sol y playas, como programas de corte ecológico, excursiones folclóricas y comunitarias y paseos de carácter histórico.
Expertos cubanos estiman que el capital externo en empresas turísticas, que en la actualidad supera los 1.000 millones de dólares, podría ser mucho mayor de no mediar la ley Helms-Burton, que desde 1996 permite a Washington sancionar a quienes hagan negocios en propiedades confiscadas a estadounidenses.
La poderosa firma española Sol Meliá, con sede en Mallorca y pionera en inversiones turística en Cuba, estuvo el año pasado a punto de ser afectada por esa legislación. Sin embargo, en lugar de pensar en retirarse ya planea ampliar sus operaciones en territorio cubano.
Esta firma cuenta en América Latina y el Caribe con 56 hoteles y complejos turísticos de distinto tipo calificados con cuatro y cinco estrellas, 13 de los cuales están en Cuba, donde España figura a la cabeza de la inversión foránea en cuanto a cantidad de asociaciones.
La revista estadounidense Time informó que, luego de fusionarse con la empresa Inmotel, de Estados Unidos, Sol Meliá espera abrir este año nuevos hoteles en Cuba, Brasil, Perú y Puerto Rico, mientras programa nuevas inversiones en otros 20 países a mediano plazo.
El dinamismo del sector turístico de Cuba, con 30 por ciento de ingresos brutos anuales y un crecimiento de visitantes a razón de 20 por ciento cada año entre 1990 y 1998, resultan sumamente atractivos para el capital foráneo, señalan los investigadores.
Este sector de la economía desplazó al azúcar como principal fuente de divisas de Cuba en 1999, con ingresos brutos por 1.900 millones de dólares, pero inferior al esperado de 2.142,5 millones y con un nivel de eficiencia que se mantuvo bajo, al tener que invertir 70 centavos de dólar por cada dólar ingresado.
Según estimaciones oficiales, la rebaja de un sólo centavo en los costos significaría la obtención de 10 millones de dólares más de ingresos.
Esa relación gasto-ingreso expresa un bajo nivel de integración nacional, desfavorecida por "la calidad y presentación no apropiada de los artículos de producción cubana, falta de sistematicidad en las entregas y elevados costos", señalan especialistas.
"El turismo es un gran importador, de ahí que Cuba deba tratar de producir algunos de esos bienes de acuerdo a normas internacionales de calidad, proceso que en buena medida requiere de la asociación con capitales extranjeros", comentó a IPS un experto en el tema.
La isla recibió el año pasado 1.650.000 visitantes y disponía de unas 34.000 habitaciones para el turismo internacional, 3.693 de las cuales se originaron en asociaciones económicas con capitales externos.
En la actualidad operan en el país 30 empresas mixtas hoteleras con más de 14.000 habitaciones, en tanto 20 por ciento de los hoteles y 38 por ciento de las habitaciones para el turismo extranjero se encuentran bajo contrato de administración con socios foráneos.
Cuba espera aumentar a dos millones el número de turistas al finalizar este año y a unos siete millones en los próximos 10 años.
Para cumplir con estas metas se requiere poner a disposición de los visitantes a partir del 2005 entre 8.000 y 10.0000 nuevas habitaciones cada año, sin olvidar el mantenimiento de las existentes, indicaron fuentes oficiales del sector.
Este país comenzó a poner especial énfasis en la integración con el área del Caribe y América Central para captar el mercado turístico internacional en forma conjunta, principalmente el procedente de Europa.
Ya en 1999, Cuba se ubicó como segundo destino turístico de importancia en el Caribe, después de República Dominicana. Ambas naciones se están beneficiando del interés europeo por visitar la región.
La Organización Mundial de Turismo, con sede en Madrid, pronostica que hacia el 2020 Alemania habrá desplazado a Estados Unidos del primer lugar entre los principales emisores de turismo internacional y representará 10 por ciento de los viajes por el mundo.
Alemania, cuyo mercado se considera de estancia larga y de mayor poder adquisitivo, figura desde fines de la década de los 90 entre los primeros clientes de la llamada "industria sin chimeneas" de Cuba.
La XXI Convención Internacional de Turismo defiende la idea de "un solo Caribe para el turismo", con el fin de propiciar iniciativas de cooperación e integración regional que permitan aprovechar mejor ese interés europeo.
En la vigésima edición de esa ronda de negocios anual, Cuba y Guatemala acordaron un proyecto de desarrollo turístico denominado Playa-Maya, que facilita la explotación conjunta de sus respectivas ofertas turísticas.
Los anfitriones de la cita de esta semana, a la cual acudieron delegaciones de unos 40 países, promueven ofertas variadas para sumar a las tradicionales de sol y playas. (IPS/ips/pg/dm/if/00