Suriname celebrará elecciones generales este jueves, y los analistas políticos prevén que el resultado será cinco años más de gobierno de coalición caracterizado por la parálisis económica y política.
Las elecciones se anticiparon un año a la fecha constitucional debido al voto de censura que decidió el Parlamento contra el presidente Jules Wijdenbosch a principios de 1999.
Debido a interpretaciones distintas de la Constitución, los legisladores no pudieron desalojar al mandatario del gobierno, pero ambos poderes acordaron celebrar los comicios anticipados.
La última vez que los electores de esta república sudamericana de habla holandesa se dirigieron a las urnas fue en mayo de 1996. Entonces el Partido Nacional Demócratico (PND), dirigido por el ex dictador militar Desi Bouterse, ganó 16 de las 51 bancas de la Asamblea Nacional.
Llevó varias semanas de enfrentamientos políticos para que el PND finalmente se coaligara con cuatro partidos más para obtener una mayoría de 26 bancas y formara el gobierno.
Según los analistas, la problemática coalición de cinco países fue una de las razones de la parálisis durante gran parte de los cuatro años de gobierno, algo que se puede repetir, sin importar qué partidos acceden al poder.
No es probable que el PND vaya a ser un factor importante en el gobierno que surja de las elecciones. Bouterse y Widjenbosch se encuentran enfrentados, lo cual dividió al partido y a los votantes.
Wijdenbosch lidera el grupo Plataforma 2000, mientras Bouterse permanece al frente del PND.
Las encuestas revelan que la coalición opositora Frente Nuevo, integrada por cuatro partidos y que gobernara al país entre 1991 y 1996, podría obtener suficientes bancas para asumir el gobierno.
Sus oportunidades mejoraron no sólo por las diferencias entre Wijdenbosch y Bouterse, sino porque la economía del país está de rodillas y por la aparición de una nueva alternativa política, la Alianza Democrática 91, otro grupo de coalición que tendría financiación de Holanda, la antigua metrópoli de Suriname.
Pero el Frente Nuevo deberá vérselas primero con la importante cuestión del liderazgo. La prensa informó que muchos se oponen a que el ex presidente Ronald Venetiaan lidere nuevamente el poder. Fue durante el gobierno de Venetiaan (1991-1996) que la economía se derrumbó, ayudada por las medidas de austeridad dictadas por el Fondo Monetario Internacional.
Venetiaan proviene del Partido Nacional de Suriname, pero algunos de los dirigentes del grupo dicen que ya es hora de que se retire.
Mientras, integrantes del Frente hacen campaña por su cuenta.
"Al Frente Nuevo le podría ir mejor esta vez, pero nadie tendrá suficientes bancas para formar su propio gobierno. La situación será como la última vez, con muchos partidos integrando el gabinete. No creo que haya sorpresas", prevé Winston Ramautarsingh, economista y analista político.
Ramautarsingh sostiene que la coalición de Bouterse saldrá claramente perjudicada por la división de Wijdenbosch. Los dos se enemistaron el año pasado cuando Wijdenbosch destituyó a Bouterse de su cargo de asesor estatal, por avergonzar al gobierno en público.
Por su parte, Bouterse argumentó que Wijdenbosch no estaba dispuesto a eliminar a los ministros y demás funcionarios corruptos del gobierno, muchos de los cuales abusan de su autoridad.
Bouterse soporta la carga adicional de la apelación que realiza en Holanda ante una sentencia de cárcel por narcotráfico internacional.
Bouterse niega los cargos y señaló que el proceso actual coincide con las elecciones, lo cual plantea interrogantes sobre su integridad en un momento más que inoportuno.
Holanda nunca ocultó su desprecio por Bouterse, el hombre que dirigió golpes de Estado en 1980 y 1990 y que estuvo al frente del gobierno cuando 16 opositores fueron ejecutados en 1982.
Algunos de sus mayores detractores solicitaron a las cortes holandesas que lo procesen por las ejecuciones.
Bouterse declaró que una Comisión de Verdad y Reconciliación investigará las ejecuciones y recomendará medidas adecuadas. Pero esa comisión aún no comenzó a funcionar.
Mientras, la presidenta de la Asamblea, Indra Djwalapersad, líder del pequeño partido Naya Kadam, será la única candidata mujer en la carrera presidencial.
Djwalapersad desmintió que su partido sólo ganará dos bancas, en su mayoría con el apoyo de habitantes de origen indio, pero agregó que el país se beneficiará con la reanudación de la ayuda holandesa si se convierte en la primera mujer jefa de Estado en Suriname.
La dirigente se refería a los casi 600 millones de dólares en ayuda para el desarrollo que Holanda suspendió a Suriname como castigo por el gobierno apoyado por Bouterse.
El dinero era parte de un desembolso anual de 200 millones de dólares que debía haberse vencido en 1990, 15 años después de la independencia, pero que aún existe porque no se entregó en los años de gobierno militar. (FIN/IPS/tra-en/bw/da/aq/ip/00)