El presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, advirtió que su gobierno no tolerará invasiones de tierras como en el vecino Zimbabwe, pero anunció planes para acelerar la reforma agraria.
"Cualquier ocupación de tierras en este país sería contraria a la ley y a la política del gobierno. Tomaríamos todas las medidas necesarias para hacer respetar las leyes", previno Mbeki en un discurso al parlamento esta semana.
Sin embargo, el presidente sugirió la posibilidad de aumentar el porcentaje de tierras disponibles para su distribución entre campesinos negros pobres a más del 15 por ciento ya asignado para ese fin.
Esta semana, el gobierno anunció planes para ubicar a 70.000 agricultores negros en dos millones de hectáreas de tierras públicas durante los próximos 15 años.
"Ese 15 por ciento no debe interpretarse como si fuera la biblia, no es un número fijo", comentó Mbeki.
Varias comunidades rurales amenazaron con ocupar propiedades privadas si sus reclamos de tierra no son atentidos, pero hasta ahora no se informó sobre ninguna invasión.
El gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) advirtió esta semana que las autoridades aplicarán las leyes que permiten la asignación de tierras en caso de que los granjeros comerciales, mayoritariamente blancos, pongan el precio de sus propiedades fuera del alcance de los campesinos negros.
El opositor Partido Democrático replicó que el gobierno no tiene un plan adecuado de reforma agraria.
"En lugar de concentrarse en aplicar el actual programa de reforma agraria, el ANC culpa a los granjeros por su propia incompetencia", declaró el partido opositor.
El plan gubernamental de restitución de tierras a aquellos expulsados por el gobierno del apartheid (régimen de segregación racial) también ha tenido una aplicación muy lenta.
De los 64.355 reclamos presentados al gobierno, solo 4.000 fueron satisfechos hasta el momento.
Andile Mngxitama, funcionario del Comité Nacional de Tierras, elogió al gobierno por disponer tierras para su redistribución, pero señaló el gran problema de la pobreza en las áreas rurales.
"Actualmente se habla de crear una clase media rural, pero esto se convertirá en otra iniciativa de potenciación fracasada", advirtió.
"La creación de una elite de campesinos negros puede 'desracializar' el problema, pero no lo solucionará, porque más adelante tanto las granjas de blancos como de negros serán invadidas por los más pobres", previno el funcionario.
El gobierno, luego de consultas con los pobres, debería aplicar un programa de desarrollo rural y alivio de la pobreza, del cual la redistribución de tierras sería solo una parte, opinó Mngxitama.
Paradojalmente, son los centros urbanos de Sudáfrica los que padecen el problema de la ocupación de tierras.
Personas pobres que emigran de áreas rurales a ciudades en busca de trabajo a menudo construyen viviendas precarias en terrenos baldíos de la periferia.
El gobierno de la provincia de Gauteng obtuvo esta semana una orden judicial para desalojar a los habitantes de un asentamiento ilegal, pero los residentes se niegan a abandonar el lugar.
El compromiso de Mbeki con la ley y con una redistribución ordenada de las tierras en Sudáfrica fortaleció el rand, la moneda nacional, que había caído a más de siete unidades frente al dólar estadounidense.
Aunque la fuerza internacional del dólar contribuyó a debilitar el rand, varios economistas señalaron que la sobreoferta de la moneda sudafricana se debe al temor de los inversionistas de que la crisis política de Zimbabwe se extienda a Sudáfrica. (FIN/IPS/tra-en/as/sm/mlm/ip-dv/00