SIERRA LEONA: Kenia bajo presión para abandonar fuerza de paz

La muerte de siete soldados kenianos en Sierra Leona determinó a dirigentes políticos y a la prensa de Nairobi a exigir la repatriación de las tropas incorporadas a las fuerzas de la ONU en ese país del noroeste de Africa.

Los siete soldados murieron este martes en un enfrentamiento con rebeldes de las Fuerzas Revolucionarias Unidas (RUF), dirigidas por Foday Sankoh, en la ciudad de Magburaka, en el contexto del proceso de desarme y desmovilización de los ex combatientes.

"Es inútil enviar soldados a mantener la paz en un país que no la desea", sostuvo el legislador Gor Sungu, quien el jueves exigió el retiro de la fuerza de paz de Sierra Leona.

Sungu dijo ante el Parlamento que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) se enfrenta a un "loco", en referencia a Sankoh.

"Incluso una superpotencia como Estados Unidos siempre se fija en el interés nacional antes de enviar a sus soldados a otra parte del mundo", dijo el legislador Otieno Kajwang en el Parlamento.

Los primeros informes indicaron que las fuerzas de Sankoh habrían capturado a unos 50 efectivos de la ONU el lunes, entre los cuales habría 17 kenianos.

El ministro de Defensa Julius Ole Sunkuli dijo al Parlamento que la muerte de los siete soldados tuvo lugar sin provocación y violó las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que permite la intervención de la misión internacional (Unamsil) en Sierra Leona.

Los problemas comenzaron el 1 de mayo, cuando los soldados kenianos tomaron parte en las negociaciones con el RUF para liberar a las fuerzas de paz secuestradas, contó Sunkuli.

El presidente de Kenia Daniel Arap Moi protestó ante Sierra Leona y se lamentó de que los soldados, "que eran sólo fuerzas de paz y no combatientes, tuvieran que morir sin razón justificada".

Moi, quien convocó a una reunión de los comandantes militares, declaró que espera un informe que aclare la circunstancia de la muerte de los siete kenianos.

Medios de comunicación kenianos instaron al gobierno a reconsiderar la política de enviar soldados a las "supuestas misiones de paz, que ya no son de paz, sino de muerte".

El diario Daily Nation calificó a Sankoh de líder "insensible y brutal" en su edición de este viernes, mientras el People compartió el pedido de Estados Unidos de que se lo procese por crímenes de guerra.

El diario East African Standard pidió a la comunidad internacional que "dome ya al monstruo de Sierra Leona".

"Es una paradoja y absolutamente incomprensible que los soldados kenianos en misión de paz sean asesinados por los mismos que se supone están protegiendo", señaló en su editorial de este viernes.

Los siete pertenecían a la fuerza de 900 soldados que integra la misión de más de 11.000 efectivos de Unamsil, la misión de paz más grande del mundo.

Sin embargo, Sankoh culpó a los soldados kenianos de falta de tacto al "intentar desarmar a los combatientes por la fuerza" y de abrir fuego en primer lugar. También acusó a la ONU y a las fuerzas de paz de ser parciales en contra de sus combatientes.

"Apelo a las fuerzas de paz de la ONU a no provocar al RUF", habría dicho en Freetown.

"Aconsejo a los enviados de la ONU y sus pacificadores a intentar comprender la política en la práctica antes de comenzar a tomar parte", agregó.

Los últimos acontecimientos en Sierra Leona no sorprendieron, ya que Sankoh se opuso a Unomsil desde el comienzo.

La misión de la ONU fue enviada para supervisar el proceso de desarme y desmovilización de los rebeldes del RUF, que ahora comparten el poder con el gobierno de Sierra Leona hasta que se celebren elecciones democráticas en 2001.

El acuerdo de paz firmado en Lomé, entre Sankoh y el presidente de Sierra Leona Ahmed Tejan Kabbah, en julio, ofreció a los rebeldes la amnistía por las atrocidades cometidas durante la guerra civil.

Como parte del acuerdo para compartir el poder, Sankoh obtuvo la administración de los recursos minerales del país, como los diamantes, que fueron la raíz de la guerra civil.

Pero el acuerdo hizo poco por la paz del país, ya que persiste la debilidad del Estado, un legado directo del gobierno colonial que facilitó la privatización de empresas públicas.

Todas las partes entienden que los rebeldes se deben desarmar y desmovilizar para poder celebrar elecciones democráticas.

Pero los últimos hechos indican que Sierra Leona podría dirigirse en el mismo rumbo que en 1996, cuando las elecciones se realizaron antes de alcanzar la paz, lo cual condujo al caos entre 1997 y 1999.

Las muertes de los siete kenianos generaron fuertes protestas internacionales contra el RUF.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que Sankoh es totalmente responsable de las acciones de sus combatientes y debe ser procesado por sus "actos criminales", mientras Estados Unidos pidió que se lo juzgue como criminal de guerra.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), la principal de Estados Unidos, también condenó las muertes y el secuestro de las fuerzas de paz, y acusó a Sankoh de perpetrar gran cantidad de atrocidades contra la población civil durante los nueve años de guerra civil e incluso después.

HRW señaló que se opuso a la amnistía ofrecida a los rebeldes por temor a que la impunidad provocara más atrocidades. "Hechos como este confirmaron nuestros temores", declaró Peter Tukirambudde, director del capítulo de la organización en Africa.

"Para el pueblo de Sierra Leona, la guerra civil nunca concluyó", sostuvo.

"Las fuerzas de paz recibieron un golpe terrible, pero incluso después del acuerdo de paz (firmado en Sierra Leona en…), la población civil de todo el país sufrió violaciones, ejecuciones, torturas, mutilaciones y secuestros de parte de los rebeldes", agregó. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/aq/ip/00

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