La crisis política de Perú se agravó hoy ante el retiro temporal de la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que supervisaba los preparativos del programa de cómputos a utilizar en la segunda vuelta presidencial del próximo domingo 28.
El jefe de los observadores de la OEA, el ex canciller guatemalteco Eduardo Stein, aclaró que "la misión no se está retirando (definitivamente) de Perú sino sólo hemos pedido a nuestros técnicos que suspendan sus actividades relacionadas con la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE)".
Stein agregó que la discrepancia con la ONPE es de carácter técnico y se refiere a la "funcionabilidad o no del programa de cómputos que se utilizará en la segunda ronda, para evitar que aparezcan las irregularidades que enturbiaron" las elecciones del 9 de abril.
Pero la discrepancia técnica entre la ONPE y la misión de la OEA agravó la crisis política generada tras la advertencia del candidato de la oposición Alejandro Toledo de que no participaría en las elecciones si el organismo americano no avalaba la transparencia del sistema de conteo de votos.
En los comicios previstos para este domingo debían disputar la prsidencia de Perú el actual mandatario Alberto Fujimori, quien aspira a un tercer mandato consecutivo y obtuvo 49 por ciento de los votos en la primera ronda, y el economista Toledo, quien obtuvo 42 por ciento de los sufragios.
Toledo sostiene que la primera vuelta electoral fue fraudulenta y teme que ocurra lo mismo en la segunda ronda, si no se desmonta lo que llama la maquinaria del fraude.
La decisión de la OEA de suspender la supervisión del proceso en marcha respalda en la práctica a Toledo, quien pidió que los comicios se aplacen al menos hasta el 18 de junio.
Después de las irregularidades denunciadas por la oposición en abril, Stein pidió a la ONPE que adoptase una serie de correcciones al programa de computos y, según precisa ahora, las reformas aplicadas no han resultado eficientes.
"En el último simulacro de computos para probar el programa, efectuado el domingo 21, éste falló. En lugar de consolidar los resultados de algunas regiones, el sistema los borró y, en consecuencia no se puede decir que la prueba fue un éxito, como expresó este lunes un comunicado de la ONPE", señaló Stein.
"En esta situación, la OEA insiste en la necesidad de un mayor plazo que le permita a la ONPE trabajar con rigurosidad y planificación para corregir las deficiencias que se presentan en la organización de la segunda vuelta, y para dar a la población suficientes garantías de que su voto será respetado", indicó.
Stein anunció que la misión que dirige se pronunciará este martes, después de reunirse con el secretario general de la OEA, César Gaviria, y con el primer ministro peruano, Alberto Bustamante.
Sin embargo, aunque el retiro de los observadores de la OEA no se ha planteado aún, el gesto es interpretado por sectores políticos como la más clara advertencia de la comunidad internacional formulada hasta ahora al gobierno de Fujimori respecto de la falta de transparencia del proceso comicial.
"Si la misión de la OEA se retira y no avala el proceso electoral, es probable que algunos de los gobiernos de la región, en especial Estados Unidos, apliquen sanciones o modifiquen sus relaciones con Perú", comentó el experto Alberto Adrianzén, de la organización no gubernamental Desco.
Adrianzén recordó que la resolución 43 del Congreso de Estados Unidos, apoyada por el presidente Bill Clinton, establece que ese país revisaría sus relaciones económicas, políticas y militares con Perú, si considera que las elecciones peruanas no fueron democráticas y transparentes.
El experto agregó que desde 1941, con la declaración de Santiago y la resolución 1080 de la OEA, "la pertenencia de Estados al organismo americano requiere tener gobiernos representativos y democráticos".
"En consecuencia, el tema peruano podría motivar una convocatoria del Consejo Permanente de la OEA y una asamblea de cancilleres, que podrían aprobar el aislamiento de Perú y la aplicación de una serie de sanciones financieras", explicó.
En cuanto a Estados Unidos, Adrianzen opinó que la actitud hacia Perú, en el caso de una decisión de aislamiento, no variaría con el cambio de gobierno allí, pues los dos candidatos, George Bush hijo y Al Gore, coinciden en una posición crítica respecto del gobierno peruano".
Por su parte, Jorge Trelles, vocero del movimiento político que respalda la reelección de Fujimori, propuso, "si fuera necesario, prescindir del programa de computos y contar los votos como se hacía antes".
"Resulta ahora que las elecciones deben aplazarse porque el programa informático no satisface a algunos. Hemos creado un monstruo", comentó Trelles, quién recordó que "el programa es objetado porque los observadores quieren ver en tiempo real como se están introduciendo los datos al sistema", dijo.
"Utilizando un programa, como el Excel, por ejemplo, se pueden sumar los votos en cada región, y consolidar luego los resultados, en cuestión de horas. Los dos partidos y los observadores recibirán una copia de las actas de escrutinio de cada una de las mesas y podrán verificar la suma", concluyó. (FIJN/IPS/al/dm/ip/00