Noruega, notoria por sus discretas mediaciones de paz en Medio Oriente y Sri Lanka, desafió a las instituciones de enseñanza superior a promover la paz y los derechos humanos.
La Universidad de Tromsöe, en asociación con la Comisión Noruega para UNESCO, decidió establecer una Red de Paz por Internet luego de una conferencia internacional sobre Educación Superior para la Paz.
La idea consiste en difundir y desarrollar los hallazgos de la conferencia, a la que asistieron 500 representantes de institutos de alta enseñanza, investigadores y estudiantes, explicaron los organizadores.
La reunión tuvo lugar casi ocho meses después que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 2000 como el Año Internacional para una Cultura de la Paz, y el período 2001-2010 como la Década Internacional para una Cultura de Paz y No Violencia para los Niños del Mundo.
El propósito de la iniciativa de la ONU es revitalizar la organización, sus estados miembros y la sociedad civil en un compromiso práctico de paz mutuamente consolidado bajo el nuevo concepto de "Una Cultura por la Paz", explicó Ingrid Eide, de la Universidad de Oslo.
"El concepto y la visión de paz promovidos por la UNESCO y la ONU en general van más allá de la mera noción de paz como ausencia de guerra. Por mucho tiempo, la palabra paz en su empleo común ha sido asociada con pasividad, tranquilidad, incluso muerte o algún tipo de utopía con poco espacio para cambiar", apuntó Eide.
Sin embargo, la Constitución de la UNESCO, establecida en 1945, destaca "cómo las guerras comienzan en la mente de los hombres, donde deben construirse las defensas para la paz".
La idea de una cultura para la paz, no obstante, demandó muchos años y nació en Yamoussoukro, Costa de Marfil, en 1989, durante la Conferencia Internacional de Paz en la Mente de los Hombres, como un llamado de respeto a los valores universales.
El interrogante que surgió en la pequeña ciudad de Tromsöe fue de qué modo las universidades e instituciones de alta enseñanza podían contribuir a la paz.
Más de 70 talleres de trabajo y seminarios cubrieron temas distribuídos en 12 áreas principales que incluyeron Desafíos para la Educación de Paz en Noruega y Experiencias sobre Resolución y Prevención de Conflictos.
La ausencia del tema de la amenaza nuclear en la agenda de la conferencia fue criticada por Ole Kopreitan, secretario de Campaña de Desarme Nuclear (CND), una ONG noruega, quien manifestó su temor que la construcción de la paz pueda transformarse en un mero "juego académico".
Los temas discutidos también incluyeron la situación en Guatemala y Ruanda y de qué manera el arte puede ser usado como promotor de paz.
Tromsöe, un antiguo centro comercial e intelectual del norte de Noruega, tiene una población de 58.000 habitantes, la mayoría de los cuales viven fuera de la pequeña ciudad asentada sobre la isla Troms.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Tromsöe fue escenario de encarnizadas batallas aeronavales. Además, Tromsöe atrajo en los últimos años a personas de todas partes del mundo. Actualmente, en su perímetro viven personas de 120 nacionalidades diferentes.
"La paz es más barata que la guerra", destacó el ex canciller y actual presidente de la Cruz Roja Noruega, Thorvald Stoltenberg.
Expresó que todos tienen la responsabilidad de asegurar la paz a toda costa, pero se asombró por la gran disponibilidad de fondos para guerras, mientras la paz queda rezagada en la lista de prioridades de los gobiernos.
"No hay que confundir violencia con conflictos", advirtió Johan Galtung, otro académico noruego, experto en estudios de paz y conflictos.
En una disertación acerca de sus experiencias personales como mediador en distintas guerras, Galtung subrayó que el cese de la violencia no necesariamente significa en fin del conflicto.
"Si el conflicto no se resuelve, seguirá estando allí y puede degenerar nuevamente en violencia", dijo.
Por lo tanto, es importante realizar profundos estudios culturales de las partes involucradas, y las facciones beligerantes no deben llevarse a la mesa de negociaciones sin haber sido preparadas con anterioridad, observó.
Guatemala fue presentada como el típico ejemplo de un área donde la violencia armada cesó sin una finalización real del conflicto.
Existe el concepto equivocado de que cuando cesa la lucha la guerra terminó, dijo María Eugenia Villarreal, representante de la Asociación Internacional de Estudios de Paz en Guatemala.
Ni el gobierno ni la organización guerrillera que firmaron el acuerdo de paz representan a los indígenas, que constituyen el 60 por ciento de la población.
"El problema actual es identificar quién tiene el poder, el poder detrás del presidente", señaló, enfatizando que el estado guatemalteco necesitaba una transformación porque, de lo contrario, no habría auténtico proceso de paz ni reconciliación.
Un estudio de investigadores palestinos e israelíes demostró que los procesos de paz y reconciliación deben basarse en una actitud positiva hacia el antiguo enemigo, y eso es difícil de obtener.
Sami Adwan, catedrático de la Universidad de Belén, y su colega israelí Shifra Sagy, de la Universidad Ben Gurion del Neguev, entrevistaron a 1.200 palestinos, 1.200 israelíes y 600 estudiantes árabes-israelíes de colegios secundarios para comprobar sus creencias y emociones sobre el conflicto.
Los datos obtenidos demostraron que existe poco entendimiento recíproco de sentimientos y actitudes por parte de los jóvenes.
Alesandro Beda'a, de la Universidad de Managua, opinó que no obstante la importancia de una cultura de paz y los aspectos socioeconómicos, hay algo en el mundo llamado estructura de poder. Si no se corrige esa estructura no puede haber un tratamiento realista del problema de la paz.
"La cuestión es qué tipo de política queremos. Sin una política, y sin políticos, no podemos hablar acerca del poder. ¡Qué conveniente resulta eso para los que tienen el poder!", manifestó. (FIN/IPS/tra-en/at/rj/sm/ego-mlm/ip/00