Los 80.000 observadores internacionales asesorados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que controlarán las elecciones del 2 de julio en México pondrán especial atención a viejas prácticas de coacción a los votantes.
La vigilancia del proceso electoral mexicano pondrá el acento en posibles acciones para "comprar" sufragios o impedir el libre ejercicio de ese derecho, declaró el domingo Nguyen Huu Dong, coordinador general del programa de Apoyo de la ONU para la Observación Electoral 2000.
Dong encabeza una nómina de 10 expertos que ofrecen asistencia técnica a observadores mexicanos y extranjeros que actuarán en los comicios.
Una de las principales actividades del ejército de observadores se desarrollará en las zonas más aisladas y de acceso más difícil de México, escenario durante largas décadas de gran variedad de artificios ilegales que enturbiaron casi todas las elecciones.
Una encuesta de la organización no gubernamental Alianza Cívica reveló que la ciudadanía percibe en los programas de ayuda oficial un mecanismo de inducción al sufragio por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobierna el país hace 71 años, y otros grupos al frente de administraciones locales.
El estudio, para el que se entrevistó a 4.634 adultos en todo el territorio mexicano, evidenció que 40 por ciento de los mexicanos atribuye al PRI los mecanismos gubernamentales de asistencia social.
Alianza Cívica prepara denuncias que serán presentadas ante la fiscalía especial para Delitos Electorales, apoyadas en la encuesta.
Seis por ciento de los entrevistados en las zonas más marginadas de México aseguró haber sido conminado a votar por el PRI, partido que no ha perdido una elección desde su fundación en 1929.
El Comité Técnico de Evaluación que integran expertos nacionales y extranjeros acreditó a 35.000 observadores mexicanos para el proceso electoral más reñido en la historia mexicana, para el que están habilitados unos 60 millones de personas.
Asimismo, el comité ofrecerá asistencia técnica a dos organizaciones no gubernamentales que reúnen a otros 50.000 observadores.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) entregó ya 45 por ciento del total de cuatro millones de dólares de un fondo financiado además con recursos del estatal Instituto Federal Electoral (IFE) para ejecutar labores de vigilancia.
El vietnamita Dong precisó que su trabajo se orienta a la promoción del voto libre, secreto y consciente, principalmente entre los electores más jóvenes.
Las tareas de observación se centrarán también en descartar las prácticas de compra y coacción del voto, sobre todo en zonas rurales. Esos puntos representan las mayores preocupaciones asentadas en los proyectos de observación de organizaciones no gubernamentales que aprobó el Comité Técnico de Evaluación.
El trabajo de los observadores consiste en disuadir y prevenir acciones que empañen la transparencia de los comicios, enfatizó Dong, quien elaborar un informe sobre las elecciones en este país que entregar al secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El Programa de Eduación, Salud, y Alimentación (Progresa), el más importante del gobierno de Ernesto Zedillo para el combate a la pobreza, y otros como Procampo, son utilizados para presionar a la gente a votar por determinados partidos.
Además del PRI, el conservador Partido Acción Nacional (PAN) induce a la población de algunos estados donde gobierna a votar a su favor, denunció el coordinador de Alianza Cívica, Rogelio Gómez.
Alrededor de 24 por ciento de los mexicanos pobres y marginados no están convencidos de que el voto en el país es libre y secreto y creen que "es posible saber por cuál partido vota cada ciudadano", señaló Gómez.
Entre los beneficiarios del Porgresa consultados por Alianza Cívica, la intención del voto a favor del PRI alcanza 65 por ciento, señaló el estudio. Un total de 2,6 millones de familias están incorporadas al programa, que alcanzó este año una presupuesto de 970 millones de dólares.
Para desterrar el riesgo de anomalías que enturbien la jornada electora, Alianza Cívica desplegó a 2.500 observadores en todo el territorio nacional.
Ante la falta de vigilancia, en épocas no muy lejanas el PRI recurrió al robo o de urnas o a llenarlas con votos falsos, así como a movilizar de manera masiva a electores potenciales ofreciéndoles transporte.
La plena autonomía del IFE y una mayor educación cívica de los ciudadanos ha dotado de mayor credibilidad la carrera por la presidencia que encabezan los candidatos del PRI, Francisco Labastida, y del PAN, Vicente Fox.
En la virtual guerra de encuestas desatada, ambos postulantes disputan el primer lugar en las preferencias de los votantes, en lo que ha sido considerado hasta ahora un empate técnico entre ambos.
En en el tercer puesto, Cuauhtémoc Cárdenas, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, acortó en la última semana la brecha que lo separaba de sus dos rivales políticos. (FIN/IPS/pf/mj/ip/00
