El debate entre los cinco candidatos a gobernar la capital de México en los próximos seis años apuntaló las crecientes posibilidades del centroizquiedista Partido de la Revolución Democrática (PRD) de retener el poder municipal.
Andrés López Obrador, del PRD, partido que administra la capital desde 1997, fue blanco preferido de los ataques de sus rivales la noche del martes, en el primer debate en la historia de la ciudad entre candidatos a gobernarla.
Las elecciones de gobernador capitalino se celebrarán el 2 de julio, al mismo tiempo que los comicios presidenciales y legislativos para los que fueron convocados unos 60 millones de ciudadanos.
Estas serán las segundas elecciones para gobernador de la ciudad de México, agobiada por la violencia con que actúa la delincuencia enquistada a lo largo de décadas, así como por severas deficiencias en materia de transporte público y de contaminación.
La designación del encargado de gobernar la ciudad dejó de ser decisión del presidente como resultado de los vientos de cambio democrático que comenzaron a soplar en los últimos años en este país, gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) desde hace 71 años.
Tras los comicios de julio de 1997, Cuauhtémoc Cárdenas, del PRD, comenzó a dirigir los destinos de ls 20 millones de capitalinos, en una difícil cohabitación con el PRI.
La postulación de Cárdenas como candidato a la Presidencia, por tercera vez consecutiva, dejó en el poder a Rosario Robles hasta que los comicios anticipados definan al próximo gobernador.
A 32 días de las elecciones, López Obrador parece inalcanzable para sus rivales, según las últimas encuestas.
El candidato del PRD obtuvo 47,8 por ciento de las preferencias, 19,5 puntos porcentuales más que su contrincante más cercano, el ex embajador de México en Estados Unidos Jesús Silva Herzog, del PRI, según una encuesta publicada esta semana por el diario El Universal.
Con 20,2 a favor, el candidato del derechista Partido Acción Nacional, Santiago Creel, ocupó el tercer puesto, mientras 3,7 por ciento de las preferencias se dividieron entre los aspirantes de los partidos Democracia Social (PDS) y Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM)
Con la atención de los electores concentrada en la carrera por la presidencia, que por primera vez podría quedar en manos de la oposición, la mayoría de los ciudadanos capitalinos desdeñó la confrontación de ideas de los aspirantes a gobernarlos.
Apenas 18 por ciento de un total de 2.664 personas entrevistadas telefónicamente por el diario Reforma vio el debate televisivo, dominado más por las descalificaciones recíprocas que por propuestas y soluciones a los acuciantes problemas.
No obstante, 37 por ciento de los consultados dio como vencedor a López Obrador, quien superó su segunda gran prueba de la contienda. La primera fue una batalla legal que estuvo a punto de eliminarlo del proceso y que ganó pocos días atrás.
El Tribunal Electoral del Distrito Federal declaró sin fundamentos los recursos presentados por PRI, PAN y PARM para retirar el registro como candidato a López Obrador.
Los partidos opositores intentaron sacarlo de la contienda, por considerar que López Obrador no residió en la ciudad los últimos cinco años, como ordena la ley.
El asunto atrapó a lo largo de varias semanas la atención de la campaña y aumentó la popularidad del impugnado, cuya trayectoria de luchador social fue destacada por el PRD como un elemento que está por encima del lugar donde nació, el sureño estado de Tabasco.
"Es muy difícil entablar un debate entre el candidato que ya lleva una ventaja que se antoja inalcanzable y contendientes que ya sólo aspiran a un papel decoroso y a un posicionamiento político digno", afirmó el analista Germán Dehesa.
La enorme brecha entre López Obrador y el resto de los candidatos no se corresponde con lo que sucede en la lucha por la Presidencia, en la que Vicente Fox, del PAN, pelea cuerpo a cuerpo con Francisco Labastida, del PRI.
Aunque repuntó en la última semana, Cárdenas no ha podido plantear un verdadero desafío a sus oponentes. Para los observadores, el candidato del PRD soporta sobre sus espaldas el desgaste de casi dos años al frente de la capital.
La escasa percepción de avances en la capital, atribuida a una mala política de comunicación de Cárdenas, es aprovechada por Fox y Labastida para enrostrar a su contrincante las poca capacidad de gobierno del PRD.
La buena posición de López Obrador en las encuestas es atribuida en buena medida al desempeño de Robles, la primera mujer gobernadora de la ciudad de México.
Robles, de 43 años, salió de inmediato al paso de espinosos conflictos, como los cierres de calles por parte de un grupo policial que causaron caos vial en toda la ciudad.
Para desactivar una movilización de decenas de miles de maestros que trasladaron su domicilio al Zócalo, una plaza de la capital, para presionar al gobierno federal por mejores salarios, Robles logró convencer el martes al presidente Ernesto Zedillo de sentarse a discutir con ella el asunto. (FIN/IPS/pf/mj/ip/00
