La procuraduría de México asestó un duró golpe contra el grupo de narcotraficantes de los hermanos Arellano, uno de los más poderosos del mundo, al detener a su principal y más sanguinario operador, se informó hoy.
Ismael Higuera, apodado "el Mayel", brazo derecho de los Arellano, y varios de sus colaboradores, entre ellos dos mujeres colombianas, fueron capturados el miércoles por la mañana en el estado norteño de Baja California, en las costas del océano Pacífico, según el informe oficial.
La detención de los miembros del llamado cartel de Tijuana, la más importante organización delictiva del corredor del Pacífico, se produjo luego del asesinato de varios policías que lo investigaban y de una larga cadena de crímenes.
El gobierno de México ofrece alrededor de tres millones de dólares de recompensa por información que permita la captura de Ramón, Javier y Benjamín Arellano, quienes operan desde hace más de una década con la presunta protección de algunas autoridades, policías y militares.
En tanto, Estados Unidos los incluyó en la lista de los criminales más buscados por su policía.
En el operativo del miércoles participaron agentes especiales y militares, quienes debieron usar armas y granadas de humo y lacrimógenas, pues fueron repelidos por los narcotraficantes, dijeron las autoridades.
El Mayel, de 48 años, fue llevado este jueves por la madrugada a la cárcel de alta seguridad de Almoloya, ubicada cerca de la capital. El lugarteniente de los Arellano es acusado de planificar múltilpes asesinatos, amenazar a policías, pagar sobornos y organizar el transporte de droga.
La acción policial se planificó gracias a llamadas telefónicas recibidas en un sistema especial de la procuraduría, en las que se denunció la presencia de los delincuentes, quienes habrían hecho una fiesta la noche previa a la captura en la que dispararon al aire e hicieron escándalo.
La presunta libertad con la que se mueven los hermanos Arrellano ha emergido en varias ocasiones como punto de discordia entre las autoridades policiales de Estados Unidos y México, pues ambos se acusan de no hacer lo necesario para detenerlos.
Ramón, Javier y Benjamín Arellano son quienes comandan el cartel de Tijuana, ciudad de Baja California ubicada en la frontera con Estados Unidos.
Las autoridades sostienen que esa familia es responsable del ingreso a Estados Unidos de toneladas de cocaína, heroína y marihuana.
Miembros del cartel detenidos en años pasados afirman que los narcotraficantes mexicanos utilizan credenciales del estado mayor presidencial de México y tienen protección de policías y ex militares.
Entre los colaboradores de los Arellano se menciona al capitán Gerardo Cruz, detenido en 1996, quien integraba la guardia presidencial, una de las instituciones castrenses de mayor prestigio.
No existen pruebas contundentes, pero varias investigaciones independientes afirman que el cartel de Tijuana, así como otros, tiene entre sus cómplices a autoridades y políticos.
En México operan las organizaciones de narcotraficantes más importantes del mundo, dice la policía federal de Estados Unidos. Pero el gobierno mexicano lo niega, aunque reconoce que los mafiosos tienen mucho poder.
En 1993, cuando el gobierno de Carlos Salinas (1988-94) logró detener a Francisco Arellano, la procuraduría prometió destruir el cartel de Tijuana en escasos meses.
Pero pasaron siete años y, si bien Francisco permanece recluido en una cárcel, sus hermanos siguen en libertad y operando.
Las investigaciones señalan que los hermanos Arellano, quienes traerían droga desde Colombia, operan principalmente en el estado de California, en Estados Unidos, y en Tijuana, México.
Al cartel de Tijuana se le atribuyen múltiples asesinatos, entre ellos el del cardenal mexicano Jesús Posadas en 1993, y sus miembros son considerados especialmente sanguinarios. (FIN/IPS/dc/dm/ip/00