Para Albert, de 27 años, la retirada de Israel del sur de Líbano luego de 22 años de ocupación implica que probablemente no volverá a ver a su padre y su hermano hasta dentro de meses, quizá años.
A la una de la mañana del martes, los dos hombres dejaron su casa sin decir adónde iban. Pero por la mañana fue evidente que ambos se marcharon a Israel junto con centenares de miembros del Ejército del Sur del Líbano (ESL), la milicia armada proisraelí, por temor a represalias.
Desde el domingo, el ESL ha estado abandonando sus posiciones en el sector central y occidental de la zona ocupada de ocho kilómetros cuadrados, que se extiende a lo largo de la frontera líbano-israelí.
"No discutimos ningún plan para el futuro porque no pensábamos que estuviera tan cercano. Nunca creímos que ocurriría de esta manera", dijo Albert, parado frente a la iglesia del pueblo. Se mantenía erguido detrá s de su madre y su abuela, preocupado por el futuro.
Su amigo George trabaja como carpintero en Israel, pero el martes no fue al empleo y no cree que le sea posible volver a cruzar la frontera, porque los pasos limítrofes en las áreas abandonadas por el ESL ahora están cerrados.
Tras meses de debate popular y diplomático acerca de la retirada, la rapidez de los acontecimientos sorprendió a todos.
Todo comenzó el domingo, cuando el ESL abandonó la posición de Taibeh en el sector central. Cientos de personas irrumpieron en la población antes del crepúsculo, siguiendo los pasos de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano (Unifil).
El lunes, Houla, Markaba y otro puñado de aldeas también fueron abandonadas. Desde ese momento, la zona fue técnicamente dividida en dos hasta que se produjo el colapso del sector occidental, el martes por la mañana.
La retirada hizo que las poblaciones israelíes del otro lado de la frontera, como Margaliot y Kiryat Shmona, quedaran visibles, como también los guerrilleros del grupo fundamentalista islámico Hizbollah que recorrían la línea limítrofe agitando banderas y disparando al aire sus fusiles de asalto Kalashnikov.
El sector oriental del área fronteriza todavía está en manos israelíes y de las restantes fuerzas del ESL, al igual que las principales poblaciones cristianas de Marjeyoun y Qlayaa, y el área drusa de Hasbaya.
El acceso a la zona fue prohibido, pero fuentes del lugar dijeron que la tensión es alta y cientos de vehículos se dirigen hacia la frontera para entrar en Israel.
Los 145 prisioneros de la tristemente célebre cárcel de Khiam recuperaron la libertad el martes luego que el ESL abandonó su custodia y familiares de los reclusos la invadieron y sacaron a todos de sus celdas.
Dentro de pocos días podrían cesar completamente los 22 años de ocupación israelí en el sur de Líbano, antes que la gente logre registrar en su mente el momento histórico que está viviendo.
Desconcertados residentes de las antiguas áreas ocupadas ahora observan las caravanas de autos que desfilan por sus aldeas en dirección a la frontera.
"No esperábamos que fuera tan repentino. Ayer escuchamos acerca del sector central, pero no creímos que aquí se produjera tan pronto", dijo Georges, propietario de una compañía de seguros, en la plaza principal de Alma Shaab, al este de la población costera de Naqoura.
En las afueras del pueblo, los guerrilleros de Hizbollah se apoderaban de antiguos tanques T-54 de fabricación soviética dejados por el ESL en fuga, una escena que se repitió en la zona durante todo el día.
En las aldeas chiítas la recepción fue calurosa, con arroz y pétalo s de rosas arrojados al paso de los vehículos, mientras las mujeres ululaban y cantaban loas a Hizbollah.
"Esta es nuestra libertad, nuestra liberación, no hay palabras para describir cómo nos sentimos", expresó Ghadia, de 14 años, en Aita Shaab. Su padre fue asesinado por un miliciano del ESL pocos meses antes que ella naciera.
En las aldeas cristianas, la atmósfera era más tensa. No hubo sonrisas ni flores, y muchas casas quedaron vacías.
"Hasta medianoche, todos los miembros del ESL que estaban aquí dijeron que no se irían, pero luego tomaron sus cosas y se marcharon", dijo Youssef, un maestro en Debel. "Justificaron su fuga diciendo que la aldea sería destruida en media hora por los Hizbollah", agregó.
Los guerrilleros amenazaron muchas veces de muerte "a los colaboradores del enemigo sionista", y muchos miembros del ESL fueron juzgados en contumacia por las autoridades libanesas.
Desde el domingo, más de 300 milicianos del ESL, especialmente chiíta s, se rindieron a los Hizbollah y al ejército libanés.
No se produjeron choques entre aldeanos y Hizbollah, cuyos guerrilleros, al parecer, están protegiendo las aldeas cristianas y controlando sus ingresos para asegurar que no se infiltren perturbadores.
"Estabamos habituados al ESL, ahora deberemos acostumbrarnos a Hizbollah", declaró Tony Nasrallah en Debel. Luego susurró, apenas audible: "pero preferimos al ESL. Para la gente de esta aldea, la presencia de los milicianos no era una ocupación, dado que muchos miembros de su familia estaban en sus filas".
"Lo que queremos es paz, seguridad, y que el ejército libanés sea desplegado aquí, con la ONU si es necesario", expresó el médico Sobi Mazraani, de la aldea de Houla, que fue abandonada el martes por el ESL.
"Hay muchos aspectos sensibles en el área, entre aldeanos, el ESL y Hizbollah. Alguien debe hacerse cargo", añadió.
El gobierno libanés exigió reiteradamente el cumplimiento de la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige la completa retirada de las fuerzas israelíes del sur de Líbano.
Para evitar dar cualquier tipo de garantías a Israel acerca del perío do posterior a la retirada, el gobierno libanés nunca divulgó sus planes para llenar el vacío dejado por las fuerzas de Tel Aviv y el ESL. Sin embargo, no es previsible que el ejército libanés se despliegue con rapidez en la zona.
Tampoco las fuerzas de Unifil llenarán el vacío hasta que la retirada quede completada. "Hasta ahora, las cosas han estado fantásticamente tranquilas", dijo Timor Goksel, portavoz de Unifil. (FIN/IPS/tra-en/kg/sm/ego- mlm/ip/00)
