/Integración y Desarrollo/ AMERICA CENTRAL: EE.UU. promulga ley de preferencia comercial

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, promulgó la Ley de Comercio y Desarrollo del 2000, destinada a promover los lazos comerciales con América Central, el Caribe y Africa subsahariana.

La ley "será buena para Estados Unidos, buena para Africa, buena para América Central y buena para el Caribe", aseguró Clinton el jueves a legisladores y diplomáticos de las regiones involucradas en una ceremonia en la Casa Blanca, en lo que fue su primera victoria comercial en seis años.

Clinton también pidió una rápida aprobación en el Congreso del alivio de la deuda para los países más pobres y de incentivos fiscales para acelerar el desarrollo de vacunas contra el sida, la malaria y la tuberculosis.

La nueva ley, que une la Iniciativa Mejorada para la Cuenca del Caribe (CBI) con la Ley de Crecimiento y Oportunidades para Africa, fue aprobada por amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso este mes, luego de una larga negociación para tratar de conciliar distintas versiones aprobadas el año pasado.

Tanto el proyecto sobre Africa como la CBI estuvieron pendientes mucho tiempo en el Congreso. La propuesta sobre Africa, presentada por Clinton en 1997 y aprobada en la Cámara de Representantes al año siguiente, fue bloqueada en el Senado por legisladores de estados con grandes productores textiles.

Una coalición de intereses de la industria textil, sindicatos y grupos ambientalistas se opuso a la CBI, originalmente destinada a ofrecer a América Central y el Caribe las mismas ventajas comerciales que obtuvo México en 1993 por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

La cámara baja rechazó en 1997 la iniciativa, pero ésta revivió cuando los senadores la anexaron al proyecto sobre Africa, a fines del año pasado.

Como resultado, la versión final de ambas propuestas, con vigencia hasta el fin del año 2008, es apenas una sombra de lo que sus promotores pretendían originalmente en cuanto a la apertura del mercado estadounidense a las exportaciones de regiones pobres.

Por ejemplo, la ley no reduce los aranceles aduaneros ni aumenta las cuotas de exportación de productos agrícolas clave para América Central, Africa y el Caribe, como el azúcar y el café.

Las principales disposiciones de la nueva ley se refieren a productos textiles y prendas de vestir.

El objetivo original de los proyectos era eliminar las cuotas y aranceles sobre dichos productos de los países beneficiarios, pero resultó políticamente imposible, y por lo tanto se elaboró una compleja serie de normas para cada región.

Las prendas de vestir fabricadas en ambas regiones con hilos y géneros estadounidenses podrán ingresar ahora a Estados Unidos libres de aranceles, en una disposición que favorece en especial a América Central y el Caribe, dados los altos costos del transporte desde y hacia Africa.

Además de la exoneración arancelaria para la ropa confeccionada con tela o hilos estadounidenses, los exportadores de América Central y el Caribe recibirán los mismos beneficios para las prendas tejidas con hilos de la región hasta un tope de 250 millones de metros cuadrados el primer año, o 10 por ciento de lo que la región exportó a Estados Unidos en 1999.

Ese tope aumentará 16 por ciento anual durante los tres años siguientes, hasta llegar a 450 millones de metros cuadrados.

La ley también extiende los beneficios comerciales ya existentes para la región hasta fines del 2008, pero le exige proteger los derechos de propiedad intelectual, la inversión extranjera y los derechos laborales, eliminar las peores formas de trabajo infantil y mejorar el acceso al mercado para las exportaciones estadounidenses.

Condiciones similares se aplican a los beneficiarios africanos. El presidente debe certificar que los países registran un "progreso continuo" hacia una economía de mercado, lo cual implica tratamiento nacional a las inversiones extranjeras, respeto a las normas jurídicas y protección de los derechos laborales.

Actualmente, Africa representa solo uno por ciento de todas las exportaciones, importaciones e inversiones de Estados Unidos, que además se concentran en un puñado de países.

El comercio con el Caribe (excepto Cuba) y los siete países de América Central sumó el año pasado más de 40.000 millones de dólares, el doble que el intercambio con Africa. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/mlm/if-dv/00

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