Ya hay unos dos millones de indonesios que trabajan por contrato en el exterior, pero Yakarta planea enviar otros 2,8 millones a países extranjeros debido al aumento del índice nacional de desempleo.
Los últimos datos del Ministerio de Trabajo de Indonesia revelan que al menos 36 millones de personas están desempleadas, en una población total de 210 millones, debido a la prolongada crisis económica que obligó a cerrar a muchas firmas, en especial bancos y empresas de construcción.
El alto índice de desempleo de Indonesia seguirá siendo el principal problema de este país del sudeste asiático hasta el año 2010, vaticinó el ministro de Trabajo Bomer Pasaribu.
"No podremos superar el problema del desempleo hasta dentro de cinco o 10 años", por lo tanto "debemos abrir un mercado internacional para trabajadores indonesios", declaró.
De hecho, el Ministerio se propone enviar 2,8 millones de trabajadores a países de Medio Oriente y Asia-Pacífico, entre ellos Brunei, Hong Kong, Malasia, Japón, Singapur y Taiwan, durante el mandato de cinco años del presidente Abdurrahman Wahid.
Desde noviembre de 1999 hasta febrero de este año, el gobierno envió 378.138 trabajadores al exterior, en su mayoría a Arabia Saudita y otros países de Medio Oriente.
El gobierno solo puede crear 1,2 millones de empleos, dado que el crecimiento económico de este año se estima en tres por ciento, dijeron funcionarios.
"Un crecimiento económico de uno por ciento representa 400.000 oportunidades de empleo", señaló Samidi Adi Martono, director de normas laborales y supervisión del Ministerio.
"Si nuestro crecimiento económico se detuviera, no podrían crearse oportunidades de empleo", agregó.
Pero expertos laborales señalaron que el envío de trabajadores al exterior no constituye una solución real al problema del desempleo, y en el mejor de los casos es solo un paliativo.
"Cuando regresen a sus hogares tras la finalización de sus contratos, habrá más indonesios desempleados", advirtió Rekson Silaban, director del departamento internacional del Sindicato Prosperidad de Indonesia, o SBSI.
"En lugar de enviar trabajadores a países extranjeros, el gobierno debería maximizar sus recursos humanos domésticos mediante el desarrollo de las regiones", opinó Silaban.
Dita Indah Sari, presidenta del Frente Nacional para la Lucha de los Trabajadores Indonesios, afirmó que el gobierno hace poco por aliviar la crisis económica que dio origen al desempleo.
"Las condiciones de vida en Indonesia son cada vez más difíciles, porque la administración de Wahid no realizó reformas económicas significativas, y en cambio pretende incrementar los precios del combustible y la electricidad y recortar los subsidios de las universidades públicas", señaló Dita.
Sin embargo, funcionarios de gobierno arguyeron que el envío de más trabajadores al exterior solo puede tener efectos positivos, y destacaron que los indonesios que actualmente trabajan contratados en el extranjero generan unos 1.000 millones de dólares anualmente.
"Si Indonesia logra colocar 2,8 millones más de trabajadores, el país ganará al menos 13.000 millones de dólares por año", resaltó Martono.
Además, subrayó, los que regresan tienen pocas probabilidades de quedar desempleados, porque están capacitados para autoemplearse. "Como tienen capital, los capacitamos para establecer sus propios negocios", explicó.
Como prueba de la sensatez de su medida, el Ministerio de Trabajo destacó el rápido desarrollo de muchos distritos de Java oriental, muchos de cuyos residentes fueron a trabajar al exterior.
Pero no todos los indonesios que trabajan en el extranjero tuvieron buena suerte. Al menos nueve de ellos están condenados a muerte por homicidio en Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos, Singapur y Malasia.
Las compañías exportadoras de trabajadores, y no el gobierno, son responsables por cualquier problema legal que enfrenten los trabajadores indonesios en el extranjero, según un procedimiento establecido por el Ministerio de Trabajo.
"Sin embargo, ofrecemos abogados para defender a nuestros trabajadores si están en problemas", aclaró Martono.
Además, el Ministerio revisará los procedimientos legales relacionados con la exportación de trabajadores, agregó.
No obstante, admitió Pasaribu, es difícil ofrecer protección jurídica a los trabajadores en problemas, en especial en Medio Oriente, porque los indonesios empleados como domésticos no están protegidos por las leyes laborales de esos países.
Cerca de 70 por ciento de los indonesios contratados en el exterior son trabajadores domésticos.
Mientras, el Ministerio se propone capacitar trabajadores, y en especial enseñarles inglés, antes de enviarlos al exterior, para que puedan comunicarse mejor con sus empleadores y compañeros de trabajo y también acceder a mejores empleos.
"No solo enviaremos empleadas domésticas, sino también trabajadores especializados en hotelería, gastronomía, minería, construcción y también paramédicos", aseguró Martono. (FIN/IPS/tra-en/rd/ccb/js/mlm/lb/00