Los partidos nacionalistas moderados que gobiernan el País Vasco, una de las 17 comunidades autónomas de España, se enfrentan a la hora de la verdad, por su posición ambigua ante el asesinato de un periodista y luchador por la paz.
El ministro del Interior de España y principal referente político del centroderechista Partido Popular (PP) en el País Vasco, Jaime Mayor Oreja, anunció este lunes que esa formación política gobernante no participará en ninguna manifestación junto al nacionalismo moderado.
La razón de esa negativa es la posición ambigua del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Eusko Alkartasuna (EA, escisión del anterior), que gobiernan coligados en aquella región, frente a los atentados de la organización ilegal ETA.
Dos miembros de ETA asesinaron el domingo a balazos a José Luis López de la Calle, periodista y abogado claramente comprometido con la libertad y la justicia, en la puerta de su domicilio, en la localidad vasca de Andoáin.
López de la Calle fue en su juventud miembro del Comité Central del Partido Comunista (PCE) y por su actividad contra la dictadura del general Francisco Franco sufrió cinco años de prisión y estuvo varios más en la clandestinidad.
El ex secretario general del PCE Santiago Carrillo dijo este lunes que López de la Calle fue "uno de los héroes que lucharon contra Franco y que ahora, de manera sorprendente, son asesinados por gentes que dicen ser de izquierdas".
López de la Calle fue cofundador, en febrero de 1998, junto al filósofo Fernando Savater y el escultor Agustín Ibarrola, entre otros, del Foro de Ermua, una organización no gubernamental orientada a trabajar por la paz en el País Vasco.
Precisamente el presidente de ese Foro, Vidal de Nicolás, afirmó que "(Xavier) Arzallus ha sido el inductor filosófico del asesinato". Arzallus, presidente del PNV, se destacó en las últimas semanas por sus ataques contra los periodistas de varios medios de comunicación.
Calificar a unos periodistas como enemigos del pueblo vasco y hacerlo con nombre y apellido "es ponerlos en la diana" (blanco u objetivo) de los miembros de ETA, añadió Vidal de Nicolás.
El rechazo a ETA y la condena del asesinato de López de la Calle han sido prácticamente unánimes en toda España, aunque con matices. El matiz más polémico lo pusieron el PNV y el gobierno autónomo que conduce.
Juan José Ibarretxe, miembro del PNV y presidente del gobierno autónomo, dijo que "ETA no puede seguir haciendo oídos sordos al clamor de la sociedad, que le exige el respeto a la vida y el abandono de las armas".
"No podemos utilizar la indignación que esta execrable acción de ETA produce para ahondar más en la división y azuzar la crispación y tensión política", puntualizó Ibarretxe.
Esas palabras contestaron de manera indirecta la principal demanda del PP y de los opositores Partido Socialista Obrero Español e Izquierda Unida, que exigen al PNV y EA que rompan su acuerdo con Euskal Herritarrok (EH), la coalición política apoyada por ETA.
EH dijo "lamentar" la muerte de López de la Calle, pero atribuyó la responsabilidad "al conjunto de la clase política y en especial a quienes se niegan a reconocer la naturaleza política del conflicto vasco".
El portavoz de EH, Arnaldo Otegui, afirmó este lunes que con el asesinato, ETA quiere destacar "la estrategia informativa de manipulación que practican los medios de comunicación".
El PNV no respondió a la demanda del PP de que se aparte del Pacto de Estella, que firmó con EA y EH y que esta última organización consultó con ETA.
Mientras, en toda España, incluido el País Vasco, se realizaron este lunes manifestaciones de dolor y condena por el asesinato de López de la Calle, que escribía para el diario El Mundo.
En las instituciones públicas, como el parlamento y los municipios, se guardaron cinco minutos de silencio, hubo concentraciones en todas las ciudades y pronunciamientos de los partidos políticos, organizaciones sindicales y estudiantiles y organizaciones no gubernamentales.
Todas las organizaciones representativas de los periodistas, como la Federación de Asociaciones de la Prensa, Reporteros Sin Fronteras y el Club Internacional de Prensa, condenaron el atentado y reivindicaron el derecho a la libertad de expresión.
Estos periodistas recordaban palabras de López de la Calle, cuando dijo:
"Participé en la resistencia antifranquista y fui consciente de los riesgos que corría, y efectivamente fui detenido y pasé cinco años en la cárcel, pero en ningún momento pensé que me podían matar y efectivamente no me mataron".
"Mi familia, mientras yo estaba en la cárcel, no corrió ningún riesgo. Los fascistas de ahora (en alusión a ETA y EH) no son menos fascistas que aquellos. De hecho, en el lugar que más seguro he vivido ha sido la cárcel". (FIN/IPS/td/ff/hd ip/00