La dolarización de la economía de Ecuador, iniciada oficialmente el 1 de abril, causó un alza generalizada de precios y agravó el pesimismo de la población ante la política económica del gobierno.
Diversos sectores muestran temor de hiperinflación en dólares y desconfían del mal manejo del Banco Central por parte del gobierno, apenas cuatro meses antes de la prevista eliminación total del sucre.
La inflación de abril fue de 10,21 por ciento, ante el 5,5 por ciento del mismo mes de 1999, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). La inflación acumulada en los últimos 12 meses asciende a 88,88 por ciento, mientras entre mayo de 1998 y abril de 1999 fue de 56,1 por ciento.
La empresa encuestadora Cedatos reveló hoy que 69 por ciento de los ecuatorianos desconfían de la dolarización de la economía y que 81 por ciento consideran que ahora gana menos que antes de la dolarización, mientras 85 por ciento acusan un deterioro de su capacidad adquisitiva.
Los movimientos sociales, gremios de exportadores, profesionales y representantes de diversos sectores constituyeron el jueves el Foro Alternativo, organización que ya elaboró una propuesta para dejar de lado la dolarización.
La iniciativa consiste en establecer la paridad del dólar con un nuevo sucre y reactivar al Banco Central cono ente emisor de moneda y rector de la política monetaria. Así, los 25.000 sucres que vale cada dólar se transformarían en un nuevo sucre equiparado al dólar, y no desaparecería la moneda nacional.
Luis Maldonado, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexport) aseguró a IPS que la dolarización agravará la vulnerabilidad de los sectores productivos del país. "No llegó la estabilidad y la inflación sube como nunca, pero ahora es en dólares", aseguró Maldonado.
El empresario señaló que la del Foro es una propuesta seria para salir del modelo que intenta implantar el gobierno de Gustavo Noboa. "Los fundamentalistas económicos quieren hacernos creer que ya no hay salida y eso no es verdad", dijo Maldonado
Según el esquema dolarizador, el Banco Central debe cambiar hasta septiembre toda la existencia de sucres en el mercado por dólares procedentes de sus reservas, a una cotización de 25.000 sucres por cada dólar.
Luego, sin la reserva de divisas en su poder, el Banco Central desaparecerá como organismo emisor y financiero y se transformará en un agente de reestructuración de la banca y de reordenamiento fiscal.
Una vez que eso suceda, el sucre también desaparecerá, y, en consecuencia, todos los bienes y servicios tendrán valor en dólares.
La solución que plantea el Foro concuerda con la necesidad urgente del país porque "las ilusiones prometidas con la dolarización se derrumbaron", según el economista Alberto Acosta.
"Lo que se anunció, en medio de un baratillo de maravillas populistas, resultó una pesadilla. La inflación se dispara y las tasas de interés en dólares superan a las de la época predolarización", argumentó Acosta.
El director del INEC, Germán Rojas, renunció luego de recibir presiones para no divulgar la verdadera inflación del país, lo cual demostraría la preocupación respecto de una hiperinflación en dólares.
Rojas aseguró haber sido presionado por Ricardo Noboa, hermano del presidente y director del privatizador Consejo Nacional de Modernización, y por autoridades del Ministerio de Finanzas.
Acosta también aseguró que la dolarización consolidará en el futuro una rigidez cambiaria que golpeará gran parte de la producción de bienes transables, al tiempo que fomentará las importaciones.
El nuevo sistema "aumentará las diferencias sociales y exacerbará el centralismo a partir de la acumulación de los dólares en aquellas zonas exportadoras de bienes primarios", aseguró.
El Foro propone parar con el desembolso de reservas monetarias, a las que, según un alto funcionario del Banco Central consultado por IPS, "se quiere entregar a bancos insolventes".
Según el informante, que pidió reserva sobre su identidad, si se sigue con este procedimiento "se corre el riesgo de que las reservas monetarias finalmente no alcancen para cambiar todos los sucres por dólares, como exige el proceso dolarizador"
Según información oficial, la reserva monetaria cayó en una sola semana de 928,3 millones de dólares el día 5 a 896,4 millones de dólares el día 12.
Sin embargo, el informante del Banco Central aseguró que con el ritmo de caída la reserva actual apenas superaría los 700 millones de dólares.
"Se busca terminar rápidamente la reserva otorgando el dinero a los bancos para que no se pueda ir atrás en el proceso dolarizador. Quieren colocar una camisa de fuerza", estimó.
Otra de las propuestas que manejaría la Superintendencia para salvar el sistema financiero es que las entidades solventes otorguen créditos a las insolventes con una garantía del Banco Central.
Con esa medida no sería necesario utilizar la reserva monetaria, lo que acarrearía el riesgo de que finalmente no alcancen para comprar todos los sucres en circulación
Sin embargo, los bancos que no tienen problemas se muestran contrarios a prestar dinero a los que están a punto de quebrar. "Para hacerlo exigen como garantía las privatizaciones, porque la garantía de un banco que va a desaparecer, como el Central, no tiene sentido", argumentó el funcionario consultado.
En una perspectiva similar se encuentran las denuncias contra la Superintendencia de Bancos por haber intervenido el Banco Central la última semana.
El ex presidente Oswaldo Hurtado (1980-1984), defensor del gobierno y de la dolarización, aseguró que la intervención se debe a intereses de banqueros corruptos y empresarios quebrados que no quieren pagar sus deudas con el Banco Central.
Según informaciones de prensa, 16 bancos y cinco sociedades financieras mantienen una deuda de 1.900 millones de dólares con el Banco Central, de la cual 1.300 millones corresponde a la emisión de bonos y los 600 millones restantes a los préstamos de liquidez.
La intervención provocó la renuncia de tres directores del Banco Central, el rechazo del sindicato de empleados del banco y sectores políticos de oposición.
El Superintendente de Bancos, Juan Falconí, defendió la intervención argumentando que el aumento de sueldos, similar al de la Superintendencia, era desmedido, lo que fue visto como una forma de esconder "los motivos reales".
Falconí fue Ministro de la Producción del depuesto gobierno de Jamil Mahuad, y uno de los promotores de la dolarización junto a Jorge Guzmán, superintendente de Bancos de ese gobierno y actual ministro de Finanzas.
En enero, tras la destitución de Mahuad, Falconí aseguró que una de las peores cosas que hubiese pasado si triunfaba la rebelión popular liderada por indígenas y coroneles era que Ecuador tendría que "hablar quichua".
Por su parte, Jean Pierre Amselle, ex representante del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Ecuador, aseguró que en 1999 la mayoría de los directores del Banco Central fueron obligados a renunciar porque se les presionó para ampliar el crédito a bancos en quiebra.
A fines de 1999, el entonces presidente del Banco Central, Pablo Better, tuvo enfrentamientos con Jorge Guzmán por ese motivo.
Según el ex funcionario del FMI, Better fue obligado a renunciar porque se le quiso forzar a asumir la carga del rescate del sistema bancario, la falta de disciplina en las finanzas públicas y la dolarización, bajo dudosas circunstancias.
En el mercado de Santa Clara, uno de los más importantes de Quito la gente se resiste a dejar el sucre.
"Un país en que el presidente dice en la televisión que se deja la barba sin bigote sólo para imitar a Abraham Lincoln y mata el sucre para ponernos una moneda que ni conocemos da vergüenza", aseguró Rosa Lima, vendedora de verduras.
También dijo que sólo acepta sucres y billetes de un dólar porque teme que le entreguen dólares falsos como los detectados en las últimas semanas.
"Hasta los bancos se les pasa. A un amigo le dieron dos billetes falsos cuando fue a cobrar un cheque. Cómo no se nos va a pasar a nosotros", arguyó.
Por su parte, el presidente Noboa apuesta a que el acuerdo firmado con el FMI ayude al éxito de la dolarización. Según la última carta de intenciones firmada, el FMI concedió un crédito de contingencia ("stand-by") por 300 millones de dólares, de los cuales ya fueron entregados 120 millones.
El gobierno ecuatoriano se comprometió a eliminar los subsidios a los combustibles y la electricidad, sanear la banca y privatizar las empresas eléctricas, petroleras y telefónicas.
El presidente anunció este viernes que para fines de este mes se daría el paso previo a las privatizaciones, que es la eliminación de los subsidios. Así, las tarifas de gas, combustibles y electricidad subirían 50, 100 y 230 por ciento.
Con el clima de inestabilidad económica y social y la profunda desconfianza en la dolarización, la suba de estos precios podría provocar una revuelta popular más importante que la de enero de este año. (FIN/IPS/kl/mj/if/00